Labradores de la Esperanza
El proceso de la reforma agraria en la región del Maule

En el paulatino proceso de toma de conciencia de la necesidad de luchar por la propiedad de la tierra en la VII Región, influyeron varios de los elementos señalados anteriormente.

Significativa fue la importancia que tuvo la Iglesia, especialmente en esta región, para despertar en la gente la necesidad de desarrollarse y llegar a ser persona. Gran influencia tuvieron también los partidos políticos de izquierda. Socialista y Comunista, y más tarde la propia Democracia Cristiana. Ellos hicieron ver a los campesinos la explotación en que vivían y los impulsaron a organizarse y luchar por sus derechos. También es significativo el aporte que hicieron algunos campesinos que para sobrevivir habían emigrado a las salitreras del norte, aprendiendo allí como organizarse y luchar, lo que transmitieron luego a la gente de sus tierras. A lo anterior hay que agregar un íntimo sentimiento de dolor, rabia e impotencia, frente al recuerdo histórico de luchas campesinas en otras partes del país que habían terminado en increíbles matanzas.

Manuel Oliveros, nacido en el año 1924, quien llegó a ser dirigente campesino por influencia de sus tíos y del Obispo de Talca, don Manuel Larraín, y que sobrevivió al Golpe Militar y a las horribles torturas a las que fue sometido en la Escuela de Artillería de Linares, recuerda en su libro "El Derecho de todo ser": "El Obispo Larraín fue una de las primeras personas que conocí de la Iglesia... él se jugó por enseñarle a la gente a defender sus derechos, repartió algunas tierras y, aunque a última hora, la Iglesia siguió su ejemplo."

Silvia Sepúlveda, ex prisionera política, compañera de Anselmo Cancino, actualmente desaparecido, a quien hemos entrevistado en numerosas oportunidades, relata así su experiencia:

"Fui una de los 14 hijos de un obrero agrícola muy pobre. Al sector donde vivía mi familia llegaron las misiones... participábamos todos, los adultos y también los jóvenes nos organizábamos. El primer asentamiento fue en un terreno donado por la Iglesia. Yo participaba en un grupo juvenil; a través de él fui invitada a un campamento en la cordillera. En las mañanas nos hacían charlas sobre la historia del movimiento obrero y de los campesinos. Nos enseñaban sobre los sindicatos y la reforma agraria y nos explicaban la realidad en que vivíamos. Conversábamos sobre nuestro papel como cristianos y jóvenes frente a esa realidad. De ese campamento salí con montones de inquietudes y esperanzas. Yo vivía en un mundo muy pequeño: mi familia y sus problemas. Todos los jóvenes teníamos los mismos problemas...más tarde pasé a ser dirigente del grupo juvenil y empecé a participar en un comité sindical donde estaba mi papá."

"Con mucho esfuerzo y estudio conocí la ley sindical y la lucha que dieron los trabajadores por conquistar su derecho a la sindicalización y obtener otras regalías. Eran conquistas muy grandes, como las 8 horas de trabajo. Cuando se inició el proceso de reforma agraria hubo grandes problemas, los fundos quedaban desmantelados, sin herramientas, máquinas ni animales. A los campesinos se les entregaba la tierra pelada y ellos tenían que luchar para que se les diera el resto. A pesar de esto la reforma agraria fue el comienzo de grandes esperanzas de los que queríamos una sociedad más justa."

Manuel Oliveros describe en su libro cómo los campesinos demócrata cristianos se fueron organizando. Relata una reunión a la cual llegó Rodrigo Ambrosio, quien más tarde fundaría el MAPU, para discutir con ellos la ley campesina: "él nos dijo: 'si no hay campesinos organizados, ¿quién va a entender la reforma agraria?, ¿ustedes creen que los patrones van a entregar la tierra para que se la repartan los campesinos?, tienen que formarse los sindicatos primero y después son éstos los que van a tener que gestionar ante el gobierno para que le dé curso a la reforma agraria'."

"En esa reunión, habían campesinos de Longaví, de Villa Alegre, de Colbún, de Parral y de Retiro, de hartas partes. Venían uno o dos de cada lugar, tenían que ser personas que supieran lo que tenían que hablar, lo que tenían que defender."

Mayores antecedentes nos entregaron funcionarios de INDAP y de la CORA. Uno de ellos, que desde 1965 había trabajado en Talca y Linares, nos explicó : "El movimiento campesino tuvo muy corta vida. Desde 1965 a 1973. La verdadera reforma agraria comenzó al año de haber asumido el Presidente Frei. En esa época, INDAP inició un trabajo de educación, de enseñanza a los campesinos sobre sus derechos. Ellos estaban protegidos por la ley, pero no lo sabían, desconocían su derecho a trabajar solamente 8 horas diarias, a recibir toda su paga en dinero, a tener sus imposiciones, a exigir muchos otros beneficios y por esta misma ignorancia seguían siendo explotados."

"Cuando íbamos al campo a explicarles su situación, los campesinos la comprendían pero tenían mucho miedo. Nos pedían que nos reuniéramos de noche para que el patrón no lo supiera. No se atrevían a actuar. Estaban acostumbrados a la represión, además les costaba entender a la gente que venía de la ciudad, a los profesionales, a las personas que querían ayudarles, desconfiaban de todos."

"En 1973, el cambio de la mentalidad del campesino se reflejó en el resultado de las elecciones para Senadores. En esta zona siempre ganaba la derecha, en esa ocasión fueron elegidos: un socialista, un comunista, un demócratacristiano y solamente dos de la derecha."

El proceso de toma de conciencia del campesinado se expresa en el notable crecimiento año a año de la organización campesina.

Según Luis Yáñez, campesino de la zona de San Clemente, en la creación de la organización campesina influyeron también jóvenes afuerinos "quienes venían por temporadas a trabajar en diversas faenas y veían cosas nuevas... cosas que pasaban en el mundo de otros campesinos y obreros... ellos llegaban con inquietudes sobre la necesidad de organizamos y de ver la posibilidad de una justa distribución de la tierra."

