Muerte y Desaparición Forzada en la Araucanía: Una Aproximación Étnica
Efectos psicosociales e interpretación sociocultural de la represión política vivida por los familiares de detenidos-desaparecidos y ejecutados mapunches y no-mapunches.
IX Región. Chile. (1973-90)
CAPITULO 11
Negacion de la realidad
Cuando una persona recibe una (o varias) informaciones que violentan su vida cotidiana puede aceptarlas tal como vienen e intentar manejar la situación, o puede 'negar' lo obvio, colocando un filtro a la realidad. Se habla de negación cuando la persona parece que no puede reconocer algún aspecto de la realidad externa que resulta evidente para los demás
1. Aspectos conceptuales.
Es necesario citar al psicoanálisis - una tradición de pensamiento psicológico originada en el siglo pasado en Centroeuropa y que en este siglo se popularizó entre los profesionales latinos del Cono Sur- como la escuela que más ha profundizado en este tipo de reacciones. Para el psicoanálisis cabría distinguir varios niveles de defensa psicológica que, de mayor a menor nivel de madurez serían:
a) La supresión, que el psicoanálisis consideraría un mecanismo de defensa 'maduro' y que se definiría como la capacidad para posponer la acción, la respuesta afectiva o las rumiaciones de un conflicto consciente del que se conocen todos los componentes. La persona decide voluntariamente no pensar en el problema ya que no puede hacer nada por resolverlo.
b) La disociación que se consideraría un mecanismo de defensa 'neurótico' en el que habría una modificación drástica del carácter y de la conciencia del yo para evitar la situación angustiante. En este caso estarían la fuga psicógena (las personas que aparecen a gran distancia de su casa sin saber cómo han llegado hasta allí), las explosiones de agresividad (como las crisis denominadas de amok en Malasia que aparecen en personas que se sienten humilladas por la comunidad), la pérdida de conciencia momentánea (típico de la época Victoriana en Europa o de las epidemias de histeria descritas en escolares de Pakistán o India) o la aparición de síntomas neurológicos (parálisis, cegueras o convulsiones de origen psicológico que aparecen en casi todas las culturas). Hay autores que también incluyen aquí la hiperactividad -trabajar frenéticamente- o la logorrea - hablar y hablar sin parar- como recursos para no pensar ni ser consciente del problema.
c) La negación propiamente dicha, que sería un mecanismo de defensa 'inmaduro' por el que la persona reprime contenidos inconscientes o preconscientes desagradables o dolorosos. No es una decisión consciente de 'posponer' las cosas - como en la supresión- sino que éstas quedan bloqueadas en el inconsciente y se vive ajena a ellas.
Desde los modelos cognitivos y de la teoría del estrés - una escuela de pensamiento psicológico que se origina en Estados Unidos y Gran Bretaña en la década de los sesenta y con amplia aceptación en Latinoamérica en la actualidad- no se habla de mecanismos de defensa sino de estrategias de afrontamiento. La negación - que muchos prefieren llamar distanciamiento emocional- para la psicología cognitiva no es en sí misma ni madura, ni inmadura ni neurótica, sino que todo depende del contexto. Lazarus, uno de sus principales teóricos, tomó como ejemplo a las personas que han ingresado en un hospital a consecuencia de un infarto. En una revisión observa que 7 trabajos encuentran que la negación mejora la supervivencia tras el infarto, 8 que la empeora y 6 ofrecen resultados contradictorios. La negación - concluye el autor- tiene costos (no buscar ayuda médica, practicar conductas de riesgo...) - pero también beneficios (evita la respuesta de hiperactivación hormonal, neurovegetativa e inmunitaria en un cuerpo débil)-. El contexto determinará, pues, su carácter adaptativo o no.
Para Lazarus la negación es adaptativa cuando: (1) No puede hacerse nada constructivo para vencer el daño o la amenaza, (2) Existe negación de implicación y no de hecho (por ejemplo se acepta que se tiene cáncer, aunque no que signifique sentencia de muerte) y (3) Permite reducir el nivel de activación y ser más eficiente en las soluciones.
En la negación es fundamental tener en cuenta los aspectos antropológicos y sociales. Detrás de la negación (consciente o inconsciente, da igual) hay siempre una calificación ética: algo debe ser rechazado. La antropología nos muestra el relativismo inherente a toda ética. Toda ética es una ejercicio de subjetividad colectiva resultado de la introyección de valores familiares y sociales - generalmente negativos, es decir, prohibiciones- durante las primeras etapas del desarrollo. Todo negar es - de algún modo- negar para los otros, sobretodo en aquellas sociedades en que las normas comunitarias priman sobre la perspectiva individual. Por tanto la negación no puede contemplarse exclusivamente desde una perspectiva intrapsíquica, sino que hay que considerar siempre la inducción social de la negación.
La palabra negación suele tener unas connotaciones peyorativas (debilidad - incapacidad para afrontar la verdad...) que nos parecen cuestionables. Todos vivimos negando. En nuestra vida cotidiana la mayoría de personas, sin darnos cuenta, realizamos inferencias arbitrarias a partir de observaciones casuales, defendemos esquemas que ignoran la evidencia y buscamos evidencias que nos reafirmen en nuestras ideas, distorsionamos los hechos dejando de lado las críticas y tendiendo a atribuir los fracasos a las circunstancias y los éxitos a nuestras características personales. Gracias a la negación en cierto modo progresa el mundo, porque si siempre fuéramos conscientes de todo en todo momento, la vida sería difícilmente manejable. Ambición, iniciativa, vehemencia y éxito tienen su raíz muchas veces en la negación de las dificultades.
En resumen, el alejamiento voluntario o involuntario de la realidad es un producto activo de la mente humana con una función equilibrante y adaptativa. Mientras esa actitud no esté perjudicando a la persona misma o a los demás, la actitud más correcta será, en nuestra opinión, la del respeto.
