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04ene06
Fuertes presiones de la Casa Blanca a los medios de prensa.
Debe de ser uno de los cónclaves editoriales más extraños que se hayan organizado hasta la fecha. El 5 de diciembre, tres ejecutivos de The New York Times fueron convocados a la Oficina Oval por el presidente George Bush para discutir una investigación que realizaba el diario sobre la vigilancia de los ciudadanos norteamericanos.
Según la revista Newsweek, que fue la primera en informar sobre este encuentro, el presidente llamó al editor de The New York Times Arthur Sulzberger, al editor ejecutivo, Bill Keller, y al jefe de la oficina de Washington, Philip Taubman, con el objetivo de persuadirlos de no publicar una historia sobre que él había autorizado la vigilancia de ciudadanos estadounidenses.
La semana pasada, la columna de medios de The Washington Post reveló que el editor del diario, Leonard Downie, había sido convocado a la Oficina Oval antes de la publicación de su artículo sobre que la CIA operaba una red de centros de detención secretos en Europa del Este. En ambos casos, el motivo para convocar a la reunión en la Oficina Oval fue la seguridad nacional, y tanto el Post como el Times fueron advertidos de que la publicación de los textos afectaría el interés nacional.
Aparentemente, Bush no fue lo suficientemente claro. La historia de The Washington Post apareció el 2 de noviembre. La historia de The New York Times sobre las líneas telefónicas intervenidas fue publicada el 16 de diciembre. "Después de escuchar con respeto las objeciones de la administración, nos convencimos de que no había ninguna buena razón para no publicarla", le dijo Keller a Los Angeles Times.
Sin embargo, los analistas de los medios dicen que tras los atentados los medios se mostraron reacios a desafiar a la Casa Blanca en materia de seguridad nacional. "El 11 de setiembre sacudió a mucha gente y la administración Bush pudo usar esto para transformar a la oposición política en un acto antipatriota", dice Michael Tomasky, director ejecutivo del American Project.
Cuatro años después, hay menos presión sobre los medios para que demuestren patriotismo, pero Tomasky sostiene que instituciones públicas como The New York Times se ven limitadas por el intenso escrutinio de los blogs de derecha. "Los principales diarios están mucho más intimidados de lo normal por este gobierno y por lo que en Estados Unidos se conoce como la caja de resonancia conservadora".
Se desconoce la frecuencia con la que Bush intentó incidir personalmente en la cobertura, y hasta qué punto esos encuentros afectan las decisiones sobre qué publicar y qué no. Ninguno de los dos diarios reveló inicialmente la convocatoria a la Casa Blanca. Sin embargo, admitieron haber hecho algunas concesiones.
En su investigación sobre las intervenciones telefónicas de la Agencia Nacional de Seguridad, el Times admitió haber demorado la publicación por más de un año. The Washington Post reconoció que ocultó la ubicación de las prisiones secretas a pedido del gobierno. (Estas fueron reveladas 24 horas después por The Financial Times). Lo que se plantea ahora es cómo cubrir a un gobierno que está más decidido que cualquier otro a imponer su propia versión de los hechos.
[Fuente: The Guardian, Clarin, Bs As, Arg, 04ene06]
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