Los dueños de fundo reaccionaron rápidamente frente al proceso de la reforma agraria. Francisco Muñoz (1) recuerda que en la época del gobierno del Presidente Alessandri: "para defenderse de las expropiaciones, algunos de los patrones dividieron sus tierras en varias partes y las repartieron entre sus familiares, con el fin de que sus fundos tuvieran menos de 80 Has.; también contrataban menos de 25 trabajadores agrícolas, así no se podía formar sindicatos ni tampoco expropiar sus fundos."

Un funcionario de INDAP Y CORA agrega: "bajo el gobierno del Presidente Frei, la angustia del empresariado agrícola y de los dueños de fundo era enorme, pero del miedo pasaron a la acción. Al principio ellos también se reunían en la oscuridad, pero después estaban armados y recibían instrucción militar. 'Patria y Libertad' era muy fuerte en esta zona, trabajando en la clandestinidad, recibían instrucciones de los militares."

Numerosos son los acontecimientos violentos que en la VII Región provocaron los latifundistas y agricultores para oponerse a la aplicación de la reforma agraria por el gobierno demócrata cristiano.

En el libro antes citado de Manuel Oliveros se describe la masacre de Longaví con estas palabras: "Para el 67-68, la nueva Ley de Reforma Agraria recién estaba dictada. Raúl Orrego, de la 'Agrarias Unidas', me llevó a Longaví para que hablara en nombre de la unión de campesinos cristianos, hicimos una concentración frente a los compañeros. Teníamos el Sindicato de Longaví con 700 socios, jefes de hogar activos. Juntamos gente de todas partes del país. Llegó un grupo de compañeros que venía de Temuco: 100 personas bien decididas y disciplinadas. Acordamos reunimos no más, no hacer asalto. En un coloso llevábamos muchísimas cosas que eran estimulativas para un enfrentamiento, porqué no decirlo. Cuando habló la radio 'Soberanía' que los campesinos se habían metido en las casas, porque estaban siendo reprimidos con un tractor con aceite caliente y con balas, nos largaron."

"Estaban resistiendo en las casas patrones y grupos de amarillos que se les habían unido para impedir la reforma agraria. Ahí Gabriel Benavente que estaba por los sindicatos de empleadores agrícolas nos tiraba con carabina. Iban con metralletas. Cayeron 13 compañeros baleados. Los recogimos para llevarlos al hospital. Nos paramos en la Panamericana y tomamos los vehículos de INDAP con mucha facilidad. Los compañeros entendieron la necesidad que teníamos y comenzaron a destinarlos como ambulancias para los heridos. Los llevamos al hospital base de Linares. Quedamos cinco mil y tantos campesinos replegados en la calle."

En julio de 1969, el Presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Benjamín Matte, anunció en conferencia de prensa que: "Los agricultores pasarían de una actitud defensiva a una más dinámica en defensa de sus intereses. Respaldó a los propietarios del fundo S anta Rosa y el Porvenir por haber impedido por la fuerza el acoso a funcionarios de la CORA". (La Nación 11.11.69)

En agosto de 1969, en una reunión de unos 400 empleadores agrícolas en Panimávida, los dueños de los fundos hicieron otra vez oposición a la reforma agraria. Joaquín Huidobro, dueño del Fundo Santa Rosa de Parral, que se resistió a entregarlo a la CORA cuando le iba a ser expropiado, planteó lo siguiente: "a nosotros nos quedan dos caminos: o resistir por la fuerza o emigrar a la Argentina o a Brasil, donde Onganía o Costa Silva nos acogerán con los brazos abiertos. Si no nos resistimos con violencia, nos convertiremos en prostitutas de la CORA y aceptaremos el pago del silencio". (La Nación 12.08.69)

Se formaron brigadas de choque para defender los intereses de los latifundistas y los agricultores.

En un sinnúmero de ocasiones es mencionado por el diario La Nación, Gabriel Benavente Palma, un terrateniente del fundo La Piedad de la provincia de Linares, que se caracterizaba por su extremada violencia, por liderar grupos y acciones matonescas en la región, actuando con absoluta impunidad.

La Nación del 1 de mayo de 1970 informa que: "el latifundista Gabriel Benavente Palma -destacado dirigente de los agricultores de la zona, dueño del Fundo La Piedad baleó al funcionario de INDAP, Guillermo Quinteros".

En enero de 1969: "centenares de latifundistas y agricultores bloquearon la Carretera Panamericana a la altura de Linares, en protesta contra el precio de trigo acordado por el gobierno. En esta situación el diputado demócratacristiano, Guido Castilla, fue agredido por Gabriel Benavente quien golpeó al Diputado y lo amenazó con un cuchillo".(La Nación, 11.11.69)

En septiembre de 1969: "Gabriel Benavente asaltó las oficinas de la CORA en Linares, acompañado por 20 campesinos asalariados que contrató especialmente para esta operación. El dueño del Fundo La Piedad realizó este hecho como protesta por el acuerdo de la CORA de expropiar su fundo". (La Nación 03.09.69)

El día 30 de abril de 1970 en el mismo fundo, fue asesinado el Jefe Zonal de la CORA Hernán Mery Fuenzalida y gravemente herido el Director Técnico de la zona, Gustavo Herrera, hecho que conmovió a todo el país. Gabriel Benavente dirigió el ataque armado contra los funcionarios de la CORA y el contingente de 200 fuerzas policiales que cumplían un fallo de la Corte Suprema que respaldaba la expropiación del fundo.

Este asesinato y los acontecimientos que le sucedieron: el enfrentamiento entre los sectores políticos y su radicalización extrema; la falta de sometimiento a las órdenes judiciales y de respeto a la autoridad y el temor y la obsecuencia de las fuerzas policiales frente a los latifundistas, eran una demostración del creciente grado de violencia que se estaba despertando en los dueños de la tierra, quienes utilizaban a los sectores más marginados del agro como matones y mercenarios a su cargo. (Ver Anexo 2)

Bajo el gobierno del Presidente Frei, las organizaciones campesinas también tuvieron problemas con la 'Colonia Dignidad' (2). Manuel Oliveros así lo relata: "cuando presentamos un pliego de peticiones provincial, (...) cayó un fundo de los alemanes, el fundo del Peumo(...). Al delegado que teníamos lo ataron a un árbol y le echaron los perros para que lo mataran(...). Acosamos harto a Héctor Tarcio Salazar, el Intendente de Linares, y lo hicimos comprometerse en descubrir el atropello. A otro compañero lo amarraron a un tractor viejo y lo tiraron a un hoyo donde fundían los fierros, porque tenían fábrica. Nosotros supimos lo de adentro, y lo del compadre, porque le pedimos a una compañera campesina que fuera al médico en la Colonia.