2. La negación de la realidad en el contexto de los familiares de detenidos-desaparecidos
Neumann, Monreal y Macchiavello, psiquiatras del FASIC chileno consideran, desde una perspectiva psicoanalítica, que en los familiares se deben considerar básicamente dos 'mecanismos de defensa':
1. La negación de la realidad. Consistiría en no querer ver, en huir de la información o del contacto con las personas que muestran lo que ocurre. Negar lo que le está ocurriendo a uno mismo. No veo, no sé, no soy peligroso, no hago nada... no pueden hacerme nada. Para estas autoras habría dos subtipos de negación:
a. Negar para protegerse. Se trata de un mecanismo eficaz en cuanto a reducir el dolor y la culpa y evitar el bloqueo paralizante del miedo. Pero tiene un grave inconveniente: puede impedir tomar las medidas apropiadas para protegerse del peligro, quedando el sujeto más expuesto y vulnerable. Puede, así mismo, impedir que se tomen medidas colectivas de autoapoyo.
b. Negar para evitar la culpa. No realizar actos de apoyo o dar muestras de solidaridad puede provocar sentimientos de culpa. Para evitarla una buena opción sería negar, es decir, cerrar los ojos a lo que ocurre. Así la vida resulta, de momento, más fácil.
2. Lo que ellas denominan disociación y que consiste en referirse a la situación en forma vaga y general, ocultando la violencia y las pérdidas sufridas por personas concretas. 'Se cambian por términos técnicos palabras de nuestro vocabulario corriente, separando la experiencia intelectual de la emocional. Hay múltiples ejemplos: se habla de violencias innecesarias, desapariciones forzada, apremios ilegítimos, en vez de asesinatos, detenidos-desaparecidos o tortura'. Aunque en su concepción haya probablemente un uso algo inexacto del concepto de disociación, la idea en sí es relevante, sólo que eliminando quizás la connotación negativa y de enfermedad que parece inferirse de sus palabras. Estaríamos ante una estrategia - para nosotros- adaptativa, es decir, positiva: vivir las cosas como externas a mí. Me obligan, pero no soy yo. Se logra así que dos mundos coexistan a través de: (a) un vocabulario que no confronte con la realidad, (b) adoptar el vocabulario propuesto por el sistema, (c) adoptar un vocabulario que marque distancia emocional respecto a experiencias dolorosas. Todo ello, teniendo en cuenta que siempre se suele utilizar un lenguaje adaptado al marco social y cultural.
M.E.C., autor anónimo miembro del Colectivo Chileno de Trabajo Psicosocial habla de la represión útil que permite la sobrevivencia y es útil siempre y cuando no supere un cierto punto en el que el individuo, sin darse cuenta, estaría modificando su estructura de personalidad y entraría en un mecanismo de adaptación con la connotación de sometimiento. Se produciría invalidez intelectual, obediencia, automatismo, estereotipicidad de conducta, sumisión. Lo importante será darse cuenta - en opinión de este autor- de que uno voluntariamente está realizando estas conductas para conseguir sobrevivir evitando, a través de esa toma de conciencia, pasar de la represión útil (la que sirve para resistir) a la que denomina tanática (la que nos destruye). Ese sería también el trabajo de apoyo y concienciación del terapeuta.
En este capítulo hemos considerado diferentes situaciones (ver gráfico).
En el cuestionario se consideran tres formas de distanciamiento emocional o negación. La más sencilla es el intento más o menos consciente de borrar de la memoria los recuerdos dolorosos y buscar el olvido: no contar, no hablar, no recordar. Es el distanciamiento emocional a través del silencio. En ocasiones esto se consigue procurando pasar por encima o eliminando los pensamientos dolorosos. En otros a base de no permitirse tener ni un momento libre para pensar. Es lo que hemos denominado distanciamiento emocional a través de la actividad. En algunas ocasiones la negación lleva a situaciones de negación de hechos conflictivos, intentando invisibilizarlos, reelaborando el pasado para eliminar los elementos dolorosos. Aquí estarían la negación de la muerte del detenido-desaparecido o la negación de la militancia o del compromiso político del ausente, despojándolo de todos los elementos conflictivos.
NEGACIÓN DE LOS HECHOS CONFLICTIVOS -› NEGACIÓN DE LA MILITANCIA POLÍTICA DEL DESAPARECIDO:
- Para evitar las connotaciones estigmatizantes del término 'comunista'.
- Por rechazo a las ideas del desaparecido
- Buscando apoyo social
NEGACIÓN DE LA MUERTE DEL FAMILIAR pese a las evidencias
DISTANCIAMIENTO EMOCIONAL a través de la actividad DEJAR PASAR EL TIEMPO para que llegue el olvido NO CONTAR LO OCURRIDO, no hablar, no recordar.:
- Para evitar el dolor del recuerdo
- Pacto de silencio entre los familiares o amigos
- En ese medio cultural no existe la costumbre de hablar de temas personales
- Temor: las paredes oyen
- Evitar la estigmatización de ser familiar de detenido-desaparecido
- NO QUIERO REMOVER NADA 'por si las cosas se dan vuelta'
