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01may15
Estados Unidos, Gran Bretaña y Turquía entrenarán 5.000 integristas sirios
Más de un centenar de soldados estadounidenses han llegado a Turquía en los últimos días para participar en el polémico programa de entrenamiento de miles de insurgentes sirios, con el objetivo de crear una fuerza militar prooccidental que pueda alterar el equilibrio en la guerra de Siria. Cuarenta miembros de las fuerzas especiales norteamericanas se encuentran ya en la base de Hirfanli, en la provincia anatolia de Kirsehir, mientras que otros 83 llegaron a la base aérea de Incirlik el pasado miércoles, según informa el diario turco «Hürriyet».
El programa pretende entrenar a 5.000 combatientes al año, durante un máximo de tres años, en grupos de unos cuatrocientos. Sin embargo, la mayoría de los detalles no han sido hechos públicos. Sí se sabe, por ejemplo, que Turquía ha exigido que entre los beneficiarios de la iniciativa estén las milicias turcomanas -los hablantes de turco en Siria y otros países árabes, descendientes de los pueblos nómadas turcos asentados allí en la Edad Media, o bien de los conquistadores otomanos-, que serán entrenados por el servicio de inteligencia turco (MIT).
El entrenamiento dará comienzo en los próximos diez días, tal y como prometió recientemente el Ministro de Defensa turco, Ismet Yilmaz. Después, los cadetes serán trasladados a la provincia de Hatay, en la frontera con Siria, donde recibirán formación específica en armamento especializado, antes de ser enviados al combate.
La iniciativa, sin embargo, no carece de problemas. Entre los más importantes se encuentran las discrepancias entre Ankara y Washington respecto al objetivo del programa: mientras el Gobierno turco cree que la prioridad debe seguir siendo el derrocamiento del presidente sirio Bachar Al Assad, la Administración Obama prefiere poner el foco en la lucha contra el Estado Islámico, considerado ahora mismo una amenaza mucho mayor para los intereses estadounidenses.
El peligro del Estado Islámico
Así, en los últimos años EE.UU. se ha resistido a proporcionar armamento avanzado a muchos de estos batallones, ante el temor -y posteriormente, la constatación- de que muchas de estas armas pudieran acabar en manos de grupos yihadistas radicales, como el Estado Islámico o el Frente Al Nusra, la rama siria de Al Qaeda. En cambio, tanto Turquía como Arabia Saudí y Catar se han mostrado mucho menos reticentes a la hora de armar a combatientes islamistas de todo tipo, lo que ha provocado la radicalización progresiva de la insurgencia.
El Reino Unido también anunció a finales de marzo su intención de enviar a 75 instructores militares a Turquía para entrenar a insurgentes sirios, de un modo similar al pequeño contingente británico ya desplegado en Irak para formar a kurdos e iraquíes. «La derrota del ISIL está en último término en manos de las fuerzas locales, y estamos ayudando a crear fuerzas terrestres efectivas en Siria, así como en Irak, para que puedan abordar la lucha contra el ISIL», anunció el Secretario de Defensa británico, Michael Fallon, el pasado 26 de marzo.
[Fuente: ABC, Madrid, 01may15]
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