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22jul09
Se detiene el reloj en Honduras
Mientras la paciencia de la comunidad internacional comienza a agotarse y nuevas sanciones amenazan al país centroamericano, las versiones de un segundo plan soplan en Costa Rica, pese a que Insulza negó que éste existiera.
En Honduras se habla de que ya se inició una guerra civil... y también de que todo aquello es mentira; que son contados los grupos dispuestos a llegar a las armas para defender, ya sea a la permanencia del gobierno de facto o el retorno del derrocado Presidente Manuel Zelaya. Lo único cierto es que hoy vence el plazo de 72 horas que se dio el mediador del diálogo, el Mandatario costarricense Óscar Arias, para que el ejecutivo liderado por Roberto Micheletti apruebe la hoja de ruta que pretende sacar al tercer país más pobre de Latinoamérica de la debacle política que vive desde el 28 de junio.
Mientras Zelaya llama a la insurrección desde el exterior, Micheletti guarda silencio, que sólo rompe para reiterar que la restitución del Presidente constitucional está fuera de discusión. Mientras, arrecian las sanciones y condenas internacionales contra el golpe de Estado. Y, hasta ayer, eran pocas las delegaciones diplomáticas que aún permanecían en Tegucigalpa.
Entre ellas el personal de la embajada venezolana en Tegucigalpa, que ayer se negó a abandonar el país tras ser expulsada, luego de que el gobierno de Micheletti rompiera las relaciones con Caracas.
Jugando a los gallitos
A Micheletti lo apoya el aparataje institucional, las Fuerzas Armadas, gran parte de la fuerza política -sino toda ella- y el empresariado. A Zelaya, la comunidad internacional, la tradición democrática de su país, así como también los sindicatos y organizaciones sociales.
En cuanto al resto de la sociedad hondureña, ésta se ha caracterizado, según los entendidos, por su indiferencia, la que se mantendría, pese a todo.
Ello, sin embargo, no quita que Tegucigalpa sea diariamente escenario de manifestaciones en favor de uno y otro bando. Sus envergaduras, sin embargo, pueden evaluarse según el medio de comunicación por el cual se acceda a la información.
A estas alturas, tanto Micheletti como Zelaya juegan un gallito de fuerzas cuyo término no se avizora en lo inmediato.
Ni las más duras declaraciones, ni las condenas y sanciones han amilanado al ex titular del Congreso. Lo mismo ha sucedido con el Presidente democráticamente elegido, quien insiste en regresar al país a cualquier costo. Incluso, so pena de que en cuanto ponga un pie en Honduras, las autoridades policiales y judiciales den curso a las órdenes de detención en su contra.
El problema es que el tiempo corre y la paciencia de la comunidad internacional se agota.
¿Segunda opción?
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Miguel Insulza, fue tajante al afirmar ayer que "no hay otro plan" alternativo a las negociaciones que lidera Arias, ni a las sanciones. Asimismo, reiteró que la propuesta de siete puntos es "equilibrada para una reconciliación nacional".
Fuentes de la Cancillería costarricense no confirmaron ni negaron La Nación la versión de que Arias barajaría una segunda alternativa, antes las dificultades que ha tenido la aprobación de la primera, rechazada por los representantes de Micheletti.
Según el ex rector de la Universidad Autónoma de Honduras, Guillermo Pérez, "todo pasa por la flexibilización de las partes y en que (hoy) haya alternativas creativas. De lo contrario, todo indica que Micheletti no aceptará los resultados de la mediación de Arias". "En Tegucigalpa se baraja la posibilidad de que una tercería constitucional prevalezca en las negociaciones", agregó.
A la espera de lo que suceda en Costa Rica, Manuel Zelaya reiteró ayer sentirse confiado en que, al final, volverá a gobernar su país. Fue en ese marco que agradeció en conversación con Radio Cooperativa, el constante apoyo a su restitución por parte de la Presidente Michelle Bachelet, tanto a nombre de Chile como de Unasur.
En lo inmediato, hoy se iniciará la tercera ronda de diálogo entre las comisiones de Zelaya y Micheletti, aunque se desconocen los detalles del encuentro.
[Fuente: La Nación, Santiago de Chile, 22jul09]
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