DISTANCIAMIENTO EMOCIONAL a través del silencio
1. Distanciamiento emocional a través del silencio.a) Pasa el tiempo, llegará el olvido.
Decía Borges en Ficciones que Olvidar también es tener memoria. Quería significar con ello que olvidar es también un acto de la voluntad. Una frase daba pie a hablar de ello:
Tabla 11.1. Distanciamiento emocional (I)
. Inmediata Persistente Actual 6a. Hay cosas que no puedo recordar aunque quisiera. 15.7 18.5 22.2 10.4 23.2 23.2
Familiares hispanochilenos y mapunches. a p < 0.05 b p < 0.01 c p < 0.001 La pregunta explora si la persona cree que hay cosas que ha olvidado, detalles que se le pierden con el paso de los años. No se tenían en cuenta las respuestas en las que la persona atribuía los olvidos a la vejez. Aunque bastantes familiares reconocieron abiertamente su deseo de olvidar, eran pocos los que sentían que en realidad era posible:
En personas mapunches, por ejemplo:
'No te puedo explicar. Uno siempre quiere olvidar. No es que quiera huir, sino solamente tratar de olvidar Lo único que recuerdo es cuando salí corriendo y me golpearon. El resto lo traté de olvidar, para conseguir la tranquilidad del alma que ahora tengo. Siempre soy una persona que sufro mucho, soy muy sensible... no soporto recordar cosas malas, y a él siempre le pido ayuda, y él me la da. Por eso nunca tuve la intención de remover esto y buscar a los culpables'. (M0503)
'Es verdad. ¿Qué saca uno con acordarse?. Varios me dicen que es mejor que deje al olvido muchas cosas. Las cosas que me repiten de mi papá, lo que ha pasado... Y pienso que es verdad. ¿Qué saca uno con acordarse?.' (M3204).
'Intento olvidar, pero no hay caso. ¡Qué va una a olvidar!' (M2101).
'Una se esfuerza, pero cuando se toca el tema, vuelve a salir y se repite. Se le queda más grabado a un niño que a una persona adulta. No se puede olvidar' (M1003).
'No hago esfuerzos por olvidar. No creo que se pueda. Simplemente si algo se va, no busco recuperarlo' (M2509).
En personas chilenas dos testimonios contradictorios respecto a qué es lo que permanece y qué es lo que se olvida:
'¿Sabe?. Las cosas dolorosas parece que se quedaran. Y lo peor es que en cambio se me olvida su rostro, su cuerpo, como me hacía cariño...' (Ch3202).
'Se me olvidan algunas cosas: cuando andaba metido en reuniones políticas, si me pregunta que si tal partido o el otro... pero nunca se me ha borrado su carácter... , su imagen,... era tan cariñoso con nosotros' (Ch3704).
Siempre hubo quien, en lugar de luchar contra los recuerdos, intentó como estrategia aprender a convivir con ellos, como esta persona mapunche:
.'Yo nunca me olvidé de nada...no se puede... solamente lo tomo de otra forma, que no duela... y no olvidarlo, sino de tenerlo presente siempre... pero que no me duela'. (M2507).
b). No contar, no recordar, no hablar.
Tabla 11.2 Distanciamiento emocional (II)
. Inmediata Persistente Actual 6b. No quiero contar, no quiero recordar ese momento. Cuando desapareció, contaba lo que los demás querían oír, lo que realmente me dolió no se lo conté a nadie. 51.9 50.0 37.7 32.6 32.7 22.6 6c. Me niego a hablar de ese tema. Me provoca demasiado dolor. 50.5 38.3 20.0 37.5 37.5 19.6
Familiares hispanochilenos y mapunches. a p < 0.05 b p < 0.01 c p < 0.001 Mas de la mitad de los chilenos y algo más de un tercio de los mapunches reconocen que durante los primeros años no querían contar, no querían hablar del tema. Manifiestan abiertamente que se negaron a compartir su dolor. El paso del tiempo ha ido disminuyendo el encierro en uno mismo, pero en la actualidad un porcentaje de alrededor del veinte por ciento en cada etnia afirma que aún es demasiado doloroso y que no quiere hablar de lo que pasó en aquellos años, fuera de circunstancias especiales como la presente.
Analizando el contenido de las entrevistas surgen diversas constantes temáticas:
1. Evitar el dolor. A ello se refieren la mayoría de comentarios. El caso más evidente es quizás el de una de la entrevistas más emotivas que se realizaron, con la hermana de un ejecutado político que estuvo presente en el momento de la muerte sin poder hacer nada. Ella había rechazado la entrevista, alegando con una gran agresividad que era algo inútil y que la gente que trabajaba en 'esto' de los Derechos Humanos vivían a expensas de los muertos, y que en realidad engañaban a la gente porque ya se había visto para qué servía todo eso de los Derechos Humanos: nunca se haría justicia. El entrevistador recogió la queja, evitando sentirse atacado personalmente y señaló el carácter de esfuerzo voluntario y no remunerado de todos los que participaban en la investigación, remarcando algunos de los logros de las Agrupaciones de Familiares y su postura de enfrentamiento al poder y al gobierno. Después se hizo un silencio muy tenso hasta que la persona se acercó a la mujer, y tomándole la mano le preguntó: 'Han pasado ya veintitrés años. ¿Por qué tiene usted aún tanto dolor como para ser así de agresiva?'. La señora se quedó perpleja y rompió a llorar. Al cabo de un rato pudo articular: 'Porque me enfermo, porque duele, porque cuanto más tiempo pasa es peor, porque no quiero hablar, porque voy a estar varios días de mal humor, irritable, angustiada, por eso... . ¿Cree usted que su entrevista es tan importante como para justificar provocarme todo eso?'.(M2509).
Siguieron más de dos horas de buena conversación.
La mayoría de personas que se han identificado con estas dos frases mantienen ideas y actitudes similares:
'Sí. Cada vez que han venido donde mí, a removerme el caso, luego estoy durante unos días mal. No me va bien remover esto. Cuanto más tiempo pasa es peor (llora), porque una echa más a faltar, más ganas le dan a una de verla. Después una se queda pensativa. Cada vez lloro más.' (Ch3801).
.'En el trabajo no quería que me hablaran del tema. Los compañeros sabían que tocarlo era peligroso' (Ch3301).
'Fui una sola vez a las reuniones de grupo en Lautaro. No fui más porque lo pasé muy mal. No soporté. Lloré. No pude hablar'. (M3203).
