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17jun15


Refugiados sirios vuelven a Tal Abyad tras la caída del ISIS: "Gracias a Dios se han ido"


Los primeros refugiados sirios llegados a Turquía para huir del Estado Islámico (ISIS) y de los combates por el control de la ciudad de Tal Abyad comenzaron a cruzar hoy la frontera para volver a su país. A primeras horas de la mañana, alrededor de 200 hombres, mujeres y niños, con sus pertenencias a cuestas, estaban apiñados delante del puesto fronterizo reabierto por las fuerzas de seguridad turcas.

Apoyadas por ataques aéreos de la coalición antiyihadista dirigida por Estados Unidos y por grupos rebeldes sirios, las Unidades de Protección del Pueblo kurdo (YPG) tomaron ayer el control de Tal Abyad, hasta entonces en manos del ISIS.

Esta batalla provocó desde el comienzo de junio el éxodo de más de 23.000 personas hacia Turquía, según cifras del gobierno kurdo. Hicieron un paquete con sus pertenencias y cruzaron con sus hijos la frontera turca, situada a unos kilómetros de allí. El estrépito de las armas cesó y los hombres de la bandera negra cedieron el control de Tal Abyad a los combatientes kurdos y a sus estandartes amarillo, verde y rojo con una estrella en el medio. Un alivio para la mayoría de los refugiados, que padecieron castigos impuestos por la sharia (ley islámica), hombres de negro en las calles y sobre todo miedo, mucho miedo...

Vefa Hesyni, de 32 años, se instaló en un parque cercano al puesto fronterizo donde era una más en un mar de refugiados. Si se hubiera quedado se habría visto obligada a vivir enclaustrada todo el día -cuenta- porque la ley de los yihadistas lo prohibía todo. Incluso sentarse fuera en una silla. "Cuando llegaron, dieron una vuelta por la ciudad para decir una serie de cosas. Que nuestras niñas pueden casarse a partir de los 8 años. Que los institutos de belleza son obra de Satanás. O que las mujeres debían permanecer encerradas todo el tiempo", asegura Vefa, con la cara tapada por un velo.

Acabó renunciando a su trabajo de agricultora por miedo a hacer algo prohibido y ser castigada. Cuenta también las visitas, durante meses, de un yihadista que quería casarse con su hija de 13 años. Y cómo los miembros del ISIS cortaron la mano a un vecino por robo. Ocurrió una semana antes de su huida a Turquía. Lo abandonaron en plena calle, después de haber escrito en su frente "Kafir" (infiel), susurra Vefa. "Gracias a Dios se han ido, gracias a Dios se han ido", repite.

Esta nueva victoria kurda, después de la de Kobane en enero pasado, preocupa al presidente islamista conservador turco Recep Tayyip Erdogan, que alertó el domingo de la "creación de una estructura que amenaza las fronteras".

El portavoz del gobierno turco incluso acusó el lunes a los combatientes del YPG de aplicar una política de "limpieza étnica" en el norte de Siria. Las YPG tienen vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que lleva a cabo desde 1984 una insurrección armada en Turquía y está considerado por Ankara como un grupo "terrorista".

Vivir con miedo

Mahir el Kuburi recuerda perfectamente el día de agosto de 2014 en el que los yihadistas desembarcaron en Tal Abyad y proclamaron el califato. "Eso no era vida", suspira este granjero de 54 años. "Al principio, algunos los apreciaron porque intentaron ganarse nuestra confianza ofreciéndonos gratis comida, agua y otro tipo de servicios. Pero pronto la perdieron cuando todo el mundo comprobó su crueldad".

Mahir explica que varios grupos de hombres de negro, a menudo reclutados localmente, patrullaban a diario las calles para asegurarse de que se respetaban estrictamente las reglas islámicas. Empezando por la prohibición de alcohol. También recuerda los castigos para los que se atrevieran a quebrantarlas, como la lapidación hasta la muerte.

Halil el Ahmed, de 55 años, consiguió pasar a Turquía con 15 miembros de su familia después de haber dormido a la intemperie tres noches frente a la alambrada que separa los dos países.

"Es terrible vivir bajo la sharia (la ley islámica), que nos prohibía casi todo", suspira. Pero este árabe está preocupado por la ley de los nuevos vencedores, los kurdos de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG). Expulsando al ISIS de Tal Abyad, extendieron su control en un territorio de 400 kilómetros a lo largo de la frontera turca, desde Kobane al oeste hasta la frontera iraquí.

"Es terrible vivir bajo el reinado del miedo, estar asustado cada vez que alguien llama a la puerta", reconoce Halil. "Espero que esta guerra termine pronto".

[Fuente: Clarín, Afp, Bs As, 17jun15]

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