Primero la preparamos y ella nos dijo lo que habían hecho y que allí estaban oíros conocidos que no los dejaban salir. Entonces, fuimos a la Colonia Dignidad con Enrique Zorrilla y entramos con un compañero del INDAP a una pieza donde tenían instalada una radio(...). En otra oportunidad, subimos a la camioneta, íbamos a entrar con Enrique Zorrilla y apareció gente delante y gente detrás del vehículo, cabros chicos y veteranos, esa vez no pudimos entrar. Ahí hay cosas secretas, internas, que no se saben (...). No han entrado ni las leyes chilenas ni los carabineros, es un estado dentro de otro estado. Hay compañeros que estuvieron detenidos allí después del golpe y que ahora están desaparecidos. Entraban militares a hacer ejercicios a la Colonia Dignidad."

En la época del gobierno de la Unidad Popular, la CORA de Linares multiplicó sus actividades y esfuerzos por profundizar la reforma agraria.

Paralelamente aumentó la movilización y organización campesina. En este proceso de reforma agraria participaron activamente todos los partidos. En un principio, hubo gran hegemonía de la D.C., la que tenía un mayor número de sindicatos organizados.

Además de los partidos que formaban la Unidad Popular, en Linares especialmente, se formó y participó activamente el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), creando una organización campesina conocida como Movimiento Campesino Revolucionario (MCR). Según Antonio Salinas (3): "En la provincia de Talca él MIR no tuvo gran influencia a diferencia de los partidos socialista y comunista que sí la tuvieron. Esta es una de las razones que explica que el proceso de reforma agraria en esta provincia fuera menos conflictivo y el proceso de expropiación de la tierra se ajustara a los límites fijados por la propia ley de reforma agraria."

Ya a mediados del año 71 se realizó un diálogo entre el Presidente Allende y campesinos de 5 Federaciones y del Consejo Campesino Provincial que tocó varios problemas y conflictos entre campesinos, terratenientes y el gobierno de la Unidad Popular que se presentaron especialmente en esta provincia.

En el mes de junio el Presidente Allende viajó a Linares. En su discurso pronunciado en la plaza de esta ciudad reiteró que estaba contra las tomas indiscriminadas de predios, aseguró a los agricultores no expropiados que pueden contar el próximo año con la cosecha de las siembras actuales, y calificó de 'afiebrados a los que quiebran el ritmo que el gobierno se ha fijado. 'Nadie me obligará a dar un paso más largo que lo que el programa establece', dijo el Presidente.

Al día siguiente, los campesinos de las 5 Federaciones y del Consejo Provincial Campesino iniciaron un diálogo en las Termas de Panimávida, en que abordaron problemas y conflictos entre campesinos, terratenientes y el gobierno de la Unidad Popular.

Los campesinos de Linares plantearon al Presidente a través de Anselmo Cancino sus posiciones: "Compañero Presidente, nosotros creemos que cuando hay necesidad real de una toma en pro de la justicia campesina, es necesario hacerla, para cooperar con la producción. No es nuestro ánimo crear conflicto, lo que nos interesa es producir, y es justamente en los fundos de menos de 80 Has. dónde nos encontramos en Linares con los peores casos de abandono, mala explotación e incumplimiento de las leyes sociales". Cancino planteó "la necesidad de ir a la formación real de los Consejos Comunales Campesinos en la provincia" y explicó: "aquí en Linares se han constituido pero no se han formado los Consejos Comunales, es decir, no tienen funciones, no tienen un poder real. Para nosotros es importante la experiencia que hay en ese sentido en Cautín, donde ha habido Congresos Comunales y se define realmente la participación de la base campesina en la reforma agraria."

"El Presidente Allende explicó la urgencia de aumentar la producción para no seguir importando cada vez más millones de dólares en alimentos, y fundamentó allí su decisión de hacer la reforma agraria ateniéndose a la ley."

"Cancino respondió al Presidente, diciendo: 'a veces los campesinos tenemos la impresión de que se desconfía de la conciencia que nosotros tenemos. En la medida que nos faciliten los medios técnicos, vamos a salir adelante, y también en la medida en que nos organicemos desde la base en todo el país'. Por su parte Allende reiteró: 'no estamos capacitados para tomar todas las tierras. Además hay muchos propietarios que no tienen otro medio de subsistencia. Los cientos de trabajadores cesantes que hay no podrán ser absorbidos por la reforma agraria. Los campesinos tienen que entender que se requiere tiempo para derrotar la cesantía, se requiere crear más industrias."

"Anselmo Cancino se refirió entonces a la realidad de la provincia de Linares, con un 65% de mano de obra empleada en la agricultura, y detalló el boicot a la producción agraria que efectuaban los latifundistas. 'Eso, explicó lleva a los campesinos a tomarse las tierras para elevar la producción'. 'Su razonamiento puede ser justo, pero Linares no es Chile, compañero -respondió el Presidente Allende- agregando: 'tomarse la tierra no es sólo eso. Se vulnera un derecho. Y los trabajadores tienen que comprender que forman parte de un proceso revolucionario, de una revolución que estamos haciendo con el menor costo social, con menos muertos, menos hambre. Piensen ustedes, utilizando ese mismo criterio frente a las industrias importantes que quisiéramos que fueran del Estado. Hay 35.000 industrias, ¿qué ocurriría si tomáramos el control sobre todas?' 'E1 cambio compañero Presidente', respondió el dirigente del Consejo Provincial. Allende refutó de inmediato: 'no, compañero, el caos. Yo tengo la obligación de explicarles a ustedes que están equivocados. El problema no está sólo en la forma de tenencia, sino en la producción".