'Durante los primeros años no contaba nada, no por miedo, sino porque se me hacía un nudo en la garganta, me ponía a llorar. No podía por eso. Nunca por miedo. Después ni yo quería contar ni ya nadie tampoco me preguntaba.'. (Ch3201)
La negación es adaptativa y no hablar de las cosas conflictivas sirve algunas veces para que caduquen y se desvanezcan. Pero no siempre es así. En un duelo normal (por ejemplo por un padre anciano muerto de causa natural) éste mecanismo suele ser útil, porque se trata de un hecho que obedece a la lógica de la leyes de la vida. Pero la desaparición o la ejecución de un familiar no. Por eso muchas veces no hablar perpetúa el daño. Tampoco hablarlo - en aquellas culturas en que hablar de los sentimientos propios se valora de un modo positivo- es, en sí mismo reparador, si no está dentro de un proceso de clarificación, de comprensión de la lógica (o la ilógica), y por tanto de elaboración.
2. Pacto de silencio. En la mayoría de ocasiones ésta actitud se justifica no tanto en referencia a uno mismo como a otra persona de la familia a la que se considera más débil. Dentro de la familia se establece un acuerdo para proteger a todos en general y a esa persona en particular (casi siempre la madre) del dolor. Hablamos de ello, dentro de este mismo libro, en el capítulo referido a las respuestas familiares.
.'Con la comadre [la esposa de su hermano] preferíamos cambiar de tema. Nunca hablábamos. Nuestra madre murió seis o siete años después que él sin saber. La mantuvimos engañada todos esos años. Le decíamos que estaba en Cuba. Ella siempre quería viajar allí para verle. La comadre no se recuperó de todo esto'. (Ch4201).
'En casa nunca se hablaba del tema. Si mi madre decía algo, nadie respondía por tratar de no ampliar el comentario'. (M2506).
'Mi hermana la mayor buscó formas de alegar..., pero nunca supo nada...En aquellos años no servía de nada protestar. ¿Qué podía hacer uno mas que sufrir callado?. No sé, mi mamá es semi-analfabeta, era incapaz de hacer un trámite, de ir a un juzgado o algo así, suponiendo que eso hubiera servido de algo...y yo, yo por lo menos, no hice nada. Era muy niña. Pero al menos lo que hicimos, eso lo tengo muy claro, fue un pacto entre todos: Tratar de olvidar. Nadie iba a hablar del tema. No es olvidar, porque igual cada año le hacemos una misa, y cada semana mi madre le lleva flores y velas. Es protegernos. Ha sido demasiado dolor para ella. Se volvió loca. Loca de hospital, no sé si me entiende...Así que ese tema ni tocarlo. En casa, ni tocarlo' (M2508).
'¿De qué le sirve a uno hablar?. Si en la familia hablábamos de esto, todos nos poníamos a llorar. Ahora incluso cada año le hacemos una misa y vamos al cementerio, es decir, que le tenemos presente. Pero hablar no se habla. Mi marido, por ejemplo, casi no sabe nada de esto. Nunca hablamos con nadie de fuera de la familia. Además. ¿Qué se puede hacer si uno habla?.'. (M2509).
'Lo he conversado con amigos, pero nunca con mi hermano o con mi madre. Nunca es nunca. Tal vez porque mi madre llora enseguida. Tiene una extraordinaria sensibilidad'. (Ch3002).
'Delante de mi madre no lloraba. Mi hermano... , nunca quiso que le hablaran del tema. El resto de mis hermanos hablaban muy poco. No ha habido nunca una relación abierta en este tema. No sé si por no hacer sufrir a mi madre o por evadir el tema. Yo a veces quería hablarlo, pero no respondían'. (M2102)
Según algunas personas este pacto de silencio se extendería incluso a las propias Agrupaciones de Familiares:
'A él lo mataron por andar tras el toque de queda. Como al cabo de un mes y medio ya sabía que él estaba muerto y no esperaba nada. Nunca quise ni siquiera que mis hijos supieran la verdad, para que no les afectara. Además, los que me vinieron a entregar el cuerpo también me recomendaron que no hablara. Es un tema tabú. También, cuando fui al juzgado, la jueza que me tomó declaración me aconsejó que me estuviera callada y 'no buscara culpables' de esa muerte. Sería mejor para mí y para mis hijos. Fíjese que ni siquiera más tarde, cuando estuve en la Agrupación de familiares no se habla de estos temas. Yo no sé la historia de algunas mujeres de la Asociación. Algunas por referencias, pero no directamente. Hablamos de otras cosas. Nadie quiere hablar de lo que pasó.' (Ch0401).
3. En el medio cultural no existe la costumbre de hablar de temas personales. En varias entrevistas ha salido el tema de la expresión de sentimientos personales. Un grupo importante de familiares comentaban que con su familia o con su pareja no se conversaba ni de éste ni de ningún otro tema que se considerara dentro de la esfera de lo íntimo o lo personal. Judith Zur, en su estudio sobre las respuestas a la represión entre la población maya del Quiché observa que en lengua maya no existe ningún término equivalente a 'catarsis' como un modo de restaurar el equilibrio. En su lugar hay una tendencia a expresar el distrés a través de la somatización o de metáforas somáticas. Esto se justificaría por el hecho de que la expresión directa de las emociones se consideraría amenazante para el estatus social de la persona y disruptivo de las relaciones sociales. Estaría en juego la reputación de la persona, que resultaría dañada. Por eso, desde la infancia y durante el proceso de socialización se reforzaría el evitar la expresión abierta de sentimientos.
Pudimos observar esta tendencia a no expresar sentimientos verbalmente de manera abierta en algunos casos de población chilena que no tuvo posibilidades de escolarización y, sobretodo, de manera muy marcada, en población mapunche rural.
