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15abr13
La ONU en la madeja siria
El enviado de la ONU para Siria, Lakhdar Brahimi, comparecerá el viernes ante el Consejo de Seguridad tras varias semanas de silencio y en medio de nuevas maniobras para llevar el tema sirio a la Asamblea General.
La presencia del emisario ante el órgano de 15 miembros fue anunciada por el vocero oficial adjunto de Naciones Unidas, Eduardo del Buey, y coincide con versiones sobre una eventual renuncia a su misión.
La más reciente intervención de Brahimi en el Consejo de Seguridad fue a finales de enero pasado cuando reclamó acciones para implementar la llamada declaración de Ginebra adoptada en junio sobre ese conflicto.
Sin embargo, dos meses y medio después, casi nadie menciona ese documento que, según el mediador, así como Estados Unidos, Rusia y China, contiene muchos elementos que pueden conducir hacia una razonable solución de la crisis.
Durante ese tiempo, el conflicto y la gestión de Brahimi fueron impactadas por la decisión de la Liga Árabe de suplantar en esa organización al gobierno legítimo de Siria por la llamada Coalición Nacional de Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria (Cnfors).
La víspera medios periodísticos árabes difundieron versiones sobre una eventual próxima renuncia del mediador, quien cumple esa función desde mediados del año pasado, también en nombre de la Liga Árabe y en sustitución de Kofi Annan.
En febrero último, la ONU extendió hasta finales del presente año el mandato inicial de seis meses otorgado a Brahimi, a su segundo, Nasser al-Kidwa, y al jefe de su equipo en Damasco, Mokhtar Lamani.
Desde que asumió esa función, el excanciller argelino ha insistido en un proceso de transición dirigido por los sirios y en la creación de un cuerpo provisional de gobierno integrado por miembros de la actual administración y de los grupos de oposición.
El regreso de Brahimi ante el Consejo de Seguridad coincide con acciones que impulsan un proyecto de resolución en la Asamblea General de la ONU que ensalza a los opositores sirios y deposita sobre el gobierno toda la responsabilidad por la crisis.
Una maniobra similar ocurrió en febrero del año pasado cuando el entonces presidente de ese órgano, el catarí Nassir Abdulaziz Al-Nasser, convocó a una sesión que aprobó una resolución también dirigida contra el presidente sirio, Bashar al-Assad, y su gabinete.
Aquel texto fue promovido por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña y un grupo de países árabes, entre ellos Catar, Arabia Saudita y otros denunciados por Damasco como los principales soportes de los grupos armados terroristas de la oposición.
Según fuentes diplomáticas, el borrador circulado en esta ocasión pide una solución que "rompa con el pasado".
Asimismo, reclama la creación de un gobierno de transición con plenos poderes ejecutivos, incluidos en materia militar, de seguridad e inteligencia, la revisión de la Constitución y la celebración de elecciones.
También saluda la creación de la Cnfors como "legítima representante del pueblo sirio" y demanda al enviado especial de la ONU y la Liga Árabe que respalde esas acciones.
El pasado jueves, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, visitó la Casa Blanca y pidió al presidente de Estados Unidos, Barack Omaba, que ejerza "su liderazgo" en el Consejo de Seguridad con respecto al conflicto en Siria.
Rusia y China, miembros permanentes de ese órgano, vetaron en dos ocasiones el año pasado sendas resoluciones impulsadas por Washington y sus aliados occidentales y árabes con el propósito de sacar del poder el presidente al Assad.
Obama acaba de autorizar 10 millones de dólares para la ayuda militar a la oposición armada siria, reveló el diario Washington Post después de su entrevista con el titular de la ONU.
Dentro de esos grupos antigubernamentales operan elementos de conocidas agrupaciones terroristas como el denominado Frente al Nusra, integrado en la red Al Qaeda.
Hace dos días, el gobierno sirio reiteró una solicitud para que la ONU incluya a Al-Nusra en el listado de organizaciones terroristas.
Otro elemento que complica el enjambre de maniobras en torno a la crisis incluye la pretensión de Ban Ki-moon de introducir demandas de Francia y Reino Unido en su respuesta a la petición de Damasco de investigar el uso de armas químicas en su territorio.
Siria solicitó a la ONU una "misión especializada, imparcial e independiente" que estudie lo sucedido el 19 de marzo en el poblado de Khan al-Assa, en la provincia de Alepo, donde bandas armadas lanzaron un misil con una ojiva química y ocasionaron 25 muertos.
Pero la máxima autoridad del organismo mundial trató de extender la pesquisa a otros puntos del territorio sirio, por exigencia de Londres y París, lo cual fue rechazado por el gobierno sirio y frenó el viaje del grupo investigador designado.
[Fuente: Por Victor M. Carriba, Prensa Latina, Naciones Unidas, 15abr13]
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