"Más adelante Allende preguntó a Cancino si era militante de un partido de la Unidad Popular. El campesino respondió que era simpatizante. 'Entonces usted no tiene obligaciones. Pero yo tengo que cumplir con el Programa que la Unidad Popular aprobó', dijo el Presidente, añadiendo: 'si usted es militante de la Unidad Popular tiene la obligación de aceptar el Programa. Y yo les recuerdo que en 20 años no se ha hecho nada por tomarse predios. Hoy lo hacen porque saben que no hay represión'."

Las tomas de fundo continuaron.

Los terratenientes utilizaron la violencia en forma más organizada, incluso actuaron con violencia en casos de expropiaciones legales, realizadas por funcionarios de la CORA, y también frente a tomas de fundos efectuadas por los campesinos para pedir su expropiación.

Un ejemplo de ello, lo reproduce la Revista Punto Final del 09.11.71: "En la primavera de 1971, cuando los campesinos se tomaron el fundo Las Camelias, propiedad de Santiago Urrutia y Ladislav Munita, un comando de guardias blancas movilizados en casi 20 automóviles asaltaron a los campesinos, dejando dos heridos. En el fundo Buen Retiro la agresión latifundista se tradujo en el empleo de más de 1.000 proyectiles contra los campesinos que se habían tomado el predio(...). Otro baleo se registró en el fundo Cuatro Rosas y un dirigente campesino fue maniatado, flagelado y obligado a confesar bajo amenaza de muerte. En los fundos Canelo y Riquelme los latifundistas, que suelen actuar en Linares bajo la pantalla de un sindicato de pequeños agricultores, también balearon a los campesinos, aún cuando Canelo es un asentamiento de la CORA. Un grupo de agentes de Investigaciones, que llegaron al lugar, fueron sacados encañonados por los latifundistas, posteriormente se logró hacer algunas detenciones, pero los culpables fueron puestos en libertad algunas horas después, sin que se les aplicara la ley de Seguridad Interior del Estado. En el fundo La Fortuna también fueron atacados a balazos los campesinos y los integrantes de las guardias blancas puestos en libertad incondicional .El ex Senador del Partido Nacional, Juan Luis Marás, dueño de un fundo en la zona, abofeteó al Presidente del Consejo Provincial Campesino, Anselmo Cancino, y amenazó hacer lo mismo con el jefe de la CORA, Gabriel Coll, quien, además, fue objeto de tres agresiones a balas en Parral y San Javier y de un fallido intento de agresión por un grupo de terratenientes. Los funcionarios de CORA en Linares, Erick Zagal y Ricardo Ugarte, así mismo fueron víctimas de atentados con armas de fuego. Las autoridades de gobierno, ante estos hechos, resolvieron permanecer impasibles".

El 16 de enero de 1972 se realizaron las elecciones complementarias de diputado en Linares, Loncomilla y Parral.

María Eliana Mery, hermana de Hernán Mery, fue designada candidata por la UP y apoyada también por el MIR, el Partido de Izquierda Radical y la Unión Socialista Popular.

Por la derecha, el Partido Nacional llevaba como su candidato a Sergio Diez, quien fue apoyado además en forma no oficial por sectores demócratacristianos.

De la lectura de la prensa de la época se observa que el debate político ideológico se centraba en el problema de la propiedad de la tierra y en las críticas o defensas de cómo el gobierno de la UP conducía el proceso de reforma agraria.

Esta elección acentuó la polarización en todos los sectores sociales de esta región. Numerosas son las declaraciones de pequeños comerciantes, profesionales, pequeños agricultores, gremios y sindicatos, incluso sectores de iglesia que apoyaban uno u otro candidato, siendo los discursos de anchos bandos agresivos, descalificadores, peyorativos y amenazantes.

La sociedad civil en esta provincia empezó a dividirse francamente entre amigos y enemigos.

El triunfo del candidato de derecha de 29.990 votos contra 21.165 de María Eliana Mery fue inobjetable. Significativa es, sin embargo, la abstención de 15.986 personas, lo que equivalía a un 23,62% del electorado.

Durante la campaña electoral circuló un Manifiesto emitido por el Consejo Provincial Campesino, en el cual se agrupaban el Comité Político Provincial de la UP y el Comité Regional del MIR. La lectura del Manifiesto de Linares muestra que las demandas planteadas sobrepasaban ampliamente la ley de reforma agraria y el programa de la Unidad Popular. Se basaban principalmente en el sentimiento de explotación, miseria y humillación que vivían la mayor parte de los campesinos y principalmente los afuerinos. Por otro lado, sostenían la necesidad imperiosa de lograr su unificación, asegurar el compañerismo y solidaridad entre los campesinos y su participación real en el proceso de reforma agraria.

A diferencia de la Provincia de Linares, la lectura de los periódicos y los testimonios recogidos sobre lo sucedido en la provincia de Talca nos revelan que los conflictos derivados del proceso de reforma agraria adoptaron otra forma y fueron de menor magnitud.

Así, según opina Antonio Salinas: "la mayoría de los terratenientes de Talca no enfrentaron la reforma agraria como un Gabriel Benavente. En efecto, estructuraron la actividad productiva hacia el desarrollo de la agroindustria, contratando obra de mano por temporada y en forma asalariada."

"De esta manera, la mayor parte de los conflictos se centraba en la lucha de los campesinos por mejoras salariales, de la previsión y otras reivindicaciones."

"Con respecto a las expropiaciones, la toma de fundos se circunscribió más bien a tierras mal explotadas y áreas mayores de 80 Has. de riego básico, ciñéndose a la aplicación planificada de la reforma agraria por el gobierno de la U.P., cumpliendo en ella un papel importante el Partido Socialista. Cuando los campesinos se tomaban un fundo en que la expropiación no estaba respaldada por la ley de reforma agraria, conversábamos con ellos para convencerlos que no era conveniente actuar de esa manera y así evitar la doble confrontación: con el gobierno y los carabineros y, por otra parte, con los terratenientes. Estas acciones generaban más conflicto, por ejemplo con la justicia en que finalmente siempre los que quedaban presos eran los campesinos... la justicia chilena seguía teniendo un carácter de clase."