Cuando se aludía a este hecho no se significaba con ello la existencia de una falta de comunicación con la pareja, la familia o los vecinos, sino con el sencillo convencimiento de que ese es el modo normal de funcionar:
'A veces lo comentaba con mi esposa. Pero a nadie más. Y ni a ella. (...). No sé, hay cosas que son de uno. No está bien cargar a los demás con los problemas de uno. ¿Qué saca con hacerlo?. ¿Qué le pueden decir?. Son cosas sólo de uno.' (Ch1501).
'Este tema no lo he hablado con nadie. Ni siquiera con mi esposo. Sólo con mi madre, con nadie más.' Se le pregunta que por qué no con su marido: 'Con él no hablo nada. Si yo tengo algún problema me lo guardo para mí. Es bueno, y le quiero harto, pero no hablamos de ese tipo de temas'. (Ch2401).
'No es un problema de dolor. Tampoco siento necesidad. Esos son temas de los que no se conversa nomás'. (M2801).
Tabla 11.3 Distanciamiento emocional (III)
. Inmediata Persistente Actual Prefiero no saber lo que pasó. ¿Para qué remover nada?. 23.1 21.3 27.9 22.4 29.8 36.8
Familiares hispanochilenos y mapunches. a p < 0.05 b p < 0.01 c p < 0.001 4. Temor. Un miedo interiorizado que crea la sensación de que las paredes oyen, y que incluso en la más estricta soledad es peligroso hablar de estos temas. Uno se atrevería a decir que es peligroso pensar en estos temas:
'La cuestión no es esa, sino que no podías contar a nadie nada. Nos decían que calláramos. Era por temor que no se hablaba con nadie'. (Ch1506).
'Justo al contrario. Cuando fui creciendo y me empecé a dar cuenta del silencio de la gente no lo soportaba. No lo soportaba que le preguntaba a un tío y me decía: ¡Calla!. ¡Habla en voz baja, que nos pueden escuchar!'. (Ch1401).
El caso más notorio es el de un joven mapunche, de una comunidad aislada (conversación M0307). Cuando empezamos la entrevista, explica que no entiende por qué queremos hablar con él porque él 'no vio nada' (se refiere a la desaparición de tres miembros de su familia). Afirma que él era chico, que sólo tenía diez años de edad y que además, su papá lo mandó a sacar en esos años y lo envió con una tía para protegerlo. En realidad, mirando la fecha de nacimiento y la edad actual que él mismo confiesa sin darse cuenta de la contradicción, puede observarse que él tenía dieciocho años en el momento de las desapariciones. A lo largo de la entrevista entra en contradicciones que muestran que efectivamente vio y vivió esos días. No se trata de miedo, porque se ha creado un excelente clima de colaboración con la familia, sino que él ha ido construyendo durante años una historia para protegerse de preguntas incómodas, y no puede desprenderse fácilmente de esa versión de su vida que ha interiorizado de tanto repetir durante años y años.
5. Incomodidad. Estigmatización social. Se trata de temas desagradables, que provocan intranquilidad e incomodidad en los oyentes que preferirían no enterarse de que el mundo no es tranquilo, bueno y previsible. Son temas difíciles de hablar y al final es quizás más fácil no hacerlo. Así, la vecina de una de las familias nos comenta: 'Por miedo no les dirigí la palabra en mucho tiempo. Al cabo de bastantes meses vinieron a ofrecerse para hacer trabajitos. No hablamos del tema. Todos hicimos como que no había pasado nada. Ella estaba muy triste. Lo pasó muy mal. Estaba muy sola, con los niños, sufrió harto ella... Era tan embarazoso. Yo tampoco sabía qué decir. Era más fácil para todos hacer como que no había pasado nada' (Ch0101).
En otras ocasiones ya no es sólo que el tema sea embarazoso, sino que la persona se sabe rechazada, por lo que evita que se hable del tema. El daño pasa a ser un problema particular. Es lo que se ha dado en denominar la Privatización del Daño. Elisabeth Lira lo describe muy bien, sobretodo en aquellos casos en que había un mayor nivel de militancia política: 'La lealtad al proyecto social y político implica exponerse a la destrucción y la tortura. La única alternativa viable para superar la angustia anticipatoria que esto genera es renunciar al proyecto político. Pero esto supone una carga de culpa consigo mismo y con los otros. La persona queda atrapada en esta dinámica aversiva desde todos los puntos de vista. El propio miedo hará que la dinámica se internalice y se viva como un problema individual y no social. Privatizar el problema es una medida protectora'.
Entre los familiares en nuestro estudio se expresaba así:
'En el colegio no contaba la verdad porque los otros niños me molestaban generalmente' (Ch3202).
'La búsqueda es en silencio. Yo nunca me acordaba de esos temas. Yo tenía mi pensamiento y sólo lo hablaba con la señora María (A) . Uno siempre evita a la gente, porque copucha (B) de uno enseguida.' (Ch3701).
'Nunca hablé en la escuela. De hecho ni siquiera a mi marido le he contado lo que vi. Para evitar que se interprete mal y puedan pensar que uno está en política' (M1003).
En algunos casos incluso se ha ocultado, ya en los años de la Transición, el ser beneficiario de la Ley de Reparación:
'No sé. Durante años me estuvieron diciendo: 'A tu papá lo mató el tren'. Mi mamá no nos contó nunca nada. Quizás para protegernos. Incluso ahora uno tiene problemas. Hay gente a la que no le gusta la ley de Reparación, que recibamos indemnización por esto que nos pasó. Por eso mi hermano nunca dice que puede estudiar porque es hijo de detenido-desaparecido. Siempre hay gente que no le gusta y es mejor no comentar'. (Ch0403).
