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07sep17
La célula de Melilla usaba las mismas técnicas de ocultación que los terroristas de Ripoll
Citas cuando se ponía el sol, en lugares clandestinos a ambos lados de la frontera, tanto en Melilla como en Marruecos. La estrategia de ocultación de la última célula yihadista desarticulada ayer en Melilla y Maruecos se basaba en los contactos personales, en el tú a tú, a imagen y semejanza de lo que llevan años poniendo en práctica los grupos de crimen organizado. Nada de comunicarse por teléfono -no se ha obtenido información de las escuchas- ni de utilizar las redes sociales para alardear o exponerse a ser detectados, según las fuentes consultadas por ABC. Es la segunda ocasión en pocos días en que coincide este tipo de actuación, idéntica a la seguida por la célula de Ripoll.
Aún es pronto para concluir que es una nueva tendencia, opuesta a la seguida en los últimos años cuando internet y las redes en general han supuesto una vía privilegiada de radicalización, pero el abandono de dichas redes se ha podido comprobar en estos dos casos. El hecho de que vivieran muy cerca unos de otros y de que tuvieran la posibilidad de pasar la frontera con facilidad en ambas direcciones ha favorecido esos contactos personales y ha actuado como elemento de cohesión del grupo, según explican las mismas fuentes. Los investigadores no encontraron rastro de la radicalización de los yihadistas de Ripoll en sus redes, todo lo contrario: afición por los coches de lujo, fútbol, rap; lo habitual en jóvenes de su edad.
El camuflaje existió. Al menos así se refleja en un auto del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu en el que deniega la libertad a Driss Oukabir, uno de los dos encarcelados. En su declaración ante el magistrado, Oukabir contó que su hermano Moussa veía vídeos de contenido yihadista en una tablet. Los vídeos estaban en una tarjeta de memoria que los integrantes de la célula de Ripoll se iban pasando entre sí para no dejar rastro y evitar ser localizados por la Policía, según informó ayer la Cadena Ser.
Los tejanos, por la barba y la chilaba
Hafid M.M. llevaba muchos años trabajando como auxiliar educativo en un centro de reforma de menores emblemático en la ciudad, el Baluarte, donde entre treinta y cuarenta chicos comparten estancia. Aunque el centro depende directamente de la Consejería de Bienestar Social de Melilla, la gestión estaba encomendada a la Fundación Diagrama, la encargada de seleccionar al personal que va a trabajar para ellos. Hace poco más de dos años, el propio centro advirtió de los cambios externos en Hafid (barba y chilaba), así como sus comentarios imbuidos de supuesta religiosidad. "Estamos muy alerta ante estos cambios", explica el consejero Daniel Ventura a ABC, "porque el entorno es delicado y sensible. No es el único sobre el que se ha alertado". "Era muy normal. Estuvo en Nuevas Generaciones y colaboraba en las campañas electorales del partido". La transformación, ahora se sabe que radicalización, del educador le hizo dejar su actividad en el PP (hace tres años que no pagaba las cuotas ni se relacionaba con sus antiguos compañeros) y desentenderse de su trabajo.
Desde hace más de un año encadenaba una baja laboral con otra tras romperse un dedo, sin que nadie hubiera advertido lo anómalo de la situación. Hace unas semanas se reincorporó al centro, pero luego se fue de vacaciones (eso en teoría): a Marruecos, donde se le ha detenido. Ayer el PP le suspendió de militancia y lo expulsó.
[Fuente: ABC, Madrid, 07sep17]
Islamic paramilitary organizations
This document has been published on 18Sep17 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |