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19may08
El Atentado de Pandiellu y el Rubicón popular
Unos trasnochados nostálgicos del anterior régimen acaban de atentar contra el monolito que homenajeaba, en la localidad cabraliega de Pandiellu, a los dos republicanos asesinados en la posguerra civil en "La Pasada de Zóbilo", lugar situado en las inmediaciones de dicha localidad.
Energúmenos hay en todas partes y también los hay en Cabrales, lamentablemente, pero hay acontecimientos que nos hacen reflexionar. Éste es uno de ellos.
Mucho se ha discutido en los últimos cuatro años sobre la Ley de la Memoria Histórica, una ley "light" donde las haya, que no ha venido a resarcir ni la memoria de las victimas del franquismo ni tampoco a sus familiares. Sin embargo, el PP, encabezado por el hoy convencidísimo liberal Mariano Rajoy y azuzado por los medios "oficiosos" de la ultraderecha española, se dedicó a criminalizar dicha ley y a augurar desgracias sin cuento.
De aquellos polvos vienen estos lodos. Y que no me vengan con el cuento de que esto ocurre por "desenterrar" el pasado, que es lo mismo que culpar de la violación a la victima por usar minifalda. Después de más de 30 años de democracia no es de recibo que las víctimas de la barbarie franquista sigan por las cunetas como delincuentes, sin un lugar al que sus familias puedan llevarles un ramo de flores para honrar su memoria, mientras sus asesinos terminan sus días placidamente en una cama. Su memoria debe ser restaurada y que el peso de la historia caiga sobre los verdugos.
No me cansaré de repetir hasta la saciedad que la derecha española debe emprender, de una vez por todas, su viaje particular hacia los modos y las formas que caracterizan a los partidos democráticos y romper, de una vez y para siempre, con el pasado franquista de no pocos de entre los militantes y simpatizantes del PP.
Y este no es un tema baladí, precisamente, en el momento actual que vive el principal partido de la oposición, en el que la "vieja guardia" ultraconservadora combate a sus compañeros de partido que apuestan por un modelo más liberal con un ardor que recuerda al que utilizaron en aquel horrible pasado contra los defensores de la legalidad republicana, libremente elegida por el pueblo.
El PP debe elegir entre convertirse, de verdad, en el legitimo representante de la derecha democrática española o condenarse a quedarse en el reducto de la ultraderecha española al que parecía condenado Alianza Popular, antes de su refundación como Partido Popular.
El Congreso de los Populares va ser su particular Rubicón. Si gana el ala ultraderechista, la posibilidad de quiebra del PP pasaría a ser algo más que una amenaza lejana y otros partidos de nuevo corte -el de Rosa Díez, por poner un ejemplo- pueden tener su oportunidad como alternativa de gobierno al PSOE.
De momento, los populares cabraliegos tienen una oportunidad para mostrar que son unos auténticos demócratas. Deben condenar sin paliativos el atentado. Cualquier otra actitud podría parecer sospechosa y los igualaría a Herri Batasuna, con respecto a la actitud que estos mantienen para con la banda terrorista.
Al final, siempre volvemos al mismo lugar, las dos líneas que separan a los demócratas de quienes no lo son: franquismo y terrorismo. El PP debe elegir donde se sitúa, igual que Herri Batasuna eligió, en su momento, el suyo. Esperemos que sea al lado de los demócratas.
[Fuente: Por Rubén Nomiella, El Impulso, Asturias, 19may08]
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