Podríamos hablar por tanto de una privatización que, en ocasiones pretende evitar el propio rechazo que uno siente hacia sí mismo, pero que sobretodo pretende evitar el rechazo de los demás.
d) No quiero remover nada: tengo miedo.
Identificarse con esta frase se ha asociado siempre al miedo a saber la verdad, el miedo a que 'las cosas se den vuelta'. Saber puede ser, entonces, peligroso. Es mejor no asomarse mucho al lado oscuro de la realidad:
.Sólo quiero saber dónde está el cuerpo. ¿De qué me valdría seguir moviendo si al pobre no se le escucha?. Sólo problemas'. (Ch2601).
Lo único que me interesa es que encuentren el cuerpo. Lo otro no, porque podría cambiar el gobierno. No me interesa.' (Ch2602).
'Personalmente siempre tuve miedo de saber el nombre de la persona que disparó. Un conocido que es militar me dijo que actualmente es cabo en Villarrica, pero que debía comprender que no me iba a dar el nombre. Yo podría haber averiguado, pero en el fondo no quiero saber porque no sé qué sentiría en ese momento. No sé qué podría pasar.'. (M2506).
'Sólo si me dijeran: Seguro que está en tal parte. Si no es seguro, prefiero que no me digan nada. No me interesa todo esto de los Derechos Humanos. ¿Qué se saca con eso?. Llenar de odio a la gente. Hay que luchar por la salud, la educación y dejar todo eso de los derechos Humanos. No sé que pasará si se sigue provocando a los militares y todo esto se da vuelta. Eso puede pasar, y entonces todos nosotros, los familiares, seremos los primeros en caer por culpa de todas estas listas y esos trabajos que hacen ustedes.'. (Ch0702)
'Uno no la puede remover, porque siempre queda temor. Aún hoy tengo temor'. (M0301).
2. Distanciamiento emocional a través del trabajo.
No pararse y seguir caminando a toda velocidad es una buena manera de combatir el dolor cuando nada puede hacerse. En la expresión siguiente está este tipo de estrategia (tabla 11.5). En caso de duda complementábamos la frase con la siguiente explicación: 'Si usted se despierta a las cuatro o a las cinco de la madrugada, no puede dormir y se pone a pensar con tristeza en su familiar, o en los problemas económicos que hay en la casa... ¿Cómo es su manera normal de reaccionar?. ¿Es usted de las personas que se quedan en la cama dándose un tiempo para pensar hasta que los demás se despiertan, o prefiere levantarse y ponerse a trabajar en cualquier cosa por la casa?'.
Tabla 11.4. Negación de los hechos conflictivos (IV)
. Inmediata Persistente Actual Para no llorar y sentir la tristeza, multiplicaba el número de actividades y permanecía siempre ocupada en cosas. 50.0 45.5 21.8 40.8 27.8 14.8 Tapé la rabia y el dolor profundo que me produjo la muerte de mi hermano con el trabajo. 48.0 41.1 19.6 43.8 31.5 14.8
Familiares hispanochilenos y mapunches. a p < 0.05 b p < 0.01 c p < 0.001 La mitad de las personas (con mayor frecuencia las chilenas) recuerdan haber recurrido a ésta táctica que, como vemos, resulta ser una de las estrategias de uso más común. Una de cada cinco personas aún necesita hacerlo hoy en día cuando se acuerda de ciertos temas dolorosos.
Los familiares lo recuerdan así:
'Trabajé mucho más para aplacar los nervios. Estuve unos 3 años después de que él muriera que no paraba en la casa. Estaba siempre llevando fletes con el camión, de un sitio a otro, sin dormir. Trabajar y trabajar para salir adelante con el dolor' (Ch3301).
'No es que buscara eso, sino que tenía que trabajar a todas horas para educar a mis hijos. Pero por otro lado eso me ayudó harto. Creo que quizás el tener que luchar por mis hijos me hizo sufrir menos, porque yo sólo lloraba, por ejemplo, cuando ellos no estaban y me quedaba sola. Entonces me salía el dolor.' (Ch0102).
'Me entretengo haciendo cualquier cosa, picando leña... así se me va el pensamiento'. (Ch3701).
Durante el primer año no levantaba cabeza. Tuve una depresión y una tristeza enorme. Poco a poco salí adelante por los niños. Empecé a sentirme mejor al empezar a trabajar fija en un hotel. Trabajaba quince horas al día, no le exagero. No me quedaba tiempo para pensar y así superé el dolor. Ahora lo tengo todo bien envuelto en papel y guardado, y así no quiero hablar de nada para no pensar en eso'. (Ch0401).
'Así nos distraían. Nos mandaban a los hermanos a que trabajáramos en el campo. No sé, trabajábamos en lugar de jugar. No tuve niñez, me hicieron madurar precoz.' (Ch0103).
3. Negación de hechos conflictivos.
a) Negación de la militancia política del detenido-desaparecido.
Aproximadamente la quinta parte de los familiares en una y otra etnia niegan la militancia política o social del desaparecido - en aquellos casos en que la hubo (C) pese a todas las evidencias, al reconocimiento oficial de la misma, al testimonio de compañeros del desaparecido o a documentos que lo prueban. Las frases siguientes recogen este tipo de negación:
Tabla 11.5. Negación de los hechos conflictivos
. Actual Mi viejo era de su casa, se lo llevaron por error, porque un mal vecino le denunció. 38.3 49.1 A mi hermano se lo llevaron por equivocación. Él era muy trabajador, tranquilo y no participaba en nada, menos en política. 30.0 50.0
Familiares hispanochilenos y mapunches. a p < 0.05 b p < 0.01 c p < 0.001 Aún considerando que, como ya se vio al analizar la respuesta de la comunidad, una parte importante de ambos grupos de familiares consideran que la razón de la desaparición del familiar estribaría en problemas dentro de la comunidad y obvian el contexto general, las frases sólo buscaban confirmar la existencia de compromiso político. Pensamos que podrían considerarse diferentes tipos de razones para explicar esta negación.
