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26may20
"¡Viva Hitler, viva Franco, viva Vox!": así fue la paliza de ultras a un sindicalista de UGT
Acababa de dejar a su hijo de 24 años y a su exmujer en la gasolinera que está a un par de minutos andando de su casa. Tenía ganas de tomarse un café solo en un bar. Entró en el local y se encontró a media docena de personas que lanzaban vivas a Hitler, Franco y Vox. "A los rojos hay que matarlos", también decían.
J. F. S. L. tiene 58 años y es un experimentado sindicalista de UGT Málaga. Desde su piso, situado muy cerca de la estación María Zambrano, cerca también del lugar de los hechos, explica a El Confidencial los detalles de la paliza que recibió el sábado a las cuatro de la tarde de quienes venían de la protesta organizada por Vox.
No puede decir que fueran simpatizantes del partido de Santiago Abascal, pero los vivas a Vox fueron claros. Las proclamas a favor de Hitler y Franco también aseguran que eran ultras. "Yo solo les dije que respetaran a la gente". También le dijo al camarero: "Menos mal que se van".
Se iba a marchar del bar cuando se dio cuenta de que no había pagado la consumición. Oyó un movimiento de silla y gente moviéndose. Se dio la vuelta y varias personas se le abalanzaron. El primer golpe lo esquivó. El siguiente ya no pudo. Le dieron una fuerte patada en la cabeza y luego en los costados. "Yo solo veía piernas. Tenía obsesión por que no me pegaran más en la cabeza. Me han dado varios puntos, pero afortunadamente fue una brecha y no tengo nada grave".
"La situación es peligrosa"
No perdió nunca el conocimiento y cuando el camarero llamó a la Policía los violentos se fueron del bar. Los efectivos llegaron muy rápido. "Yo conocía a dos de vista. Soy muy conocido en el barrio y yo creo que sabían quién era". Los denunciados, según fuentes policiales, están localizados.
Lleva dos días sin dormir, solo a la base de calmantes. "Tengo miedo, pero si no denunciamos todo esto, España se convertirá en el Oeste", lamenta. "Yo soy una persona muy pacífica, nunca he tenido una pelea con nadie. Si seguimos así, con esta crispación, esto no nos traerá buenas consecuencias. La situación es peligrosa. Es para estar preocupados".
Se considera socialdemócrata y de centro izquierda, pero también remarca cómo ve la situación actual. "Si Vox no propiciara ciertos ambientes y si el PP hiciera como Ciudadanos y estuviera más frío en algunas cuestiones, creo que sería bueno, porque habría que templar gaitas. Todo el mundo tiene derecho a manifestarse, pero no a pegar y sí a respetar la ideología de cada uno".
En la televisión de su casa aparecen Joaquín Prat en Cuatro TV, un empresario hotelero de Ibiza y Fernando Simón ofrece los últimos datos del covid-19. Su hijo está presente en la conversación, pero prefiere no hablar. Tiene varios libros al lado de la tele. Le gusta la historia novelada, "que sea real, aunque tenga alguna historia de amor por dentro".
El sindicalista, que lleva 40 años afiliado a la organización, admite que el Gobierno ha actuado "con retraso" en ciertos aspectos de esta crisis. "Ahora bien", matiza, "las denuncias deberían ser después de que acabara todo esto. Debemos arrimar el hombro todos a una, como ha hecho Portugal. Ahora no es el momento de querer tumbar un Gobierno".
No le gusta que nadie practique los escraches. Ni antes en la etapa de Rajoy ni ahora con Sánchez, y admite levantando el rostro, que lleva con mascarilla en todo el encuentro con El Confidencial (él sentado en un butaca enorme, con un cojín para resguardar su espalda y mitigar los dolores que tiene en todo el cuerpo y la cabeza): "Estoy derrumbado. Se me hizo eterno. Yo no me ubicaba. No sabía cuándo podría acabar".
[Fuente: Por Agustín Rivera, El Confidencial, Madrid, 26may20]
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