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02nov14
Los periodistas iraquíes huyen de Mosul tras el secuestro de una veintena de reporteros
La campaña de arrestos lanzada en las últimas semanas por el Estado Islámico ha empujado a los periodistas locales a huir de Mosul, la segunda ciudad de Irak en manos yihadistas desde el pasado junio. La caza de los acólitos del califato se ha cebado con al menos una veintena de reporteros.
El IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) -que administra amplias zonas de Siria e Irak- mantiene a los periodistas en prisiones secretas alrededor de la urbe. "Por segunda vez, el IS ha comenzado a secuestrar periodistas en Mosul. En esta ocasión ha capturado a 12 reporteros y los ha trasladado a lugares desconocidos", ha indicado una fuente de seguridad al diario local kurdo Basnews.
La pasada semana otros siete periodistas sufrieron el mismo sino. Se desconoce si las víctimas permanecen con vida o han sido ejecutadas. "Al menos el 60 ó 70% de los periodistas de Mosul han abandonado la ciudad y el resto permanece refugiado en casa", reveló una fuente anónima citada por la organización Reporteros sin Fronteras (RSF).
El IS -que ha impuesto una fundamentalista versión de la "sharia" (ley islámica) y atesora un largo historial de ejecuciones sumarias, amputaciones, crucifixiones o decapitaciones- se ha hecho con el control de cinco televisiones en Mosul que ha convertido en portavoces de su propaganda. Además, cuenta con una emisora de radio, Al Bayan, y una revista. Este poderío mediático se suma a los dos canales de televisión y las publicaciones que regenta en la ciudad siria de Raqqa, la capital "de facto" del califato.
Precisamente, los secuestros de periodistas en Mosul se producen después de que varios empleados de televisiones como Semá -propiedad del gobierno de la provincia de Nínive cuya capital es Mosul- se negaran a cooperar con los yihadistas. En las semanas previas a la campaña de hostigamiento, la organización difundió los nombres de nueve periodistas que trabajaban en las provincias de Mosul y Salaheddin amenazándolos de muerte si no renunciaban a su actividad y profesaban lealtad al califato. El IS ha ordenado además a sus militantes que liquiden a aquellos periodistas que "dañan la imagen de la organización y benefician al gobierno iraquí" y confisquen sus bienes.
A mediados de octubre trascendió el asesinato del periodista kurdo Muhanad Akidi, secuestrado dos meses antes y supuestamente ejecutado a las afueras de Mosul. Posteriormente, su familia negó la muerte confirmando la confusión que reina en un territorio vetado a la prensa. Según el Partido Democrático del Kurdistán, el reportero recibió varios disparos en la cabeza en el campamento de Al Ghazlani, al sur de la ciudad.
Unos días antes, el 10 de octubre, el IS voceó la ejecución pública de Raad Mohamed al Azaui, cámara de la televisión local Sama Salaheddin que falleció el 10 de octubre en Samarra, a 55 kilómetros al suroeste de Tikrit, la cuna de Sadam Husein controlada por el IS. Raad, de 37 años y padre de tres hijos, fue detenido en su domicilio el 7 de septiembre tras negarse a trabajar con la organización yihadista.
El cámara, junto a su hermano Qasim y otros dos civiles, fueron asesinados tras la oración del viernes. Otros dos reporteros, Tarek Saleh y Ahmed Chenkali, permanecen secuestrados y se desconoce su paradero. Según fuentes citadas por Efe, el IS también ha ejecutado recientemente a la presentadora del canal Al Mosulia, Mislon Yauadi.
El terror decretado por la insurgencia suní ha convertido los territorios bajo su yugo en "agujeros negros" informativos, denuncia RSF. Los reporteros -añade la organización- están obligados a informar de los acontecimientos desde la distancia. "El resultado es una cobertura parcial y pobre de las regiones desgarradas por el avance yihadista", concluye.
Desde el pasado agosto el IS ha decapitado a los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff. Además, ocho reporteros sirios y un iraquí han sido asesinados por las huestes del califato y una veintena de periodistas sirios permanece desaparecido, en poder del IS u otros grupos armados.
[Fuente: Por Francisco Carrión, El Cairo, El Mundo, Madrid, 02nov14]
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