La Dictadura creó una estigmatización del término comunista a través de sus mensajes. La palabra 'comunista' se convirtió en sinónimo de maldad e iniquidad: el militante comunista era un ser fanático, sin moral, dispuesto a traicionar a cualquiera por conseguir sus ambiciones destructoras, socavador de la familia y la sociedad, que había vendido el país a los intereses del marxismo internacional dirigido desde la Unión Soviética, con una sed injustificada e insaciable de violencia que había acabado por llevar al país a la destrucción y al caos.
El familiar del desaparecido se ve enfrentado a una situación de disonancia entre dos hechos irreconciliables: Por un lado está la hija/o, la hermana/o, con frecuencia mitificado: `Mi hijo era una persona maravillosa, tan buena, tan preocupada por los demás... la mejor de las posibles'. Por otro el mensaje oficial que la televisión y la prensa difunden masivamente. Para la gente que no es capaz de enfrentar el mensaje oficial, esa disonancia sólo puede resolverse de un modo: 'Yo sé que mi hija/o (mi hermana/o) nunca estuvo metido en política. Quien diga lo contrario lo inventó'.
'Yo no digo que alguna vez no fuera a alguna reunión, pero como tantos otros. Pero de ahí a que militara o estuviera en alguna Toma o algo así, no'.
En otros casos es posible que los familiares que estaban más lejos afectivamente del desaparecido o que los vecinos y compañeros de trabajo utilizaran como táctica defensiva la neutralidad, en un contexto en el que la neutralidad, por supuesto, no es neutra. Este tipo de estrategias de defensa se identifican en comentarios del tipo: 'Algo tuvo que hacer para que se lo llevaran'. Muchas veces esto no se expresa abiertamente, sino que basta una - nunca casual- mirada escéptica para transmitirlo. La familia siente esa actitud, y combate su soledad y busca una mayor comprensión en la comunidad o en los oficiales de los lugares a los que va preguntar insistiendo una y otra vez en la no militancia del desaparecido. La consigna del familiar, en este caso, vendría a ser: 'Yo no digo ni que esté bien ni que esté mal, porque de política no entiendo. Lo que sé es que mi hijo no era de esos...'. Y cuando se defiende con encono una versión autoprotectora de la realidad, con mucha frecuencia esa versión desplaza a la propia realidad. En nuestro caso, la madre recordará aquella vez que el hijo le dijo, para tranquilizarla, que él nunca iba a reuniones, y preferirá no recordar esa otra vez en que le dejaron encomendados unos affiches en la casa para que se los entregara de vuelta en la noche. Cada vez que sienta la presión de la incongruencia recordará la escena en que el hijo le dice que no va a reuniones como la evidencia más importante y definitiva a tener en cuenta.
Más difícil de evaluar son algunos casos aparecidos en el contexto campesino. Varias familias rurales, mapunches y no mapunches, niegan que su familiar participara en política, aunque cuando más adelante se habla de la economía familiar reconocen que el desaparecido participó en alguna toma de tierras o vivía en un asentamiento. Los familiares consideran que ésta era simplemente una actitud relacionada con la posibilidad de conseguir tierras y que no constituye en sí un acto político.
En todos estos casos es imposible deslindar cuando la persona está negando la militancia y el compromiso, y cuando simplemente defendiendo el buen nombre de la persona y buscando de este modo un reconocimiento social, sabiendo en el fondo que sí militaba social o políticamente. Es la imposible distinción entre una estrategia consciente de supervivencia y el progresivo falseamiento inconsciente de la memoria, algo tan inextricable como saber hasta dónde llega lo consciente y empieza lo inconsciente. En el contexto de nuestra entrevista los familiares no tenían ninguna razón para negar la militancia.
a) Negación de la muerte.
En la conversación no se indaga directamente por la convicción o no de la muerte del familiar, sino por el hecho de que la persona viva aún en función del desaparecido, con conductas que tendrían que ver con la posibilidad de que vuelva. Algunos aspectos ya se comentaron al referirse al duelo prolongado en el capítulo correspondiente.
Tabla 11.6. Distanciamiento emocional (VI)
. Inmediata Persistente Actual 'Yo siempre cocino más, porque siento como que podría aparecer en cualquier momento.' 49.0 44.1 13.6 57.1 30.4 5.4 'Su ropa la tengo limpia y seca. Aunque no sé bien por qué, pero eso siempre será así 7.3 23.3 10.0 44.9 31.5 16.4
Familiares hispanochilenos y mapunches. p < 0.05 b p < 0.01 c p < 0.001 En algunos casos las evidencias del uso de este tipo de recurso no proviene del cuestionario, sino de la conversación que se va generando. El padre de una de las personas entrevistadas (M0601) fue detenido por efectivos de carabineros en la casa. A los cinco días se publica una noticia en la prensa en la que aparece su nombre y se dice que junto a otras cinco personas intentaron asaltar con armas un puesto militar resultando muertos todos los terroristas en el asalto. Aparecen fotografías del supuesto enfrentamiento. Las personas están boca abajo. Los disparos son por la espalda resultando evidente que se trata de ejecuciones sumarias. No se entregan cadáveres a las familias ni se les permite verlos. Diecisiete años después la familia recibe por correo una notificación de defunción. Para ellos, ese es el momento en que aceptan que ya no va a volver. Durante todo ese tiempo aunque negaron el hecho obvio de su muerte nunca intentaron la búsqueda.
