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25jul17
Los dos hombres enfrentados en Libia sellan un alto el fuego auspiciado por Macron
El presidente francés, Emmanuel Macron, se metió de lleno en el enmarañado conflicto de Libia que, tras seis años, se ha convertido en caldo de cultivo para las mafias que se nutren de la emigración ilegal. El jefe del Ejecutivo galo, bajo la supervisión del nuevo representante especial del secretario general de la ONU para Libia, Ghassan Salamé, consiguió este martes sentar en la misma mesa a los dos líderes de las facciones enfrentadas en el país mediterráneo, en un encuentro del que salió, además, un acuerdo de alto el fuego sin precedentes.
La reunión entre el jefe del Gobierno de unidad nacional de Libia, sostenido por la ONU, Fayez al Serraj, y el mariscal Jalifa Hafter, que controla el divido este del territorio nacional culminó con una declaración conjunta de diez puntos en la que ambos acordaron la convocatoria de elecciones "lo antes posible".
Celebrado en la localidad de Celle Saint Cloud, en las afueras de París, la reunión supone un paso hacia la estabilización de Libia, un Estado fallido víctima del caos y la guerra civil desde que en 2011 rebeldes apoyados por la OTAN lograron derrocar la dictadura de Muamar al Gadafi, quien llevaba en el poder desde 1969.
Al Serraj, que cuenta con el reconocimiento internacional, y Hafter, que domina cerca del 60 % del territorio e importantes recursos petrolíferos, se comprometieron a establecer una hoja de ruta para restablecer el orden en Libia.
La solución de la crisis del país "solo puede ser política", convinieron en un texto que reconoce la validez del Acuerdo de Sjirat (Marruecos), en el que se apostó por la formación sin consenso del Gobierno de unidad nacional.
Tras la reunión, Al Serraj y Hafter comparecieron ante la prensa a ambos lados de Macron, aunque éste fue el único que tomó la palabra para anunciar que el "proceso electoral tendrá lugar en primavera".
Al Serraj anunció hace dos semanas la intención de su ejecutivo de convocar elecciones anticipadas en marzo de 2018, una intención que se topó con la oposición del jefe del Parlamento de Tobruk (este), la zona controlada por Hafter.
"Lo que está en juego en este proceso es inmenso, para el pueblo libio y para toda la región, y es esencial para toda Europa, porque tiene consecuencias directas para nuestros países sobre los flujos migratorios", dijo Macron, quien también agradeció la "valentía" de Hafter y Serraj.
Francia "quiere facilitar una entente política" y "marcar su apoyo a los esfuerzos para construir un compromiso político, bajo el auspicio de las Naciones Unidas", que incluye a todos los actores en el país fragmentado, decía el presidente en un comunicado difundido el pasado lunes. El reto, agregó, es "construir un estado capaz de responder a las necesidades fundamentales de los libios", con un ejército regular "bajo la autoridad del poder civil", que se consideran necesarias para el control de las fronteras y la estabilidad en Libia.
Ambos líderes, que se disputan el control del país apoyados por distintas milicias, se reunieron por primera vez el 2 de mayo en Abu Dhabi, en un encuentro que finalizó sin un acuerdo entre ambas partes, aunque sí se había producido un "avance significativo".
París ha dejado claro que la iniciativa francesa no tiene la intención de dejar de lado numerosas iniciativas ya impulsadas por otras naciones y organismos, incluyendo la Unión Europea, la Unión Africana y países individuales, como Marruecos. O Italia, cuyos funcionarios se han enfurecido al considerar el gesto de Macron como otro ejemplo de desaire de Francia respecto a Roma.
Principalmente, en Italia han sentido que su papel como mediador en el conflicto libio le había sido arrebatado. "Macron quiere tener una mayor participación en Libia. Eso está muy bien, pero él nos ha barrido en la distancia. No fuimos consultados", dijo un diplomático en el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano, que pidió no ser identificado debido a la sensibilidad del tema. "Hay una gran cantidad de ira por esto", agregó el diplomático. Además, políticos de la oposición acusaron al gobierno del primer ministro Paolo Gentiloni de permitir a los franceses para echar a Italia del liderazgo en la diplomacia libia.
[Fuente: La Vanguardia, Agencias, Barcelona, 25jul17]
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