Otra característica distintiva de la Provincia de Talca es que el riesgo de expropiación provocó cambios muy positivos en los grandes productores, especialmente en el nivel de inversiones, en el uso de la tierra, en el tamaño de los predios y en los niveles de empleo.

La Iglesia, en Talca, como ya vimos, había educado y entregado tierras para ser trabajadas por los propios campesinos, mucho antes que el gobierno de la UP iniciara las expropiaciones.

Por último, el MIR, que reivindicaba y movilizaba con más fuerza el derecho a la tierra j unto a algunos sectores socialistas, no constituyó una gran fuerza en Talca ni tuvo líderes campesinos como era Anselmo Cancino en Linares.

Así como existieron diferencias entre la provincia de Talca y Linares, distintos fueron los conflictos que se dieron en otras comunas y localidades de la región, según fueran las necesidades y reclamos de los campesinos por sus derechos y según fueran las reacciones de los dueños de fundos que, además de defender el derecho a la propiedad, habían declarado la guerra a lo que ellos designaban como el "enemigo marxista'.

El Rebelde del 25 de enero de 1972 informaba: "El jueves 20 de enero de 1972 una banda armada de más de 80 personas, dirigidas por el latifundista Juan Torres e integrada por dueños de fundos y desclasados a sueldo, irrumpió en el fundo Santa Eugenia, de Yerbas Buenas, a 25 Km. de San Javier, donde alojaban 40 familias campesinas que se habían tomado el fundo."

"Los asaltantes desnudaron a los campesinos y los amarraron brutalmente con alambres de púas, subiéndolos bajo una andanada de palos y cadenazos a los camiones en que habían llegado. Entre insultos y amenazas, procedieron después a arrojarlos de los vehículos que marchaban a toda velocidad, ocasionándoles heridas graves. Algunos fueron atendidos en el Hospital de San Javier."

Esta agresión no fue olvidada. Seis meses después, a raíz de un atentado contra el Gobernador de San Javier, el diario La Mañana de Talca del 10 de j unió de 1972, vuelve a mencionarla: "El grupo de agresores que maltrató a los campesinos, lo encabezó Juan Torres, alias 'El diablo', conocido por sus fechorías reaccionarias y matonezcas. Siete de los campesinos debieron ser internados en el Hospital de San Javier. Fueron golpeados, atados con alambres de púas y finalmente lanzados desde un camión al suelo."

Hasta el día de hoy, este hecho se conserva en la memoria de los lugareños. Prácticamente todos nuestros entrevistados recuerdan con nitidez lo sucedido en el fundo Santa Eugenia.

Luego de ese hecho represivo, los inquilinos y afuerinos de este fundo organizados en la Unión Campesina Revolucionaria, principalmente socialistas, escribieron una carta al Presidente Allende:

"Al compañero Allende:

Le pedimos a nuestro compañero Presidente, pedimos y exigimos la expropiación del Fundo Santa Eugenia.
Somos 8 compañeros inquilinos del fundo, nos tienen amenazados de muerte. Somos padres de familia y no tenemos donde vivir. En el camino es doloroso y triste para vivir con nuestros hijos.
Queremos expropiación a puertas cerradas sin pago.
El jueves 20, a las 05 Hrs. de la mañana, con la sangre que derramamos tenemos pagado el fundo.
Después de ser amarrados con alambres de púas de pies y manos, a las 6 de la mañana, bajaron nuestra bandera chilena y con lágrimas en los ojos la miramos como la pisoteaban. Después de cansarse de pisotearla, terminaron con ponerle fuego hasta no quedar ni un polvo.
Cómo los momios pueden cargar toda la clase de armas y nosotros a manos peladas.
Firmamos los inquilinos y afuerinos Unión Campesina Revolucionaria."

La carta sintetiza el drama histórico del campesinado chileno, de aquellos que en un comienzo fueron llamados vagamundos, luego peones y despectivamente 'afuerinos', que en este período de lucha por la tierra, desprovistos de armas y solamente con sus familias y una bandera chilena, se tomaban la tierra para tener donde establecerse y vivir.

Nos parece importante destacar también el rol que tuvieron los estudiantes en la experiencia de la reforma agraria en esta región.

En efecto, durante los meses de verano de los 3 años que duró el gobierno de la Unidad Popular, jóvenes de la enseñanza universitaria y también secundaria se incorporaron a las diversas áreas del proceso de cambio social que vivía el país.

La mayoría estaba ligada a partidos o movimientos de izquierda. Otros recién comenzaban a percibir a través de la convivencia con los campesinos, la posibilidad de ayudarlos a que 'la tierra que trabajaban fuera de ellos'.

Desde las Universidades de Chile y de Concepción y desde diversos colegios secundarios, grupos de jóvenes, hombres y mujeres, de diferentes carreras e intereses llegaron los primeros días del mes de enero de 1972, en buses y trenes, a las diferentes provincias de la Región del Maule.

Hemos entrevistado a varios de ellos, casi 20 años después de haber vivido esa experiencia. Nuestras preguntas les han provocado una reminiscencia profunda, vivida y actual, con una gran carga afectiva. Una mezcla de sentimientos de pérdida de algo que fue real y "extraordinario", según sus propias palabras.

Frases como: "lo viviría de nuevo sin arrepentirme de lo que hice" o "fue lo más hermoso que he vivido en todos estos años", se dieron una y otra vez. También recuerdan a compañeros que no quisieron volver a sus hogares y que se quedaron allí viviendo con los campesinos y que están ahora desaparecidos.

Los elementos principales que destacan de sus recuerdos son la extrema miseria en que vivían los campesinos, sus casas modestas, humildes, con lo mínimo necesario "y a veces ni eso... los niños sucios, descalzos, con la ropa raída. Las mujeres precozmente envejecidas, desdentadas, calladas, marginadas, sometidas. Los hombres desconfiados, conocedores de su trabajo pero ignorantes de sus derechos y extremadamente machistas. A las mujeres, al comienzo las dejaban al lado afuera de la casita donde hacíamos las reuniones. Ladinos, astutos, buenos e ingeniosos, pero asustados frente a las posibles represalias del patrón."

