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22sep13
Siria, una herida abierta en Salta
En la tele el informe de la CNN decía: "Nueve civiles murieron este jueves en un atentado con explosivos contra un minibús, al noroeste de Homs, en el centro de Siria, anunció el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos y la agencia oficial Sana. Desde el régimen de al Assad atribuyeron el episodio a los rebeldes. También el ejército sirio lanzó una fuerte ofensiva bombardeando desde el aire el centro de la ciudad de Rastan, al norte de Homs".
Después de oir en Salta este reporte, que se parece a todos los reportes trágicos que escucha hace 29 meses, Omar miró por la ventana al cielo y comenzó a rememorar los tiempos en que su padre, Jalil, le contaba en media lengua las historias de su pueblo, Rastan, al Norte de Homs, separado de Tumin por el mágico río Orontes. Dejó sus raíces a comienzos del siglo XX para establecerse en un pueblo de Salta que le recordaba aquel otro de su nacimiento.
Por lo que sabe Omar, Rastan ha servido como un importante bastión de la oposición y ha sido el escenario de fuertes enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad del gobierno sirio y los rebeldes. Ha visto imágenes sangrientas de este poblado que fuera agricultor y bondadoso en los relatos de su padre; las casas están destruidas hoy, e incluso sacó a flote de su alma el terrible impacto que le provocó ver en la pantalla el cuerpo de Mohamad Jalil Ayub, un niño mártir alcanzado por una bomba en Rastan.
Pensó cuántos de su sangre estarían vivos después de la masacre, si acaso quedara alguno. Su sueño de ir un día a abrazarse con ellos, de intentar revivir las anécdotas de su padre caminando por las calles de Rastan, se termina diluyendo con cada impiadoso ataque. Es que todos los intereses que fomentan la guerra están por encima de Siria y de su gente. Ni ellos saben por qué se matan. Y en Salta, a 14 mil kilómetros de Rastan, Omar se arrodilló frente a la ventana con los ojos mojados y oró por la paz. Porque ningún país en guerra está demasiado lejos cuando hay almas penando por la sangre derramada, en cualquier rincón del mundo.
Las cifras son crueles.
En 29 meses de rebelión contra el régimen de Bashar al Assad, han muerto en Siria 110.371 personas, de ellas: 40.146 eran civiles, 21.850 combatientes rebeldes y 45.478 eran miembros de las fuerzas de seguridad sirias y de las milicias gubernamentales. No se sabe si están incluidos en estos números los más de 300 muertos por armas químicas, el pasado 21 de agosto en una localidad cercana a Damasco.
El conflicto en Siria se hace largo como una gran partida de ajedrez energética en la que varias potencias pretenden decir jaque mate, sin detenerse en consideraciones humanitarias de ninguna clase. Se enfrentan en este juego sangriento varios proyectos energéticos que reflejan claramente las ambiciones estratégicas de bloques políticos, entre los cuales la guerra por las fuentes de energía se intensifica y lo justifica todo.
Aunque los importantísimos yacimientos de gas de Siria no parezcan tener hoy el mismo valor que hace 12 años, momento en que se cree que planificaron la guerra contra Siria, también es cierto que siguen siendo un factor invisible, callado, del conflicto.
Como fichas de una partida, las reservas de gas de este país estaban prácticamente repartidas entre las potencias que lograran derribar al estado sirio, pero como ese momento no llega, tendrán que revisar sus apuestas. Mientras tanto, quienes arremeten contra el estado sirio, olvidan abordar la importancia de sus reservas de gas, lo que explica en gran medida el activo respaldo de Rusia al régimen sirio para evitar su caída, ya que si Estados Unidos acabara con al Assad, se convertiría en un elemento geopolítico dominante en el territorio y, en gran medida, estaría enfrentado con Rusia.
Estados Unidos contra Siria hoy. Estados Unidos contra Irak antes. Estados Unidos contra quién sea con tal de que algo le interese. Y siempre la excusa de las armas químicas para el exterminio de los pueblos, que se consumen en el fuego de ambiciones que les son ajenas.
Estados Unidos es un "estado canalla" que viola como nadie la legalidad internacional
Después de las invasiones a Irak, Afganistán, Libia y las constantes matanzas a través de bombardeos con los drones (aviones no tripulados) en Yemen, Sudán y otros países considerados ejes del mal, el imperialismo en aras de incrementar control para aumentar las tasas de ganancias de sus empresas, decidió terminar con la fracasada e indirecta invasión a Siria (disfrazada de guerra civil) e intervenir en vivo y en directo con sus sirvientes y aliados: Gran Bretaña y Francia, entre otros, y por supuesto que también con Israel. El balance de estas intervenciones son unos tres millones de civiles muertos (revista Lancet). Eso sí, por la causa sacrosanta de la seguridad mundial.
