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13nov18
Los líderes de las facciones libias acercan posturas en Palermo
Una cumbre internacional para promover la paz en Libia, país sumido en el caos desde la caída de Muamar el Gadafi en 2011. Ese era el ambicioso objetivo del presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, que este lunes convocó en Palermo (Sicilia) a una treintena de los principales actores en conflicto en el país africano, entre ellos a los dos líderes enfrentados que luchan por el control del país.
La reunión finalizó con la promesa de que las dos partes en conflicto trabajarán para que el país pueda celebrar elecciones el próximo año, probablemente en primavera, y la foto del mariscal Jalifa Haftar, leal al Gobierno con sede en Tobruk, y el primer ministro Fayed Serraj, líder del Ejecutivo que gobierna en la capital libia, estrechándose la mano después de un laborioso trabajo de la diplomacia italiana. Ambos líderes libios mantuvieron una reunión al margen de la cumbre, algo que no sucedía desde el pasado mes de mayo en la conferencia organizada por Francia.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, aseguró que el objetivo de la cumbre era "acompañar el país hasta el final de su larga transición, siguiendo las iniciativas precedentes como la Conferencia de París" y que su intención nunca fue ofrecer "la solución" definitiva a la crisis libia.
Conte se presentó ante los medios tras concluir la asamblea plenaria de la cumbre con más de tres horas de retraso sobre el horario previsto. En medio se produjo el encuentro entre los dos líderes que controlan una Libia divida y el portazo de Turquía, que abandonó la conferencia antes de tiempo "desilusionada" por haber sido vetada de la reunión mantenida por la mañana entre los principales actores del conflicto. "No se puede pensar en resolver la crisis libia implicando a las personas que la han provocado y excluyendo a Turquía", denunció el vicepresidente turco, Fuat Oktay, antes de abandonar Palermo.
El enviado especial de la ONU para Libia, Ghasán Salamé, manifestó su deseo de que las elecciones presidenciales y parlamentarias se celebren en junio y consideró que la cumbre contribuirá a estabilizar el país gracias a "un sonido de unidad más fuerte de la comunidad internacional".
La seguridad, el terrorismo y los derechos humanos fueron los principales temas tratados por los líderes de varios países africanos, representantes de la Liga Árabe, la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, y representantes de gobiernos europeos como España, que envió al secretario de Estado de Exteriores, Fernando Martín Valenzuela. Italia considera además que la estabilidad del país es indispensable para frenar la inmigración irregular proveniente del continente africano, que es uno de los principales objetivos del actual Ejecutivo transalpino.
El mariscal Jalifa Haftar, el hombre que controla el este de Libia, dividida de hecho de la región de Trípoli, que gobierna con el apoyo de la comunidad internacional el primer ministro Fayez Serraj, mantuvo hasta última hora del lunes su negativa a participar en la cumbre. Finalmente, después de una larga jornada de negociaciones diplomáticas por parte de Italia y de la mediación de Egipto y Rusia, principales apoyos internacionales de Haftar, el militar viajó a Palermo.
El líder del Ejército Nacional Libio no se sentó a la mesa con el resto de las delegaciones y únicamente participó en algunas reuniones bilaterales por la presencia de representantes de Qatar y de algunas milicias relacionadas a su juicio con Al Qaeda. Incluso se alojó en otra residencia poco distante del Hotel Villa Igiea donde se celebró la cumbre.
Más allá del futuro de Libia, en juego estaba la reivindicación de Italia como socio fundamental del país africano, donde Roma mantiene históricamente importantes intereses económicos, principalmente gas y petróleo que explota a través de la petrolera ENI. La cumbre fue convocada por Italia en una estrategia, según los analistas, de minimizar el papel de Francia como árbitro internacional del conflicto después de que París, que también posee intereses comerciales en la zona, organizara en mayo una cumbre con el objetivo de que las partes enfrentadas alcanzaran un compromiso para celebrar elecciones legislativas y presidenciales a finales de este año. Naciones Unidas anunció la semana pasada el aplazamiento de las elecciones previstas para el próximo mes de diciembre ante el incremento de la violencia en el país que entre agosto y septiembre causó al menos un centenar de víctimas.
[Fuente: Por Soraya Melguizo, El Mundo, Madrid, 13nov18]
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