Relatan además que había una clara diferencia entre los campesinos que tenían casa y un pedazo de tierra con aquellos que ellos mismos calificaban como de jornaleros y afuerinos. Los primeros querían "mantener lo propio y si era posible algo más, pero no visualizaban la unidad y el trabajo conjunto de la organización. Los sin nada, los afuerinos, eran muy comunicativos, conocían y contaban las historias del sector... eran como filósofos de la vida y su filosofía era ser viajeros caminantes y errantes. Como que su misión era transmitir la historia."

Estos estudiantes tenían como tarea: "alfabetizar, ayudar a crear organización política o sindical y lo más importante: tomarse un fundo, esta era su misión."

"Al principio descubrieron la desconfianza y las mil y una rencillas entre los campesinos... los cuentos entre las mujeres... que terminaban solamente en casos de ayuda frente a la miseria, la enfermedad o la muerte."

" En esos meses de verano los estudiantes descubrieron líderes naturales, así como mujeres de edad que rápidamente tomaron conciencia de la situación de explotación en que vivían y se transformaron en conductoras. Al cabo de un mes ya tomaban la palabra y opinaban en las reuniones. Dejaron atrás sus pequeñas rencillas y se reunían para intercambiar ideas, discutir y organizarse."

Según estos testigos: "el trabajo fue fácil, pues como que algo por años dormido se despertó... al final, grandes marchas de campesinos, hombres, mujeres y niños despidieron a los estudiantes que durante tres meses habían convivido y trabajado con ellos de sol a sol."

Algunos de los estudiantes que realizaron trabajos voluntarios en el campo también fueron sujetos de violenta agresión.

El Rebelde del 25 de enero de 1972, publicaba así la noticia: "El miércoles 19, seis estudiantes y una funcionaría de CORA habían sido atacados por fascistas encapuchados en el fundo Las Peñas donde efectuaban trabajos voluntarios. Sofía Vera Freiré fue desnudada, golpeada y vejada por los criminales quienes además la raparon totalmente. Los 6 estudiantes fueron también desnudados y se trató de quemarlos con antorchas."

La justicia dejó impune este suceso: El 6 de marzo de 1972, el Ministro de la Corte, Hernán Correa de la Cerda sobreseyó a los autores de las agresiones, vejaciones y atropellos a estudiantes en el fundo Las Peñas, de San Javier.

Las diferencias entre las políticas agrarias del gobierno de Salvador Allende y de los partidos de la U.P. que lo apoyaban, con las del Movimiento Campesino Revolucionario dirigido por el MIR, se manifestaban a nivel local en una confrontación aguda, que se demuestra en el primer congreso provincial del MCR realizado en Linares el 19 y 20 de febrero de 1972. Durante el Congreso se discutió el Programa de Linares (antes mencionado como Manifiesto de Linares), los problemas de los 'asentamientos momios' creados en la época del gobierno de Frei, la participación campesina en los CERA, y la demanda a la CUT como organización de los trabajadores a apoyar la lucha campesina y reflejar las inquietudes del campesinado.

En marzo de 1972, después de realizar una movilización por el centro de la ciudad de Linares los trabajadores del campo y de la ciudad, agrupados en el Movimiento Campesino Revolucionario, en el Frente de Trabajadores Revolucionarios, en el Movimiento de Pobladores Revolucionario, junto a los estudiantes del Frente Estudiantil Revolucionario, se tomaron la Intendencia y la radio de la provincia. Exigían la salida del Intendente y el cumplimiento del Programa que llevaron las fuerzas de izquierda en la elecciones parlamentarias recién pasadas.

Esta acción fue la culminación de un largo proceso de tramitación por parte de la CORA en la expropiación del fundo San Blas de Linares, que fuera tomado a principios de 1971. En todo ese período de tomas y retomas del fundo, los campesinos fueron desalojados y 20 de ellos detenidos y encarcelados por 80 días, a pesar de la promesa de intervención hecha por el Ministro de Agricultura. El Intendente por su parte actuó con negligencia, permitiendo que los propietarios del fundo se apropiaran de éste.

Por otra parte, la ola de violencia de los latifundistas continuaba. Día a día se sucedían asaltos a sedes y personas, golpizas severas que dejaban heridos graves, atentados dinamiteros a casas y locales de autoridades, sin ser sometidos a la justicia los autores de tales delitos.

De otro lado, también día a día se sucedían las tomas de fundos. En ellas participaban obreros agrícolas y afuerinos, líderados por militantes del Movimiento Campesino Revolucionario.

La CORA, en Linares, no sólo era objeto de presiones por parte de campesinos que exigían la expropiación legal de fundos de la zona, sino que también se originaban contradicciones al interior de ella. Hubo paros de sus funcionarios, en apoyo a su director Gabriel Coll, quien se destacaba por luchar contra el burocratismo institucional y la impunidad de que gozaban los patrones.

El Movimiento de Pobladores Revolucionarios, conducido por el MIR, también realizaba tomas en la ciudad de Linares.

"A raíz de un temporal seguido de una inundación mucha gente perdió todo lo que tenía bajo el agua. Estos pobladores que quedaron sin casa se refugiaron en los liceos de hombres y niñas y exigieron que se les entregaran terrenos. Allí vino la toma y nació el Campamento Luciano Cruz", relató la compañera de Jorge Yáñez, actualmente desaparecido, doña Juanita Soto Lastra.

Lucrecia Pereira agregó: "la toma fue organizada por gente del MIR. Se construyeron alrededor de 300 modestas casas de madera, donde vivían pobladores y obreros de la ciudad. Se organizó el trabajo político, había sede social, junta de vecinos, una casa para encuentros y enseñanza política. La gente iba para allá porque era un lugar que llamaba la atención sobre todo para la juventud izquierdista. Allí llegaban además frecuentemente estudiantes secundarios de Linares."

En octubre de 1972, la polarización y el enfrentamiento, al igual que en todo el país, se hizo muy evidente en la VII Región. Por un lado la derecha, mediante la paralización del comercio y el paro de los camioneros, intentaba provocar la caída del gobierno de la U.P. y, por otro lado, sectores de izquierda radicalizaban sus luchas exigiendo la expropiación sin pago de la agroindustria y la dictación de una nueva ley de reforma agraria, que entregara más poder al campesinado.

