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09jul15
La monarquía absolutista de Arabia Saudí de vacaciones en Marbella
Dicen los devotos de Marbella que ha vuelto a ser la de antes. No la de la corrupción a manos llenas ni la de la Pantoja, sino la de las lentejuelas de Gunilla, la del fulgor de los yates amarrados en Puerto Banús y la de los petrodólares de los monarcas saudíes. La ciudad costasoleña ya espera el desembarco de uno de sus ilustres vecinos, el rey Salman bin Abdulaziz de Arabia Saudí, íntimo del Rey Juan Carlos, quien tiene planeado visitar su rincón favorito de la geografía española en las próximas semanas. Salman sigue la tradición de su hermano, el mítico rey Fahd, quien aterrizaba cada verano con su impresionante séquito en su palacio Mar Mar, una réplica casi de la Casa Blanca.
El monarca del país suele instalarse en los 200.000 metros cuadrados de Al-Riyad, otro de los cinco palacios que la Familia Real saudí tiene en la Milla de Oro de la ciudad. También disponen de varias mansiones y hasta de una mezquita. El insigne visitante, de 81 años, se convirtió en rey de Arabia Saudí tras la muerte de su hermanastro Abdalá, el pasado enero, a consecuencia de una neumonía. La salud de Salman no es de hierro ni mucho menos: sufre de Alzheimer y anda con dificultad, debido a sus problemas de columna. Pero en verano siempre vuelve a Marbella acompañado por una de sus esposas favoritas. Tiene 13 hijos de tres esposas diferentes.
Uno de los signos evidentes de que Salman ha llegado es cuando su lujoso yate, llamado 'Shaf London', atraca en el puerto de la ciudad. Y también la caravana de coches de lujo recorriendo las calles del centro, apostada a las puertas de los mejores restaurantes de gastronomía local o las de El Corte Inglés, donde doncellas y príncipes de rango menor ponen en práctica su desmedida afición por las compras. La presencia de Salman supone una importante inyección económica para Marbella. El rey es capaz de gastarse hasta 30.000 euros diarios. O, al menos, eso dicen.
Como cada verano también se espera la llegada a Ibiza de su sobrino del príncipe Abdul Aziz bin Fahd Al Saud, último hijo del fallecido Rey Fahd de Arabia Saudí, quien suele llegar a bordo de su propio buque, el 'Prince Abdulaziz', el sexto yate más grande del planeta. Pero Abdul no viene sólo: le acompaña una comitiva de entre 150 y 200 personas, entre los que están sus guardaespaldas, familiares y un círculo de amistades salpicado de miembros de dinastías de otros reinos de Oriente Medio. Abdul Aziz bin Fahd Al Saud dispone de un complejo residencial en Riad de 134 hectáreas que imita la Alhambra de Granada. La pasión por España viene de familia.
[Fuente: Por Eduardo Verbo, El Mundo, Madrid, 09jul15]
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