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04dic18
Pedro Sánchez defiende suprimir la inviolabilidad del Rey en pleno aniversario de la Constitución
apuesta ahora por suprimir la inviolabilidad del Rey recogida en el artículo 56.3 de la Carta Magna, incluido en en el Título II, una de las partes blindadas de la ley fundamental.
El presidente del Gobierno ha lanzado esta idea, añadiendo estar "convencido" de que el propio Felipe VI estaría de acuerdo con la misma, en una entrevista concedida a un grupo de televisiones justo cuando se celebra el 40 aniversario de la Constitución.
La sugerencia coincide con las aspiraciones de Unidos Podemos, el partido que hasta ahora ha sostenido su acción de Gobierno, y con las reivindicaciones de las fuerzas independentistas catalanas amplificadas tras el mensaje de Felipe VI a los españoles después del referéndum ilegal del 1-O.
En realidad, la sugerencia de Sánchez cae dentro del terreno de la gratuidad política habida cuenta de que la inviolabilidad del Rey -un concepto diferente al del aforamiento del que gozan los miembros del Gobierno, los diputados y senadores, entre otros colectivos- es una figura que, para su modificación o supresión, requiere de un procedimiento agravado extraordinariamente rígido y difícil de superar.
Un trámite para el que el actual Gobierno, sostenido por 84 diputados y dependiente del apoyo puntual de un amplio abanico de fuerzas, no dispone de ninguno de los instrumentos necesarios.
Para cambiar un precepto blindado de la Constitución hay que regirse por lo establecido en el artículo 168, según el cual la iniciativa de reforma debe ser sometida a las Cámaras que han de aprobarla, ambas, por una mayoría reforzada de dos tercios. A continuación, el Parlamento se disolvería de forma automática y se procedería a la convocatoria de elecciones generales. Las Cámaras resultantes de las urnas tramitarían la iniciativa de acuerdo con el procedimiento legislativo normal aunque la votación final debería ser nuevamente respaldadas por dos tercios de los miembros de Congreso y del Senado. Una vez aprobada la reforma por las Cortes Generales tendría que ser sometida a referéndum para su ratificación.
Revisar los aforamientos
En la actualidad, Sánchez propone una revisión de la figura de los aforamientos a fin de que los cargos políticos sólo estén protegidos por la misma en lo que se refiere a las acciones propias del ejercicio de su cargo.
Para lograrlo basta con seguir el procedimiento simple de reforma constitucional pero ni siquiera para éste cuenta el Gobierno con la fuerza necesaria. No obstante, esta propuesta más sencilla ya ha dado pie a diferentes fuerzas políticas a exigir una apertura del texto constitucional para acabar con la inmunidad de Felipe VI e incluso llegar a plantear un plebiscito sobre monarquía o república.
En cualquier caso, la inviolabilidad del Jefe del Estado, incluida en la parte orgánica de la Constitución, implica que al Monarca no se le puede perseguir criminalmente ni se le puede, en el ámbito de lo civil, demandar ante la jurisdicción ordinaria. Esto no afecta sin embargo a los miembros de la Familia Real, es decir, al Rey Emérito y a la Reina Sofía; a la Reina Letizia o a la Princesa de Asturias. Todos ellos cuentan con un aforamiento completo pero no está recogido en la Constitución sino en la Ley Orgánica del Poder judicial.
Felipe VI, además de gozar de inviolabilidad, es irresponsable en lo que afecta a sus actos como institución del Estado por lo que todos ellos han de ser refrendados por un miembro del Gobierno y, en determinados casos, por el presidente del Congreso. Sólo existe una excepción a la necesidad de refrendo: el nombramiento de los miembros civiles y militares de su Casa.
[Fuente: Por Marisa Cruz y Raúñ Piña, El Mundo, Madrid, 04dic18]
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