Varios periódicos informaban de lo ocurrido durante el paro de octubre en la Región del Maule: "desde los primeros días en que los camioneros empezaron con la ola de huelgas y tomas, el pueblo de Linares respondió. El paro del comercio fracasó. El comercio minorista no se plegó al cierre de negocios. De un total de 250 asentamientos sólo pararon 48 y allí los campesinos de izquierda siguieron trabajando. Los colegios no se plegaron al paro y los estudiantes asisten normalmente a las clases incorporados a los trabajos voluntarios. Los estudiantes del FER participan activa y constantemente en la distribución de alimentos y en las nuevas formas de organización popular. En la locomoción, el recorrido Linares-Panimávida fue requisado y sus máquinas son conducidas por .choferes voluntarios. En la distribución de alimentos la CUT y las JAP tomaron a su cargo la tarea incorporando a todos los sectores. El abastecimiento del comercio minorista fue realizado por estudiantes y funcionarios, que en diario recorrido por los barrios determinaban las necesidades. Aquellos locales comerciales minoristas que permanecieron cerrados fueron descerrajados por los trabajadores y DIRINCO. Se crearon nuevas JAP (Junta de Abastecimiento Popular).

La VII Región no quedó al margen de la organización y lucha frontal que la derecha económica, política, gremial, empresarial, profesional, industrial, había iniciado para lograr la caída del gobierno de Salvador Allende.

Frente a la unidad de la derecha, la prensa local y los testimonios recogidos por nosotros, así como lo que la práctica misma demostró, persistían las tendencias y conflictos al interior de los sectores de izquierda y los campesinos y pobladores que participaban en este proceso.

El 29 de junio de 1973 se produjo en Chile el primer intento de Golpe de Estado.

Lucrecia Pereira y Viviana Montecinos, en esa época estudiantes secundarias que vivían en Linares, nos relataron así ese día:

"Durante el "mini golpe', los militares en la provincia de Linares salieron a la calle apoyándolo. Revisaron vehículos, controlaron a la gente... el Campamento Luciano Cruz fue allanado varias veces por gente de la ultraderecha. En los días siguientes, los pobladores empezaron a discutir cómo organizarse ante la posibilidad de un nuevo golpe. A lo único que llegaron fue a ver cómo cerrarían las entradas de la población y construirían barricadas. Ahora pienso que había cierto infantilismo pues no había nada con qué defenderse."

Angélica Benavides (4), por su parte, relata:

"La situación en Talca era como en Santiago. Los de Patria y Libertad marchando como cualquier nazi. Andaban por las calles como Pedro por su casa y los pacos no les hacían nada. Había una violencia increíble por parte de la derecha. Una vez cercaron el centro de Talca a puros piedrazos. Sitiaron como dos horas las sedes de los Partidos Socialista y Comunista. Llamábamos a los carabineros y no venían. Nadie hacía nada. Nada."

"En esa época la situación era dura y muy difícil. Antes del Golpe ya habían amenazas, atacaban los vehículos, apedreaban las sedes de los partidos, colocaban bombas".

"Me recuerdo que un día iba con Germán, el Intendente de Talca, los milicos tenían puestos contra la pared a unos jóvenes. A Germán le dijeron que los estaban controlando porque les habían dicho que llevaban armas. Los milicos fueron muy agresivos a pesar que sabían que él era el Intendente. Lo empujaron y lo hirieron en el brazo con la bayoneta de sus fusiles."

"La gente se organizaba para defender al gobierno. Pero durante el paro de los camioneros, los de derecha atacaban y botaban las cosas que traían los camiones, reventaban los neumáticos. Había vigilancia pero era igual. No había nada que hacer frente al tremendo Golpe que se venía. Ellos tenían todo organizado."

Por Decreto Supremo Nº 204 del 29 de junio de 1973, vigente hasta el 4 de julio del mismo año, fueron declaradas Zona en Estado de Emergencia las Provincias de Linares y Maule. El Bando Nº 2 del 30 de junio de 1973 -firmado por Gabriel del Río Espinoza, como Jefe de Zona de Emergencia- prohibió la divulgación de noticias referidas al "tanquetazo" como también todo comentario sobre la materia. La ley No 17.798 sobre el control de armas modificó varias disposiciones de la Ley de Seguridad Interior del Estado, ampliando las que sancionan las milicias privadas, grupos de combate o partidos organizados militarmente.

El gobierno local de Talca, con Germán Castro como Intendente, reaccionó ante el tanquetazo y el creciente clima de violencia, trató de aquietar los ánimos de los sectores partidarios del gobierno y de evitar la intervención de las fuerzas armadas. Por el contrario, la oposición solicitaba abiertamente la intervención militar y reclamaba sobre la existencia de armamento entre los civiles; no así sobre la serie de atentados que ella provocaba diariamente.

El 1 de julio dé 1973, el diario La Mañana daba cuenta de un compromiso de orden y respeto de los partidos políticos locales: "representantes de los diversos partidos políticos se comprometieron ante el Jefe de la Zona de Emergencia, Comandante Efraín Jaña, a respetar en toda su integridad los Bandos emitidos hasta el momento. Se pide a la comunidad abstenerse de participar en reuniones públicas y manifestaciones que puedan alterar el orden y se prohíbe estrictamente el uso de armas de fuego."

Después del tanquetazo del día 29 de junio de 1973 y de la dictación de la Ley de Control de Armas, en las Provincias de la Región del Maule, se comienza a manifestar en toda su intensidad el clima de violencia que precedió al Golpe Militar.

El análisis detallado de las informaciones de Prensa de esa época relatan en forma patética y dramática los últimos días vividos en las distintas provincias, comunas y pequeños poblados de la Región del Maule.

En todas ellas -San Javier, Villa Alegre, Longaví, Constitución, Cauquenes, Molina, Parral- se produjeron graves enfrentamientos, en algunos casos con muertos y heridos, la mayoría de ellos campesinos. Continuaban las tomas y retomas de tierras, se cortaban los caminos, paralizaban los trabajadores agrícolas; se repetían una y otra vez los atentados contra sedes de partidos, cargas de dinamita, bombas, disparos, ataques repetidos y contraataques; el paro nacional -arma de la derecha-se extendía nuevamente a lo largo de todo el país, como en Octubre de 1972, pero esta vez en forma más profunda y generalizada, abarcando todos los rincones de esta región.