En las conversaciones se expresa así:
'Con frecuencia. Por ejemplo, estudiando pensaba que él podía aparecer y ayudarme. Yo debía tener unos 12 o 13 años, y aunque nunca lo había visto ni lo conocía, sí me parecía que podía aparecer'. (Ch2602)
'Fíjate, yo no he perdido la esperanza de que vuelvan. Y sé muchas cosas. Había en Melipeuco un turco. El y otros dos eran los que daban nombres y ponían a la gente mal con los carabineros. Los sacaron de la casa de madrugada. Como una hora después sería, un amigo nuestro vio pasar al vehículo de Antiman que iba hacia el lado del río. El vehículo se paró en el puente, estuvo un tiempo allí y de allí se volvió para Melipeuco. Por esa zona fue donde después los vieron botados. Sus cadáveres estaban allí. Nos vinieron a avisar, y mi tío y un conocido de la familia fueron al tiro. No se animaron a levantarlos porque no se podía. Los carabineros tenían prohibido acercarse al río. No los enterraron. Yo sé todo eso y en cambio todavía los espero, porque si uno no los ve, no pierde la esperanza. Lo que a una le cuentan no sirve, porque esa noche desaparecieron seis personas. Si uno no ve los cadáveres con sus propios ojos siempre le queda la esperanza y quiere creer que estarán escondidos en alguna parte'. (M2106).
'Que hayan pasado veintitrés años no significa nada. Todavía tenemos la esperanza de que puede estar fuera, le pueden haber lavado el cerebro. Creo que aún puede estar vivo. No yo, todos en la casa lo pensamos. Mi mamá, mis hermanos...' (Ch1002).
'Sabemos que hay testigos de que los echaron al río. Lo sabemos bien. Pero incluso ahora yo pienso que están vivos en algún lugar. Siempre he tenido la idea de que los llevaron a la cordillera y los soltaron'. (M2105).
'Siempre mando a mi hijo comprar un pedacito de carne más. El me pregunta por qué. Yo le digo: Porque siempre puede llegar alguien a comer. Así le respondo.'. (M2101).
'Mi hermano era más que un hermano, era un amigo. Era todo para mí. Durante muchos años cada vez que oía el ruido del tractor pensaba que era él'. (M2603).
La entrega de restos en los casos en que ésta se produjo supuso poder aceptar la muerte:
Tuve esa sensación durante 4 años, hasta que se encontró la osamenta'. (Ch1501).
'Hasta que se encontraron sus restos a los 4 años' (Ch1502).
Hay un grupo de personas importante que constan como familiares de ejecutados políticos (es decir, se da convicción oficial de fallecimiento), pero no hay entrega de restos, o sólo se les entregó una urna sellada que no se les permitió abrir. Con ellos puede ocurrir lo mismo que con los familiares de detenidos-desaparecidos: el 22.5 por ciento de los familiares de ejecutados políticos respondieron afirmativamente a la primera expresión y el 31.2 por ciento a la segunda.
Estos datos sugieren que desde el punto de vista de la elaboración del duelo la distinción entre detenidos-desaparecidos y ejecutados políticos sería tal vez menos relevante que el hecho del hallazgo o no de los restos. Certificar la muerte sin la entrega o entregando una urna sellada es, en muchos casos, insuficiente.
Incluso entre los ejecutados políticos con entrega de restos se mantuvo durante años la impresión de que él podía parecer en cualquier momento. Esto ha ocurrido en 5 casos (10% de familiares de EP) en los que esa esperanza ilógica se mantuvo durante un período entre 3 y 5 años:
'Así fue durante años. Yo encontré el cadáver, lo reconocí. Y no me lo creía. Cualquier esperanza que me daban la aceptaba. Por ejemplo, me decían que los tenían en una isla, y yo me lo creía. Pese a que lo enterré, seguía pensando que en cualquier momento iba a aparecer'. (Ch3201).
'Lo habíamos enterrado. Sabíamos que estaba muerto, y pese a todo sentía como que esto era un sueño y que en cualquier momento él iba a estar y todo iba a ser como antes. De hecho, yo misma fui construyendo esa idea. Desde el principio lo ví como un sueño del que quería despertar.' (Ch3202).
'Aunque lo vi morir, me imagino que de repente lo voy a ver. Me pasa cuando estoy sola. Aunque asumo que está muerto, pero no sé. Es la necesidad de tenerlo'. (M2509).
En resumen, el distanciamiento emocional y la negación en cualquiera de sus múltiples formas y variaciones fue una de las estrategias de afrontamiento más utilizadas por los familiares durante todos estos años, como un intento por manejar el dolor y asimilar los problemas poco a poco y un modo de evitar el rechazo y el aislamiento social. Esto ha ocurrido en ambas etnias, si bien, como hemos visto, con matices distintos. [volver]
Notas(A) Se refiere a M. Elena Carfuquir, Presidenta de la Agrupación de familiares de Detenidos-Desaparecidos de la IX Región.
(B) Copuchar: murmurar, hacer circular rumores.
(C). Para la tercera parte de la población chilena y el 50 por ciento de la mapunche, su familiar no participaba en política. Si cruzamos este dato con los datos de militancia disponibles, se observa que en la primera expresión de la tabla, de los 60 familiares no mapunches que respondieron afirmativamente a esta pregunta sólo en 32 (53.3%) coinciden la militancia social o política de la víctima y la respuesta positiva o negativa del familiar. En la segunda frase la coincidencia sube a 49 (81.6%). En población mapunche la respuesta positiva y la militancia coinciden en 33 de 53 entrevistas para la expresión 2a (62.2%) y en 43 en la 2b (81.1%).
Dado que la segunda expresión aborda de manera más directa el tema, podemos estimar que aproximadamente la quinta parte de los familiares en una y otra etnia niegan la militancia política o social del desaparecido en aquellos casos en que la hubo.
Citar como: Durán Pérez, Teresa et al. Muerte y Desaparición Forzada en la Araucanía: Una Aproximación Étnica KO'AGA ROÑE'ETA se.x (2000) - http://www.derechos.org/koaga/x/mapuches/ |
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