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07oct14
Los testigos impotentes del salvaje asedio del IS a la ciudad de Kobane
Triste compás de espera junto a la divisoria del horror. Cientos de kurdos, venidos de todos los puntos de Turquía, aguardan lo peor desde el lado turco de la verja. Pueden observar a ojo desnudo cómo la ciudad de Kobane es asediada y salvajemente bombardeada por el Estado Islámico (IS) sin poder hacer nada para evitarlo: las fuerzas de seguridad turcas se lo impiden. Cargan contra cualquier conato de violencia fruto de la frustración kurda.
Ante la imposibilidad de entrar en Kobane, los kurdos se organizan. Dicen que están allí para hacer controles sobre la zona y evitar que milicianos del Estado Islámico puedan entrar en Turquía, bien desde Siria, o viceversa. Cada impacto del IS sobre los defensores -principalmente Unidades Populares de Protección (YPG) kurdas- es visto con amargura; cada golpe de vuelta, celebrado como si de un tanto futbolístico se tratara.
[Fuente: Por Lluís Miquel Hurtado, El Mundo, Madrid, 07oct14]
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