La más cruda de las realidades nos muestra que la actualmente presentada como guerra civil en Siria para derrocar a un régimen "despótico" no es más que otra intervención de los Estados Unidos de Norteamérica para afianzar sus negocios en la región. Todo un ejército de mercenarios pagados por las llamadas potencias occidentales intentan desde hace mucho tiempo acabar con el régimen sirio pero no lo logran a pesar del apoyo en dinero y armamento que les brindan. Las razones mas significativas son el rechazo masivo de la población siria a la invasión, y la cohesión del ejército sirio a lo que se suma la postura de Rusia y China entre otros países que repudian la violencia gestada por Obama.
El nuevo intento de EE.UU de plantar armas químicas para bombardear impunemente a Siria, fracasó, y aquí hay que hacer un recordatorio: En Irak 2003 se intentó implantar la evidencia de armas de destrucción masiva que justificaba la invasión una vez instalada la ocupación (Irak: Bitácora de un Fraude, 2004. Pehuén). El inspector de armas que comisionó la ONU, Hans Blix, fue tan manipulado por la administración Bush, que nunca pensó en la hipótesis de la implantación. ¿Cómo se iban a descubrir las armas en cuestión, si no estaban?. Con Siria, la evidencia del uso de armas químicas por el Ejército Sirio ha sido implantada después de un largo proceso. Como el ejército no claudicó, la oposición políticamente no funcionó y el ejército rebelde fue una pantomima de los medios anti Assad, las armas químicas eran la carta escondida por si la resistencia a la invasión extranjera se prolongaba. Al margen de esto es bueno recordar que Estados Unidos asesinó a más de cinco millones de civiles vietnamitas usando, entre otras cosas, armas químicas: Napalm (bombas de fósforo), y Agente Naranja (dioxina).
La cuestión democrática no le interesa nada a EE.UU, cuyos principales aliados en la región son temibles dictaduras como la de Arabia Saudita. EE.UU es un "estado canalla" que viola como ningún otro la legalidad internacional. La masacre en Siria ha cobrado miles de vidas civiles y provocado la repulsa internacional. Aquí, en Salta, la muy numerosa colectividad árabe, repudia la invasión y el sufrimiento generados a los sirios y a nosotros.
Juana Dib, poeta, descendiente de sirios de Tumin "Antes de la guerra los sirios eran felices"
No entiendo la guerra entre hermanos. Quieren sacar al gobierno que tiene origen alauita, una rama de los chiitas. Los hombres y mujeres alauitas nunca se han tapado la cara porque vivían en la montaña, ni siquiera Mahoma llegó a ellos, por eso creían en el sol, la luna, en la trasminación del alma. Al bajar de la montaña entraron al ejército y se destacaron, se hicieron ver. De ellos surgió Al Assad. Los rebeldes son sirios también pero de la rama de los sunitas. El gobierno actual es considerado abierto, tolerante, festejaban fiestas cristianas, hay funcionarios cristianos en ese gobierno, no son fundamentalistas, en cambio si lo son los que quieren entrar al poder ahora. Sin embargo, creo que Al Assad tendría que haber tenido un gesto de grandeza y dar un paso al costado para que cese la matanza de tanta gente, tantos inocentes.
Lo terrible es que hasta antes de la guerra, los sirios eran los más felices del mundo, llegaban a la casa cantando, había mucha unión familiar, por eso no entiendo esta guerra. Yo estuve en 1999 en Siria, durante dos meses, y han sido mis días más felices. En ese entonces todo el pueblo estaba contento con el gobierno. Pero como Siria es la puerta al medio oriente, la guerra cobra un sentido macabro: Estados Unidos e Israel están peleando por la puerta a Irán, quieren ir del Eufrates al Nilo y hacerse dueños de todo. En realidad son kásaros turcos que se han convertido al judaísmo para hacerse más fuertes con los israelitas. Esta es la guerra por el petróleo, y los hermanos no entienden esto y se están matando entre ellos.
Mi familia es de Tumin, un pueblo cristiano, pero hemos perdido todo contacto desde que empezó la guerra. Ya no se los puede hablar porque uno los compromete, hay mucho espionaje. No se puede mandar ni un peso a la familia. Sé que han atacado Tumin y me le duele el corazón porque tengo primos hermanos, sobrinos, sobrinos nietos, una tía. Quién sabe si estarán vivos. Siria era un paraíso y ahora no queda nada. No creo que tengan armas químicas en Siria, más bien creo que es la mente perversa de los Estados Unidos, del servil de Obama, que quiere hacer con Siria lo mismo que hicieron con Irak: mataron al pueblo, a Sadam Hussein, y nunca encontraron las armas. Ahí sigue la guerra y pienso con mucho dolor que en Siria va a pasar lo mismo.
