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07ago12
Annan dimite por fracaso de su plan de arreglo para Siria
Próximamente, altos cargos de la Liga Árabe (LA) podrían visitar Moscú.
El secretario de la organización, Nabil El Arabi, y el ministro de Asuntos Exteriores de Qatar, Hamad bin Jassem bin Jabr Al Thani, prometieron visitar la capital rusa a finales de julio. La visita, anunciada como urgente debido a la delicada situación en Oriente Próximo, llegó sin embargo a posponerse en varias ocasiones.
No obstante, incluso en estos momentos en los círculos diplomáticos no se descarta que la visita pueda suspenderse. Dado que la pasada semana se hizo pública la dimisión anticipada de Kofi Annan del puesto de enviado especial de la ONU y de la LA para Siria, todo parece indicar que cada vez queda menos espacio para los intentos de solucionar la crisis siria mediante la diplomacia.
Además, es evidente el fracaso del plan de solución pacífica en el país elaborado por Annan. Y otros planes ni los ha habido ni los habrá. Es decir, lo único que queda es idear una manera de suavizar al máximo las consecuencias que la guerra civil en Siria tendrá para la región y para los países interesados. No existe posibilidad alguna de parar dicha guerra en estos momentos: el sangriento mecanismo se ha puesto en marcha, de modo que durante un determinado período de tiempo los sirios seguirán derramando la sangre.
Los políticos dependen del resultado de las acciones bélicas
El objetivo que se plantean los altos representantes de la Liga Árabe, persuadir a Moscú de que ejerza presión sobre el presidente sirio, Bashar Al Asad, consiga su dimisión y en caso de necesidad le conceda asilo político es difícilmente alcanzable.
Rusia no lo quiere hacer, pero incluso queriendo no lo alcanzaría por no contar con recursos de prisión sobre Al Asad. Nuestro país hoy ya no es lo que era en tiempos la Unión Soviética.
El presidente Al Asad sí que haría caso a los iraníes, que además de apoyar su régimen políticamente, le prestan ayuda financiera.
Lo más importante en estos momentos es que ya nada depende de los deseos e intereses de determinados Estados: el desarrollo de los acontecimientos en Siria ya no obedece a su voluntad y cualquier salida de tono, una nueva oleada de violencia o un sonado asesinato político serían capaces de trastornar los existentes planes políticos.
En concreto, en estos días se esta decidiendo el futuro de Alepo, una importante ciudad comercial situada al norte del país y sumida en los combates. Quien tenga en sus manos el control sobre esta ciudad, marcará el tiempo de mandato que le queda al Gobierno de Al Asad.
¿Seguirán los observadores el ejemplo de Annan?
A la comunidad internacional le cuesta reconocer su incapacidad de solucionar este tipo de problemas. Tanto la ONU como la LA son estructuras burocráticas e independientes de los resultados de sus actividades: han de seguir funcionando, aprobar o no aprobar las resoluciones, convocar y celebrar conferencias.
El pasado viernes, 3 de agosto, la Asamblea General de la ONU celebró en Nueva York una reunión con una votación sobre Siria. Se condenó al Gobierno del país, pero a la población eso le da igual, porque la guerra no cesará.
Para el mantenimiento de la misión de observadores internacionales en Siria se asignaron mensualmente más de cinco millones de euros y casi 300 observadores, y un equipo de cerca de 100 técnicos lleva trabajando en el país por cuarto mes consecutivo. Sin embargo, su parmanencia se vuelve ineficiente a ojos vistas. Habría que revocar la misión o concederle unas potestades más amplias.
El mandato de la misión fue prorrogado en julio hasta el 19 de agosto y el 16 de agosto el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, presentará en el Consejo de Seguridad de la ONU un informe sobre los resultados del trabajo de la misión y formulará propuestas sobre su futuro funcionamiento.
El general Robert Mood ya se ha dado cuenta de todo
El ex jefe de la misión de observadores, el general Robert Mood, que asumió el puesto durante tres meses y a finales de julio partió para Ginebra tras presentar la dimisión, se había dado cuenta de lo infructuosos que eran los intentos de solucionar la crisis siria por la vía pacífica. El general Mood obró con sabiduría y se ahorró la fama de un pacificador fracasado, reputación que tendrá que asumir Kofi Annan.
"A menudo hay que renunciar al uso de la fuerza, incluso si uno se cree capaz de ganar la batalla", dijo Robert Mood en su última rueda de prensa, refiriéndose con toda seguridad al presidente Al Asad.
Pero se le encontró un sustituto con facilidad, el general Babacar Gaye de Senegal. También lo tendrá Kofi Annan, que abandona su puesto el próximo 31 de agosto. Por lo menos, el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, ya anunció estar buscando a un candidato a su puesto. Y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia le aplaudió el esfuerzo.
También podría ser que a este candidato para un prestigioso pero inútil puesto todavía le dé tiempo de viajar a Damasco para intentar negociar con el presidente Al Asad.
Merecería la pena recordar al respecto que durante una de las rondas de negociaciones con el presidente sirio, Kofi Annan reveló a los periodistas haberle contado al líder sirio un refrán africano que dice "si no puedes cambiar el viento, gira la vela".
Bashar Al Asad no parece haberle hecho caso a la sabiduría popular y Kofi Annan decidió girar su vela, al darse cuenta de que ya no podrá evitarle a Siria una fuerte tempestad.
[Fuente: Por Elena Supónina, Ria Novosti, Moscú, 07ago12]
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