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11nov14
La dirección de IU en Madrid se rebela contra Cayo Lara y no presentará dimisione
La ejecutiva regional de Izquierda Unida en Madrid se ha rebelado contra el ultimátum lanzado por Cayo Lara, en el que daba un plazo máximo de tres días para que se expulsara a los cargos con responsabilidades políticas en el caso de las tarjetas black, como se exigía en una petición de la presidencia del partido votada mayoritariamente a favor. Los quince miembros de la dirección madrileña que participaron en la reunión de urgencia convocada durante la tarde, y que se prolongó hasta bien entrada la noche, decidieron en votación no acatar el órdago del máximo órgano de IU, amparándose en la autonomía con la que cuentan las federaciones regionales del partido.
La resolución por la que se insta a desobedecer el mandato de la presidencia de IU se saldó con sólo un voto en contra y dos abstenciones. Un resultado fruto del consenso entre la corriente oficialista Somos IU y parte de las dos corrientes críticas (o bloque del 49%). Si bien algunos de los miembros que representan a las corrientes críticas con la dirección regional no acudieron al encuentro, los resultados mostraron la división de estos últimos en torno a un asunto que amenaza el futuro del partido. Todo ello en un contexto en el que, según las últimas encuestas del CIS, la intención directa de voto de IU está por los suelos debido al auge de Podemos y a la falta de conexión con los movimientos sociales y mareas ciudadanas.
El empecinamiento de los dirigentes de Izquierda Unida en Madrid por ocultar los resultados de la investigación interna sobre el escándalo de las tarjetas VIP de Caja Madrid fue la gota que colmó el vaso, lo que provocó que el máximo líder de la formación, Cayo Lara, diese un golpe en la mesa federal en forma de ultimátum, tras aprobarse una resolución por mayoría (26 votos a favor, tres abstenciones y tres votos en contra).
Como ya había adelantado este diario en el momento en el que se desarrollaba la investigación interna, hace ahora un mes, los dirigentes implicados son el actual portavoz municipal, Ángel Pérez, el portavoz en la Asamblea de Madrid, Gregorio Gordo, y el número dos de Cayo Lara, Miguel Reneses. Todos ellos fueron coordinadores de IUCM durante los años en los que se fraguó el escándalo y, por ende, los principales interesados en ocultar los resultados de una investigación que, según fuentes del partido en la capital, los implicaría directamente.
Los tres consejeros de Caja Madrid a propuesta de IU fueron José Antonio Moral Santín, Juan Gómez Castañeda Rubén Cruz y José Luis Acero, que ya no militan en la coalición de izquierdas. Por ello, el fin último de este proceso de depuración interna, según señalaban estas mismas fuentes, pasaba por ir más allá que el resto de partidos implicados en el escándalo: "Mientras ellos están echando de sus filas a los titulares de las tarjetas, nosotros pretendemos buscar responsabilidades en quien pudo haber sido cómplice porque a los consejeros ya los apartamos hace mucho tiempo. No es verdad que nadie supiese lo que estaba pasando".
La única persona a la que se ha pedido el cese es el diputado Antero Ruiz, un chivo expiatorio que según apunta el candidato a las primarias de IUCM, Julián Sánchez, "era el delegado de los coordinadores, por lo que las responsabilidades, si las hubiere, tendrían que estar en el nivel superior". El propio afectado se defendió tildando su expulsión como un "sacrificio" con el objeto de cerrar en falso la investigación interna y esconder a los verdaderos responsables políticos, que hoy en día siguen ocupando cargos de la dirección del partido.
El "sacrificio" del diputado regional no fue suficiente para Lara ni para el resto de la ejecutiva federal, que aprobó por mayoría, durante una reunión de urgencia, la petición de expulsión de los coordinadores de IUCM durante los años en los que el partido participó en la gestión de la caja madrileña. Más bien, se interpretó como una tomadura de pelo, sobre todo después del tono de las acusaciones vertidas en un encuentro de la dirección federal de IU del pasado mes de octubre que no dejó lugar a dudas sobre la unanimidad interna respecto a la intención de depurar responsabilidades políticas.
La corriente oficialista, cada vez más deslegitimada
El diputado Alberto Garzón reclamó en aquel encuentro que cayeran "los corruptos y los responsables políticos de aupar a esos corruptos", mientras que el miembro de la ejecutiva y abogado del partido en los casos relacionados con Bárcenas y Bankia, Enrique Santiago, precisó sus palabras, señalando la necesidad de echar de IU a todos los que fueron coordinadores en Madrid durante la época en la que existieron las tarjetas black.
Pérez, Gordo y Reneses hicieron oídos sordos, al tiempo que se negaron a dar a conocer el informe a la Comisión de Transparencia de la dirección federal de IU, como se acordó en una reunión de la comisión del 29 de octubre. Una petición que volvieron a trasladarles los candidatos a las primarias Julián Sánchez y Lali Vaquero, aunque con la misma suerte.
El responsable del área interna de IU en la comunidad madrileña, Carlos Gutiérrez, califica la ocultación del informe y la documentación que lo acompaña de "equívoco", puesto que, añade, "si lo que se pretendía era no alimentar la polémica, el efecto ha sido el contrario". Desde su punto de vista, "no se ha hecho público porque ciertos sectores (en referencia a la corriente oficialista Somos IU) creían que entregarlo era someterse a escrutinio, lo cual es penoso. Pienso que lo mejor es la transparencia y solventar cuanto antes esta cuestión, porque tener que hacerlo por obligación es peor".
Las tensiones en el seno de la organización que está provocando la corriente oficialista Somos IU, a la que pertenece el actual portavoz municipal Ángel Pérez, en el punto de la diana de la investigación, estallaron ya la semana pasada por su boicot al acuerdo de integración en Ganemos Madrid. Pérez incluso llegó a amenazar con emprender acciones legales si se llevaba a cabo una confluencia que no respetase el formato jurídico de coalición: "No podemos disolver nuestras siglas ni nuestra identidad en un partido que aún no tiene estructura y cuya predisposición es ir contra los partidos políticos y la política en general", denunció el máximo responsable de la organización en la capital.
[Fuente: Por Iván Gil, El Confidencial, Madrid, 11nov14]
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