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13ene14
Ahora toca una gestión inteligente y ofensiva
La mayor manifestación de la historia de este país que el sábado abarrotó las calles de Bilbo retrató a un país que está en marcha. Aunque el año que terminó no trajese todas las respuestas que se esperaban y a pesar de tener en frente a un Estado con sed de venganza y afán de ser enemigo de la paz en Euskal Herria, paso a paso se va consolidando una apuesta que dispone de un apoyo social vibrante y activo; que va recomponiendo confianzas quebradas en pasados intentos, fallidos pero no baldíos, de solución; que va generando una contenida ilusión que quienes la defrauden pagarán caro. Y que va desatando emociones, hasta el punto de hacer saltar las lágrimas o poner la piel de gallina, como exteriorizaron muchos de los asistentes a la manifestación. Fue sin duda una jornada con potencial para marcar un antes y un después. Pero para ello será necesario no repetir atascos e inercias del pasado.
La situación de los presos vascos y las injusticias a las que son sometidos, también sus familiares y allegados, es un asunto que llega hasta lo más hondo del corazón y la sicología social del país. Y conseguir su liberación, que vuelvan sanos y pronto a sus casas, es, además de una obligación moral, un reto urgente, no condicionado a la existencia o no de un acuerdo resolutivo del conflicto político. Merece centralidad, y más allá de anunciar iniciativas, concretarlas y materializarlas para que tengan impacto y estén a la altura de las expectativas generadas. Y para ello, hacer que quienes tienen esa responsabilidad lo hagan sin demora, sin abrir tiempos muertos que permitan ceremonias de la confusión, se presenta como una inversión segura para una gestión inteligente y ofensiva del enorme capital político y humano que desbordó en Bilbo muchas previsiones y esquemas.
Instituciones, partidos políticos y agentes sociales deben facilitar que la ciudadanía siga ocupando la plaza pública en demanda de soluciones. A los presos vascos les toca dar un paso al frente en el camino marcado por EPPK y dotar de concreción y continuidad a lo que anunciaron. Nadie puede poner ninguna excusa para no seguir dando pasos. La marcha será larga y dura, pero el camino está marcado y a los pies de la gente de este país.
[Fuente: Naiz, Editoriala, 13ene14]
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