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27ago11
Hallan decenas de cadáveres abandonados en un hospital
Fue en Trípoli y son al menos 80 cuerpos. Es un ejemplo del caos sanitario que sufre la capital. Enfermeras y médicos huyeron dejando atrás a 17 pacientes vivos. Hay cuerpos baleados en las calles. Morgues y cementerios están desbordados.
El hedor endurecía el estómago pero la escena era asombrosa. En un hospital cercano al búnker del régimen, todo el personal había huido cuando se tomó la ciudad. Y ahí quedaron abandonados unos ochenta cadáveres cocinándose en el tremendo calor de esta época del año. Algunos medios contaron hasta 200 cuerpos, pero fue imposible corroborar el dato. También había una veintena de pacientes vivos, entre ellos un niño -con el suero aún colgando de un brazo-, rescatado por la Cruz Roja.
El horroroso descubrimiento fue el jueves, pero se supo ayer. Los cuerpos estaban en avanzado estado de putrefacción y el hedor llenaba todo el edificio. El hallazgo es sólo un ejemplo de la enorme calamidad sanitaria que está sufriendo esta ciudad con los hospitales y las morgues desbordadas debido a la multitud de heridos y centenares de muertos que dejó la batalla final por la toma de Trípoli.
El hospital abandonado fue evacuado totalmente. Ayer a la mañana un equipo de la Cruz Roja se ocupó de retirar a los pacientes, 17 en total. Uno de ellos era un chico de 10 años baleado en la espalda días atrás. Lo llevaron al hospital y lo dejaron tendido en una cama. Pasó varios días, mientras el olor a descomposición crecía a su alrededor, hasta que alguien lo asistió. Ayer fue trasladado con el resto de los enfermos sobrevivientes a un centro de salud en Trípoli que todavía funciona.
El hospital abandonado guardaba ayer un aspecto siniestro . Los corredores mostraban grandes manchas de sangre , y el salón de la morgue estaba saturado con los cuerpos que también habían sido distribuidos y tirados en los cuartos de los alrededores.
La cadena Al Jazeera informó a su vez que otros cadáveres fueron dejados en el jardín y otro más permanecía en la entrada de la guardia. El hospital está en el barrio de Abu Salim, una zona que fue feudo de las milicias leales a Kadafi hasta el jueves, cuando se produjo el ataque final de los rebeldes.
“Los médicos huyeron por miedo a los francotiradores”, detalla Mohammed Yunis, un estudiante de medicina en el lugar. El joven se quejó de la falta de abastecimiento y personal para tramitar con una crisis sanitaria de esta envergadura.
Ayer llegó al puerto local un barco con bandera de Malta que trajo 250 toneladas de medicamentos y otras 400 de alimentos. En el buque llegaron 15 médicos y enfermeros. La carga fue donada por el gobierno de Qatar y por empresas privadas.
En Zawiya, la ciudad más grande vecina de esta capital, la morgue esta tan llena de cuerpos que los más nuevos fueron colocados en los pasillos, porque el resto tienen que estar en frío hasta que sean sepultados.
Como los cementerios también están desbordados se entierra a los muertos en hilera, varios en una sola tumba para poder aprovechar el espacio sin que se sepa bien cuál es cuál, en funerales celebrados a las corridas por los apremiados parientes, debido al calor abrazador que descompone los cuerpos.
En Trípoli se puede conseguir comida, con las limitaciones de la crisis, y también agua embotellada, “pero el drama es combustible y remedios”, me comenta un rebelde que vigila la posición de la Plaza Verde, en el centro.
Los médicos consultados por las agencias de noticias afirman que las donaciones hasta ahora apenas son un auxilio, se requiere un mayor volumen y persistencia en las remesas para asegurar un servicio de salud con algún perfil de eficiencia.
La de ayer fue una jornada de guerra, más sorda pero dramática, en verdad, con cadáveres baleados que aparecieron en las calles y arrestos masivos por parte de efectivos rebeldes en casas de los suburbios y de algunos barrios sin que se sepa bien cuál será el destino de esa gente y si efectivamente se trata de soldados del régimen.
Los cuerpos, una media docena, algunos de ellos muy jóvenes, fueron hallados en una rotonda cercana al centro de la ciudad. Estaban desparramados por el lugar, algunos boca abajo y otros en la posición que cayeron con los ojos abiertos y el rostro estremecido.
Fueron baleados, pero muchos de ellos –salvo dos– no tenían las manos atadas a la espalda, como si hubieran caído en un tiroteo o si se hubiese armado la escena para los fotógrafos.
El detalle es importante porque tanto la cadena BBC como Al Jazeera han informado de atrocidades cometidas por los dos bandos y el fusilamiento de personas con las manos atadas .
Ayer Ali al Tarhuni, responsables de finanzas y petróleo del gobierno de transición volvió a llamar a evitar acciones de venganza, respetar la justicia y diferenciarse en esos gestos con el régimen que ha sido desplazado del poder.
[Fuente: Por Marcelo Cantelmi, Trípoli, Clarín, Bs As, 27ago11]
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