Delia Dagum, escritora, descendiente de sirios de Hamas, Homs y Alepo
Usan a Siria como moneda de cambio
Sangro por la herida con todo lo que pasa en Siria. Mi padre, Alejandro Dagum, llegó en 1903 a la Argentina, pero los primeros Dagum llegaron al país en 1895. Tengo parientes muy cercanos en Siria, en tres ciudades muy importantes: Alepo, Hamas y Homs. Hace años estuve con ellos, mucho antes de la guerra y era maravilloso. Fue un placer estar con mis parientes, recorrer Siria con ellos, una etapa inolvidable. Mantenía una comunicación fluida con la familia en Siria hasta que empezó la guerra y se cortó todo contacto. En realidad, las pocas veces que nos pudimos comunicar no pudimos hablar, el diálogo era muy cortante, lapidario: "estamos bien" y nada más, ni un detalle. Por eso después se perdió el contacto, porque hay demasiado control y no se puede comprometer y poner en peligro a la gente que uno quiere.
La primavera árabe me parecía buena en el sentido de que se produzcan cambios hacia el logro de más libertades, porque son gobiernos fuertes, con rasgos autoritarios los de medio oriente. Esta nueva ola era muy interesante para que haya elecciones más libres, sin un Estado que todo lo determine según su parecer. Pero cuando vi que la primavera se convirtió en una guerra civil, en una cruel masacre humana, dije: estamos equivocados todos. Esta es una guerra fría entre dos potencias: Estados Unidos y Rusia, que usan a Siria como moneda de cambio.
La razón es muy sencilla: por Siria pasan enormes gasoductos y tiene las grandes reservas de agua de los Altos del Golan, que ya gran parte las ha tomado hace años Israel, que también está profundamente aliado con Estados Unidos. Siria es aliada de Rusia y a toda costa quieren voltear el régimen de Al Assad, que no me gusta, pero menos me gusta que lo quieran derrocar con una guerra tan cruel. El ejército del estado Sirio está armado y sostenido por Rusia, y Estados Unidos está muy interesado en que el protectorado ruso sobre Siria se acabe, pero los sirios no quieren dejar a uno para pertenecer a otro, y en todo caso están más cerca de Rusia que de Estados Unidos por razones históricas. Cuando veo en las noticias los bombardeos, siento enorme dolor, y quisiera que el mundo sepa que no es Siria el problema, sino otras potencias que tienen grandes intereses sobre ese territorio.
José Reston, expresidente de la Sirio Libanesa, descendiente de sirios de Hamas: hay una nueva migración siria a la argentina
Soy nieto de inmigrantes sirios de Hamas, una ciudad importante, la tercera provincia en importancia en el país.
Siria era un lugar maravilloso y duele mucho verlo totalmente destruido por la guerra. Nosotros pensamos que es una guerra inventada por las potencias, tenemos idea de que las armas químicas de las que hablan, si es que existen, fueron ingresadas por los rebeldes. No puedo pensar que Siria tenga armas químicas y que Estados Unidos o Francia no las tengan. No se sabe nada con certeza, lo único cierto es que el mundo le dijo no a la guerra y por eso se ha detenido el ataque de Estados Unidos.
Y en esto el Papa Francisco ha tenido un rol fundamental con su llamamiento a la paz, con la jornada mundial de oración. Cada vez que el Papa sale a la palestra, conmueve con sus palabras, con sus mensajes.
Conocí personalmente a Al Assad en Buenos Aires hace cuatro años, cuando visitó Argentina, y considero que es una persona extraordinaria, con mucho carisma. Le contamos que habíamos viajado desde Salta, que estaba a 1.700 kilómetros de Buenos Aires, sólo para verlo y que éramos del club de la comunidad Sirio Libanesa. Al Assad se mostró muy conmovido por nuestro esfuerzo. Además se sorprendió de que el club fuera "sirio libanés" porque en realidad, Siria y Líbano son países que están enfrentados.
Esta guerra no deja de angustiar y de sorprender porque Siria ha sido un pueblo generoso que ha cobijado a todas las religiones, han convivido pueblos muy distintos en absoluta paz y alegría. Querían a su presidente, lo alababan en la calle. Yo fui en el 2010, seis meses antes de que comenzara la guerra y lo vi con mis ojos. Por eso me sorprende el surgimiento de tantos rebeldes. Ahora están cortadas las comunicaciones con Siria, no se puede ni se debe hablar, pero a través de la Sirio Libanesa de Salta hemos logrado una vinculación directa con el embajador argentino en Siria y él ha ayudado a que salgan muchos parientes de argentinos y salteños de los lugares de conflicto. Por eso puedo asegurar que hay una nueva migración siria que está llegando a la argentina en busca de paz y de una oportunidad de vida. El mundo clama por la paz, y los que tenemos nuestro corazón en Siria, esperamos que la guerra termine.
[Fuente: El Tribuno, Salta, Arg, 22sep13]
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