Se movilizaban los campesinos, la CUT convocó una y otra vez a manifestaciones de apoyo al gobierno de la Unidad Popular. Los estudiantes marchaban en todas las plazas de los pequeños pueblos, tratando de contrarrestar el paro nacional. Se confrontaban en las calles con estudiantes de derecha, los que a su vez exigían la intervención militar.

Las intervenciones en el Parlamento, en favor y en contra del gobierno de Salvador Allende, se repetían una y otra vez. Ataques y contraataques. En voz del diputado Gustavo Ramírez, los parlamentarios de la DC de esta Región se autoasignaron el deber moral de "notificar a toda la provincia que es la hora de las grandes decisiones" y amenazaban con "emplear métodos que hasta hoy estaban marginados", en una clara incitación al Golpe.

Importantes sectores del PDC habían formado con la derecha una alianza, llamada Coordinación Democrática, CODE.

El quiebre institucional era, desde meses antes al 11 de septiembre de 1973, inevitable.

En la Región del Maule, el proceso de Reforma Agraria quedaría interrumpido tal vez para siempre.


Notas

Nota 1
La Alianza para el Progreso fue la alternativa planteada por los Estados Unidos a la Revolución Cubana, que correspondió a una iniciativa del Presidente John F. Kennedy. Se trataba de hacer un esfuerzo serio para modernizar las estructuras latinoamericanas y mejorar las condiciones de vida de la población.

El proyecto planteaba inversiones en América Latina de 2.000 millones de dólares anuales, por un plazo de 10 años, de modo de asegurar una tasa de crecimiento per cápita de 2,5% anual. Junto con el crecimiento debían implementarse reformas estructurales.

Nota 2
El artículo primero de esta ley dice, refiriéndose a las causas de la reforma agraria: "El ejercicio del derecho de propiedad sobre un predio rústico está sometido a las limitaciones que exigen el mantenimiento y progreso del orden social. Estará sujeto, especialmente, a las limitaciones que exige el desarrollo económico nacional y a las obligaciones y prohibiciones que establece la presente ley a las que contemplan las normas que se dicten en conformidad a ella".

El artículo tercero declara como objeto: "Llevar a cabo una reforma agraria que permita dar acceso a la propiedad de la tierra a quienes la trabajan, mejorar los niveles de vida de la población campesina, aumentar la producción agropecuaria..."

Nota 3
En base a esta ley se formaron :

  • El Consejo Nacional Agrario, integrado por los Ministros de Agricultura y de Tierras y Colonización, el Vicepresidente Ejecutivo de CORA y dos personas de libre elección y de exclusiva confianza del Presidente de la República, más otras personas.
  • El Tribunal Agrario Provincial
  • El Consejo Nacional de Crédito Agrícola
  • La Dirección General de Aguas
  • Se transformó la Dirección de Agricultura y Pesca en Servicio Agrícola y Ganadero, SAG.

Nota 4
Jacques Chonchol expuso, de acuerdo con el Presidente Allende, la política de reforma agraria y desarrollo agropecuario en diversos discursos. Se resumen aquí, sucintamente, los conceptos básicos.

La política general del gobierno en materia agraria, en este proceso de transformación de la sociedad chilena de una economía capitalista subdesarrollada hacia una economía socialista, se plantea en tomo a 6 objetivos fundamentales:

1. Un cambio lo más rápido posible en el sistema de tenencia de la tierra, que hasta ahora regía en Chile y que en gran parte sigue rigiendo.

2. Un cambio en el sistema de interrelaciones económicas entre la agricultura y el resto de la economía, que nos parece que es el complemento fundamental para que los cambios en el sistema de tenencia de la tierra tengan algún efecto positivo desde el punto de vista de la población campesina.

3. Una reorientación del proceso productivo que tradicionalmente ha tenido lugar en el país, a fin de aprovechar al máximo las ventajas económicas del agro chileno y conseguir un ingreso y una ocupación satisfactorias.

4. La industrialización de las áreas rurales.

5. Una participación campesina muy activa en todo el proceso de cambio y en la configuración del nuevo sistema político, económico y social.

6. La superación rápida de la situación de postergación tradicional y de segregación que en todos los niveles sociales han tenido en este país ciertos grupos muy significativos de la población campesina. Me refiero fundamentalmente a la población indígena mapuche y a otros grupos como es el caso de los comuneros del Norte Chico.

(Gonzalo Martner, El Gobierno del Presidente Salvador Allende 1970 -1973, Ed. LAR 1988)

Nota 5
En este cuadro se observa el nivel de crecimiento experimentado por la Federaciones Provinciales en Talca y Linares, desde el momento de su constitución en 1968, hasta el año 1972. La cifras de este cuadro se obtuvieron del libro Trayectoria de la Organización Sindical Campesina. Luis E. Salinas, AGRA Ltda. Santiago de Chile, 1985.

Número de Afiliados 1968 1969 1970 1971 1972
LINARES 4.055 6.560 9.290 14.501 17.400
TALCA 7.772 9.340 11.480 12.785 15.886
TOTAL 11.827 15.900 20.770 27.286 33.286


Notas:

1. Ex Prisionero político, oriundo de Talca, dirigente campesino desde la década de los sesenta.

2. Ver Capítulo de Parral.

3. Antonio Salinas fue dirigente del PS y vocero de la U.P. en la provincia de Talca hasta el 11 de septiembre de 1973. Participó en la caravana conducida por Germán Castro y escapó hacia Argentina luego de eludir la emboscada militar en Cerro Nevado.

4. Angélica Benavides, militante socialista, ex-presa política, sobreviviente del grupo conducido por Germán Castro, que fue detenida y condenada a 20 años de prisión en un juicio sumario dictado por la Fiscalía Militar de la ni División del Ejército. Después de algunos años de reclusión salió al exilio.


Editado electrónicamente por el Equipo Nizkor- Derechos Human Rights el 17abr02
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