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14ene05
El libro en el que Scilingo narra como tiraban las víctimas al mar.
El ex militar argentino Adolfo Scilingo se arrepintió de haberse arrepentido y haber confesado al juez Baltasar Garzón su participación en dos "vuelos de la muerte" pero en un libro escrito por él antes de llegar a España describe con todo tipo de detalles cómo tiraba a las personas desde el avión al Río de La Plata.
Al llegar a Madrid el 5 de octubre de 1997, Scilingo dijo a ANSA: "Yo vengo porque en este momento es el único lugar donde seriamente se va a tratar el tema de los desaparecidos. Conozco la organización completa que operaba en la ESMA porque fui parte de ella. Esta óptica militar el juez (Garzón) todavía no la tiene, porque una cosa es la declaración del que estuvo detenido y otra la del otro lado".
"Entrar en prisión -añadió aquella noche- es un riesgo calculado, pero creo que hay mucha gente más importante que yo en este tema. No interesa mi riesgo sino que se llegue a un esclarecimiento total".
Cuando dos días después confesó ante el juez su participación en dos vuelos en los que murieron 30 personas, Garzón decretó su prisión, hasta que el 9 de enero de 1998 le concedió la libertad vigilada con la prohibición de salir del país.
Empezó entonces Scilingo a presentar recursos en instancias superiores, alegando que los tribunales españoles no tenían la competencia para juzgarle, y en 1999 se retractó de todo lo declarado anteriormente, asegurando que lo que había confesado respondía a una "guerra personal" con el almirante Emilio Eduardo Massera.
El 31 de julio de 2001 el juez decretó la prisión provisional para Scilingo ante el riesgo de fuga y los graves delitos imputados (genocidio, terrorismo y torturas).
El pasado año Scilingo envió un escrito a Garzon en el que decía haber pactado con la acusación particular y los abogados de Izquierda Unida (de la acusación popular) un relato falso y acusó a Garzón de haberle "coaccionado psicológicamente" durante la declaración que prestó ante el juez en octubre de 1997.
En el libro firmado por él, "Por siempre nunca más", publicado por la Editorial Del Plata S.A., al que tuvo acceso ANSA, y del que se editaron en 1996 no más de un centenar de ejemplares, Scilingo comienza con un capítulo titulado "La puerta", en referencia a la del avión Skyvan de la Prefectura Naval Argentina, en la que voló una noche de invierno de 1977.
"Por allí pasaría, una a una, las trece personas que, apoyadas sobre el lado izquierdo del avión aguardaban desnudas y anestesiadas por dos poderosas dosis de Penthonaval. Inconscientes, desconocían su próximo paso hacia la muerte lanzadas en vuelo a las aguas del Atlántico Sur. Convencido de que estábamos en guerra, que lo ordenado por mis superiores era lo correcto y que cumplir con los preceptos bíblicos, sería el verdugo encargado de darles el empujón final".
Más adelante, describe su participación en este vuelo: "Vaca (teniente) me fue acercando los cuerpos dormidos y los fui empujando uno a uno al vacío. La tensión era tremenda. En determinado momento patiné en el piso se acero y casi caigo. Entre Vaca y el Suboficial lo impidieron. Terminamos con los que faltaban. Cerramos la puerta. Avisé a la cabina y me senté en el piso, donde minutos antes había trece personas vivas. El silencio era insoportable, pese al ruido de los motores. Nadie habló hasta llegar a Aeroparque".
Antes de eso, cuenta cómo el mismo desnudó a las trece personas, tras lo que describe: "Las trece personas estaban desnudas, semisentadas y dormidas, apoyadas unas contra otras, del lado izquierdo del avión. Igual a una escena de un campo de concentración de la Segunda Guerra Mundial. Nunca más olvidaría esa imagen. En especial la de dos chicas de 18/20 años, rubias, delgadas, con cara de ángeles. ¿Qué habían hecho? No parecían peligrosas".
"Ese día -prosigue- cambió mi vida. Nunca más dormiría sin los efectos de algo, ya sea alcohol o sedantes".
Un mes después fue designado para un nuevo vuelo: "Era un experto verdugo para aceptar la responsabiliadd de este segundo", en el que fueron tiradas al mar 17 personas: "Esta vez otras dos personas quedarían grabadas en mi memoria para siempre. Una señora de sesenta y cinco años, corpulenta y un chico morochito y delgado de unos 17 o 18 años. Un suboficial me ató con una soga al lado de la puerta de emergencia de popa estribor (atrás derecha) y luego con mucho cuidado la retiró. Me acercaron a cada uno de los trasladados y una vez más cumplí mi misión de hacerles traspasar la puerta rumbo a la muerte. Otra vez el regreso, el mismo silencio impenetrable de mi primer vuelo, tratando de pensar en nada, tratando de justificarme. De nuevo en la ESMA, whisky para dormir".
Cuando Scilingo se retractó en 1999, negó haber escrito este libro, dijo que le ofrecieron 300 dólares por poner su firma, cantidad que, según él, abonaron a su esposa. Afirmó además que conocía al autor pero que no quiso decir quién era.
[Fuente: Mónica Uriel, ANSA, Madrid, 14ene05]
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