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22nov18


Adiós también al 'plan b' de Sánchez: prorrogar los Presupuestos de Rajoy dispararía el déficit al 2,4%


El dictamen de Bruselas es muy claro: "El borrador presupuestario presentado por España para 2019 se encuentra en riesgo de incumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento" y apunta a "una desviación significativa de la senda de ajuste presupuestario a medio plazo y al no cumplimiento del objetivo de reducción de deuda".

Después de expresar sus reservas y dudas en privado, y de pedir aclaraciones y mucha más información mediante una carta oficial, la Comisión Europea ha concluido que las cuentas no salen de ninguna forma. Por eso lanza un aviso: con la propuesta de Pedro Sánchez, la gran baza para no convocar elecciones, el déficit se irá al 2,1%, y si hay prórroga de los anteriores, se disparará hasta el 2,4%.

Los problemas detectados por los técnicos comunitarios se resumen en cuatro variables. Para empezar, la Comisión no cree que el Presupuesto vaya a ser aprobado, y en el caso improbable de que sí lo fuera, el resultado final tendría poco que ver con los términos que ellos han estudiado. La segunda cuestión: el borrador contiene medidas que no han sido legisladas y que difícilmente podrán serlo. El tercer punto, el básico, que Bruselas cree que España gastará más e ingresará menos de lo que ha comunicado. Y el último: el impacto recaudador de las medidas estrella de Hacienda está muy inflado, entre un 20 y un 50% cada una.

Bruselas lamenta en su informe que "España ha hecho un progreso limitado en lo que se refiere a la parte estructural de las recomendaciones" más recientes del Eurogrupo, y por todo ello "invita a las autoridades españolas a acelerarlo y a tomar las medidas necesarias" para "asegurar que el Presupuesto de 2019 cumplirá con el Pacto de Estabilidad y aprovechará el momento para reducir la deuda".

Las opciones para el Gobierno son limitadas, pues está entre la espada y la pared. Por un lado, los incentivos para pelear por este Presupuesto se reducen, sabiendo que Bruselas no les da el visto bueno. Por otro, la alterativa es poco halagüeña, pues si se ve forzado a una extensión tendrá que soportar una presión creciente desde el Eurogrupo. "Lo mejor es convocar elecciones", le ha vuelto a insistir el líder del PP, Pablo Casado, afirmando que así un nuevo Gobierno "que encabezará el Partido Popular" elaboraría unos Presupuestos "que la UE va a ver acertados".

El documento hecho público reitera que España cerrará el próximo ejercicio con el déficit en el 2,1%. La cifra oficial de 2017 fue el 3,1%, y la senda de ajuste acordada por el Gobierno de Mariano Rajoy (que sólo en 2018 evitó un dictamen igual con "riesgo de incumplimiento") estipulaba bajar al 2,2% en 2018 y un 1,3% en 2019. La ministra de Economía, Nadia Calviño, corrigió unilateralmente estas cifras, asegurando que eran imposibles y dañinas, y prometiendo un 2,7% y un 1,8% respectivamente este año y el próximo.

Bruselas no comparte esos giros, pero mientras se esté por debajo del 3% fijado por el Pacto de Estabilidad, hay algo más de manga ancha. El problema es que sus cálculos dicen que aunque este año sí se cerrará por fin por debajo del 3%, saliendo del Procedimiento de Déficit Excesivo tras una larga década ominosa, el año que viene no se logrará el 1,8%.

No con el presupuesto de Sánchez y Pablo Iglesias y mucho menos si se ve forzado a prorrogarlo. La ministra de Hacienda calculaba que en ese escenario de extensión nos iríamos al 2,2%, pero la Comisión dice en los documentos de ayer que sería más bien un 2,4%. Curiosamente, y aunque sean casos completamente diferentes, la misma cifra que Italia.

El ministerio de Economía se ampara en que otros cuatro países incumplen también que la previsión de la Comisión es "cautelosa porque España no ha presentado todavía los Presupuestos Generales" y en que "las cifras contenidas en el Plan remitido por el gobierno español están dentro del margen de flexibilidad previsto en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento" y, citando al comisario Pierre Moscovici, en que "en esta fase del ciclo de supervisión fiscal es absolutamente normal que existan divergencias entre las estimaciones de los diferentes organismos".

El nuevo documento recuerda que el pasado mes de julio el Eurogrupo recomendó a España que en 2019 el gasto primario del Estado no debería subir por encima del 0,6% del PIB, esto es, equivalente a un ajuste estructural del 0,65%. La ministra Calviño ya comunicó en verano que el objetivo de España será más bien del 0,4%. En el Presupuesto se calcula un crecimiento nominal del gasto del Gobierno equivalente al 1,7% del PIB, si bien la cifra "no está ajustada teniendo en cuenta el impacto de las medidas one-off", es decir, de las que sólo se aplican una vez.

Hecha esa corrección, Bruselas avisa de que el aumento es más bien del 2,2%. Hay unas desviaciones cada vez mayores y eso, en el contexto de todo el ajuste estructural pendiente, sólo lleva a una conclusión: "un riesgo de una desviación significativa de la senda de ajuste presupuestario a medio plazo".

En términos generales, la discrepancia sobre las cuentas se explica de forma simple. España ha dicho que las medidas recaudatorias aportarán un 0,6% del PIB adicional a las arcas que compensará un gasto de un +0,2%, por lo que el impacto neto sería favorable en cuatro décimas. Los cálculos de la Comisión dicen que la realidad es más bien un 0,4 y un 0,3%, por lo que el impacto neto es de sólo una décima. "La gran diferencia proviene del lado de los ingresos, puesto que la Comisión prevé un menor resultado de la tasa a las transacciones financieras y de la recaudación por las actividades digitales y hace un cauta valoración de las medidas para combatir el fraude", se puede leer.

Según fuentes comunitarias, el modelo de Bruselas usa quitas de entre el 20 y el 50% respecto al optimismo recaudatorio español. Además, la Comisión, avisa de que algunas de las medidas que deberían aportar más ingresos, "y en particular el aumento de la base de cotización" aumentan muy negativamente la "carga fiscal del trabajo", una estrategia errónea.

[Fuente: Por Pablo Suanzes, El Mundo, Madrid, 22nov18]

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