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17abr05
Familiares de fusilados piden que los Torozos sean un lugar simbólico protegido.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valladolid cifra en más de quinientas la personas allí asesinadas
Coincidiendo con la celebración, el pasado jueves, del 74 aniversario de la proclamación de la II República, la Asociación Para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Valladolid volvió a reunirse ayer, por segundo año consecutivo, en los Montes Torozos para reclamar que las fosas comunes que salpican este paraje y donde descansan de forma anónima cientos de personas que fueron asesinadas durante los primeros meses del golpe militar que truncó la legalidad democrática que encarnaba la República, «gocen de algún tipo de protección» por su especial significación histórica y como «un espacio simbólico para recordar a todas las víctimas de la represión franquista en la provincia de Valladolid», según explicó Ricardo Bedera, presidente de la Asociación.
En torno a una de estas sepulturas anónimas, bajo una sencilla cruz de madera, cirios y claveles rojos y banderas tricolores, se volvieron a escuchar dramáticos relatos de 'paseos' y fusilamientos de padres, madres o hermanos «cuyo único delito fue creer en la justicia y soñar con la libertad», como se afirmaba en un comunicado de la asociación, «y a cuyos seres queridos les privaron de un lugar donde colocar una flor, y les negaron el duelo, y secaron sus lágrimas porque llorar les delataba, y tuvieron que callar durante años, muchos años (...), aunque el miedo no borró su recuerdo». Bedera explicó que los Montes Torozos son, como otros parajes de la provincia -el Montico o el Pinar de la Nava- un lugar con un número especialmente significativo, «el mayor de todos», de pequeñas fosas comunes donde fueron arrojados, según sus investigaciones documentales y los testimonios orales de familiares y terceros, los restos mortales de «varios cientos de personas, seguramente más de quinientas, aunque el número exacto no se sabe porque no se han iniciado las exhumaciones», que vivían en los pueblos de alrededor.
Bedera recordó que «en contra de las tesis históricas revisionistas, el origen de aquel conflicto no fueron los malos quereres ni las rencillas personales, sino que fue un genocidio planificado, sistemático y generalizado contra todo el tejido asociativo y corporaciones municipales al completo» de la II República.
Ayer volvieron a pedir que «las administraciones públicas articulen alguna forma jurídica, todavía por definir, que garantice la protección legal de los Montes Torozos» y que evite que en estos terrenos de domino público una futura carretera o edificiación acabe destruyendo para siempre este «espacio simbólico». Una iniciativa que yaestudia la Comisión Interministerial, explicó Luis Castro, portavoz de la Coordinado Regional de la ARMH.
[Fuente: El Norte de Castilla, Valladolid, 17abr05]
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