EQUIPO NIZKOR |
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17Oct04
La ACLU renuncia a la financiación de las Fundaciones Ford y Rockefeller por estar sujeta a un acuerdo que supondría una restricción a las libertades civiles.
NUEVA YORK -- Esta Administración y su guerra contra el terrorismo han creado un ambiente de miedo que se extiende más allá de las cuestiones relativas a la seguridad nacional y que supone una amenaza a las libertades civiles de todos los americanos y americanas. No se engañen: demasiadas de las políticas inspiradas en el Patriot Act (Ley Patriota) están lejos de redundar en mayor seguridad para todos. De hecho, ya hemos perdido mucho, y todavía queda mucho por perder.
La Unión Americana de Libertades Civiles siente hoy de manera especial esa pérdida. La Junta y los directores de la ACLU han tomado una decisión dolorosa pero basada en principios y han renunciado a la financiación prevista de 1,15 millones de dólares provenientes de las Fundaciones Ford y Rockefeller, en lugar de aceptar sendos acuerdos de financiación que podrían afectar negativamente a las libertades civiles de la ACLU y de otros beneficiarios de estos fondos.
Es éste un día triste, en que dos de las fundaciones más estimadas y respetadas de este país sienten que están trabajando en un ambiente de miedo e intimidación tales que se ven obligadas a requerir a miles de beneficiarios que acepten unos términos de concesión vagos, que podrían tener un efecto escalofriante sobre las libertades civiles. Pero, sencillamente, esta ambigüedad es demasiado significativa como para ser ignorada o aceptada. Incluye potenciales prohibiciones sobre la libertad de expresión y otras actividades indefinidas - como "intolerancia"-, como parte de la mal planteada guerra contra el terrorismo. De hecho, términos vagos como "intolerancia", tienen a menudo una gran carga semántica en el mundo posterior al 11 de septiembre. La ACLU no puede defender eficazmente los derechos de todos los americanos si no los defendemos para nosotros mismos.
Por dolorosa que sea esta decisión desde el punto de vista financiero - las fundaciones Ford y Rockefeller han sido verdaderas amigas y aliadas -, es la decisión correcta. Resulta irónico: la financiación de estas fundaciones hubiera reforzado nuestra capacidad de combatir los elementos más peligrosos del Patriot Act y de la guerra del Gobierno contra el terrorismo.
Aún así, seguiremos luchando. Lamentablemente, proseguiremos en la batalla con menos recursos financieros. La pérdida de financiación es significativa y tendrá una profunda repercusión en nuestros programas. Sin embargo, aunque debilite nuestro presupuesto, alienta nuestra resolución.
Dejemos esto claro: no apoyamos el terrorismo. Todos tenemos un papel que desempeñar a la hora de proteger a nuestro país de quienes nos harían más daño. Pero no debemos pisotear, o permitir a otros que pisoteen, nuestros principios más valorados, los que nos han convertido en estandarte de la libertad por todo el mundo. Seguiremos haciendo cuanto esté en nuestra mano para garantizar que Estados Unidos sea un país libre y seguro.
Fuente: Declaración de Anthony D. Romero, Director Ejecutivo de la ACLU, 17oct04. Traducción al español de la versión original en inglés, realizada por el Equipo Nizkor el 18oct04.
This document has been published on 18Oct04 by the Equipo Nizkor and Derechos Human Rights. In accordance with Title 17 U.S.C. Section 107, this material is distributed without profit to those who have expressed a prior interest in receiving the included information for research and educational purposes. |