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08oct13


Obama usa leyes de Bush para interrogar sin abogado a supuestos terroristas


Desde el sábado, el Pentágono mantiene detenido en un barco en el Mediterráneo al acusado de haber planeado el atentado contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania en 1998. Nazih Abdul-Hamed al-Ruqai, cuyo nombre de guerra es Abu Anas al-Libi, está siendo interrogado antes de ser trasladado a Nueva York, donde será procesado por un tribunal, pero la Casa Blanca no quiere aclarar en qué condiciones está detenido.

La Administración Obama cita la ley aprobada por el Congreso a propuesta de George W. Bush tras el 11-S para justificar la legalidad de sus operaciones para capturar a presuntos terroristas en Libia y Somalia el pasado fin de semana. En medio de la polémica sobre el uso de aviones no tripulados para matar a sospechosos, el presidente Barack Obama sugirió hace menos de cinco meses reformar e incluso anular la ley de 2001 que ampara sus poderes extraordinarios.

La ley aprobada tras los atentados de 2001 autorizaba en principio "el uso de la fuerza militar" para castigar a los culpables de esos ataques, pero su autoridad se ha ido expandiendo en la última década para perseguir a cualquier grupo terrorista relacionado con Al Qaeda y con cualquier otro acto terrorista.

También fue utilizada en el caso de Ahmed Abdulkadir Warsame, guerrillero del Al Shabab, la rama somalí de Al Qaeda, en abril de 2011. Warsame fue capturado y detenido durante casi dos meses en un barco en el golfo de Adén sin presencia de abogado y sin ser informado de sus derechos. Después, fue procesado en un tribunal en Nueva York en un juicio sin acceso público. En diciembre de aquel año, se declaró culpable durante un procedimiento secreto. Desde entonces, ha cooperado con las autoridades estadounidenses para localizar a otros extremistas, según reveló el tribunal el pasado marzo.

Estos casos son sólo parte de la polémica sobre la estrategia anti-terrorista que la Administración Obama que ha prometido matizar. En mayo de este año, Obama aseguró que no es bueno para "la democracia" que el presidente tenga tantos poderes de guerra y que no firmará ninguna ley para ampliar el mandato de la legislación de 2001. Pero el presidente aprobó la operación en Libia y la muy similar y fallida en Somalia y no ha vuelto a insistir en la reforma.

'Trabajo soberbio' en Libia

El portavoz de Obama, Jay Carney, no quiso dar detalles sobre el paradero del libio o sobre quién lo está cuestionando, pero defendió la legalidad de su acción utilizando la ley de la Administración Bush tras el 11-S que permite "el uso de la fuerza militar contra Al Qaeda y grupos asociados". Carney aseguró que el ejército hizo "un trabajo soberbio" en Libia.

El Pentágono presume de la aparente limpieza de la operación. Abu Anas estaba llegando en coche a su casa en Trípoli cuando cuatro furgonetas blindadas rodearon el vehículo, según el testimonio de su hijo de 20 años, que vio la operación desde la ventana con su madre. Los agentes de las fuerzas especiales rompieron los cristales del coche y detuvieron al sospechoso, que tuvo alguna herida por las ventanillas rotas.

Estados Unidos no ha querido contar con la ayuda del Gobierno libio en contraste con los intentos de cooperación para buscar a los acusados del atentado en Trípoli el 11 de septiembre de 2012, cuando fue asesinado el embajador Chris Stevens. En ese caso, un equipo de agentes enviados por Washington intentó colaborar durante meses sin éxito con el Gobierno libio, incapaz de mantener la estabilidad en su país y mucho menos de capturar a sospechosos fugados.

Las dificultades para organizar operaciones con los ejecutivos como el de Libia o el de Egipto, que se han beneficiado del apoyo de Estados Unidos a las revueltas de 2011, empujan al Pentágono a pasar a la acción por su cuenta. La Administración defiende la legalidad de sus operaciones para apresar o incluso asesinar a sospechosos de terrorismo pese al malestar de los dirigentes locales.

El Gobierno libio ha pedido "aclaraciones" sobre el "secuestro" de su ciudadano y asegura que no sabía de los planes del Pentágono. Estados Unidos no ha querido aclarar si Trípoli tenía información con antelación, pero asegura que la captura del sospechoso responde a los cargos presentados contra él en Nueva York.

'Un objetivo legal y apropiado'

John Kerry, el secretario de Estado, dijo este lunes que el supuesto terrorista era "un objetivo legal y apropiado". Abu Anas llevaba más de una década en la lista de los terroristas más buscados por el FBI (la información que llevara a su paradero valía unos 3,7 millones de euros) y ahora se consideraba uno de los hombres clave de los restos de Al Qaeda.

Ante las quejas libias, Kerry aseguró: "Es importante no simpatizar con supuestos terroristas y concentrarse en la importancia del estado de Derecho". También sugirió que las operaciones de este tipo se repetirán. "Espero que el mundo sepa que ante personas que cometen atentados y han sido procesadas adecuadamente por tribunales, Estados Unidos va a hacer todo lo que esté en su poder y sea legal y apropiado para aplicar la ley y proteger nuestra seguridad", dijo.

La Administración tiene menos ganas de hablar sobre la operación fallida en Somalia. Las fuerzas especiales del ejército de EEUU, el mismo grupo que mató a Osama Bin Laden, creían haber localizado al actual líder de Al-Shabab. Tras un intenso tiroteo el sábado, se retiraron sin capturar a nadie.

El objetivo era un sospechoso conocido como Ikrimah, que se cree participó también en los atentados de 1998 y en los ataques contra un hotel de propiedad israelí y un avión de una compañía israelí en Kenia en 2002. El grupo dice ser el que atacó un centro comercial en Nairobi el mes pasado, aunque no hay constancia de Ikrimah estuviera entre los cabecillas en ese atentado.

[Fuente: Por María Ramirez, Nueva York, El Mundo, Madrid, 08oct13]

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