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09sep15
Carta del Representante Permanente de Siria sobre la posición del Reino Unido respecto a la situación en Siria
Naciones Unidas
Consejo de SeguridadS/2015/690
Distr. general
9 de septiembre de 2015
Español
Original: árabeCartas idénticas de fecha 8 de septiembre de 2015 dirigidas al Secretario General y al Presidente del Consejo de Seguridad por el Representante Permanente de la República Árabe Siria ante las Naciones Unidas
Siguiendo instrucciones de mi Gobierno, tengo el honor de transmitirle la posición del Gobierno de la República Árabe Siria con relación a las injerencias flagrantes del Gobierno británico en los asuntos internos de Siria.
Algunos funcionarios británicos han endurecido recientemente sus posiciones ya conocidas respecto a la situación en Siria y se ha apreciado también esta escalada en las declaraciones de funcionarios británicos encargados de la política exterior. Estos acontecimientos demuestran que los políticos británicos están interfiriendo en cuestiones que no son de su competencia con arreglo al derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas. También demuestran que determinados gobiernos occidentales, concretamente el británico y el francés, añoran sus prolongados pasados coloniales. Esos gobiernos tratan de imponer sus deseos a los pueblos y los Estados del mundo usando toda clase de pretextos y todos los medios posibles para justificar su injerencia flagrante en los asuntos internos de los Estados Miembros independientes de las Naciones Unidas y obligar a esos Estados a establecer sistemas políticos acordes a sus intereses, sin tener en cuenta los derechos de esos pueblos y sus esperanzas y aspiraciones de vivir con dignidad y en paz y ejercer su derecho a la libre determinación.
Los pueblos de nuestra región, junto con los de Asia, África, el Oriente Medio y América Latina, todavía padecen las políticas coloniales de los sucesivos gobiernos británicos y los efectos destructivos que tuvo el reparto la región, de los que la odiosa Declaración de Balfour y el Acuerdo Sykes Picot son los exponentes más claros. Hoy, en pleno siglo XXI, la Gran Bretaña intenta, una vez más, revivir su detestable pasado colonialista para dividir por la fuerza lo que ya ha sido dividido y así favorecer sus intereses egoístas y retomar su trayectoria colonial. Esto es, de hecho, lo que ocurre hoy en la República Árabe Siria: el Gobierno británico ha hecho uso de todos sus recursos y su experiencia colonial para apoyar las iniciativas de sus diversos agentes con el fin de arruinar la paz y la seguridad en Siria ofreciendo apoyo financiero, mediático y político a grupos terroristas, apoyando sus sanguinarias acciones, proporcionándoles armas y material conexo y ayudando a los mercenarios y terroristas extranjeros a entrar en el territorio de la República Árabe Siria y causar estragos y destrucción.
El Gobierno británico ha exportado a estos mercenarios y terroristas, como "John el yihadista", el carnicero del Estado Islámico del Iraq y el Levante, y ha acogido a líderes de organizaciones terroristas durante décadas, incluidos Abu Qatadah y Umar Abdulrahman, proporcionándoles apoyo logístico y una plataforma de comunicación para difundir su ideología destructiva y oscurantista y reclutar a terroristas. Esta conducta revela la hipocresía política de la Gran Bretaña, contradice su afirmación de que fomenta la democracia, combate el terrorismo y promueve y protege los derechos humanos, y revela el objetivo que persigue con las cartas que ha enviado al Consejo de Seguridad, como la que se publicó con la signatura S/2015/641. Además, las declaraciones formuladas por el Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y del Commonwealth de Gran Bretaña no hacen más que señalar un apoyo directo al terrorismo y las organizaciones terroristas.
Es vergonzoso que los funcionarios británicos denieguen a Siria el derecho a luchar contra el terrorismo y proteger a su pueblo frente a la amenaza del terrorismo, a hacer todo lo posible por lograr la paz y la seguridad en el país y a expulsar de su territorio a terroristas procedentes de más de 100 países, incluida la Gran Bretaña. Su conducta contraviene la obligación que tienen los Estados, en virtud de la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad, de proteger a sus territorios y pueblos.
Quienes pretendan sermonear a otros, en particular si se trata de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, deberían predicar con el ejemplo. Por tanto, el Primer Ministro Cameron debe retractarse de sus declaraciones y, de hecho, pedir disculpas a los ciudadanos británicos por la intervención que realizó el 11 de agosto de 2011, en la que afirmó que usaría al ejército para reprimir las protestas en las que habían muerto 30 personas y habían detenido a 750. En esa misma intervención, también señaló que no permitiría que las falsas alegaciones en materia de derechos humanos constituyeran un obstáculo para detener a esas personas. Por su parte, un portavoz del Gobierno declaró que la Gran Bretaña estaba estudiando la posibilidad de interrumpir las conexiones a redes sociales y servicios de mensajería, como Blackberry y Twitter, en épocas de disturbios. Todas esas posiciones revelan la hipocresía política y los dobles raseros del Gobierno británico con relación a los asuntos políticos.
Le agradecería que tuviera a bien hacer distribuir la presente carta como documento del Consejo de Seguridad.
(Firmado) Bashar Ja'afari
Embajador
Representante Permanente
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