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20abr16
García Revenga: 'Me puse de tesorero de Nóos para que no se pusiera Doña Cristina'
El que fuera durante más de veinte años secretario personal de las Infantas, Carlos García Revenga, ha manifestado durante su declaración como testigo en el juicio del caso Nóos que ambas solían pedirle recomendaciones acerca de su participación en proyectos de ámbito privado y, tras darles su opinión, "unas veces me hacían caso y otras no". Ha incidido en que cuando se creó el Instituto Nóos no consideró que fuera su responsabilidad informar a la Casa Real porque era una cuestión particular ajena a los cauces establecidos para las actividades de carácter público de los entonces duques de Palma.
García Revenga ha explicado que aceptó ser designado tesorero del Instituto Nóos porque se lo pidió Iñaki Urdangarin pero no ejerció como tal y no hubiera aceptado si hubiera tenido que llevar las cuentas de la entidad. "Fui tesorero en el Instituto Nóos pero no tuve ninguna intervención más allá de algunas cosas que solicitaron mi ayuda", ha afirmado García Revenga durante su comparecencia.
Según García Revenga, Urdangarin le contó que iba a crear el Instituto Nóos, que él entendió que iba a ser "una consultoría de temas deportivos en general" y un "think tank", que había un patronato y que quería que formase parte de él. Supo que el presidente era Urdangarin, el vicepresidente su socio Diego Torres y el secretario Marco Tejeiro. "Luego quedaba tesorero y vocal y me acuerdo que me puse yo de tesorero para que no se pusiese doña Cristina", ha detallado. "Me daba suficiente garantía que estuviese doña Cristina, que estuviese don Iñaki, que estuviese Diego Torres y que estuviese don Marco Tejeiro", ha añadido.
García Revenga consultó a un amigo suyo para asegurarse de que las funciones de tesorero en una fundación no eran de carácter ejecutivo porque si era así tendría que haber pedido permiso a la Casa de su Majestad el Rey. Quien le asesoraba le indicó que en las fundaciones mandaban el presidente y el secretario. "Y acepté ser tesorero", ha explicado. "No tenía responsabilidad y tampoco me pidieron nunca nada", ha dicho García Revenga, quien "intuía" que viviendo él en Madrid y estando "todos los demás" en Barcelona, únicamente iba a "echar una mano en lo que fuese". "Tampoco hubiese aceptado ser tesorero si hubiese tenido que hacer las cuentas", ha precisado.
Cesó en ese cargo porque se lo pidió de nuevo Urdangarin, quien le dijo que se iba. "Que se quedaba Diego Torres al frente y que lo dejábamos", ha contado el que fuera secretario de las infantas entre 1993 y 2015, que ha añadido que le dio la impresión de que había surgido algún problema personal entre el duque de Palma y su socio. "Siempre he tenido una relación un poco especial en todos los niveles. Una de la cosas que he hecho toda mi vida en la Casa es que yo nunca pregunto si no me dicen", ha relatado. "Tampoco pedí explicación", ha insistido y ha contado que siguió la evolución de Urdangarin desde que le conoció en 1996, que le parecía que "en todos los aspectos era muy normal y muy positiva", desde que era jugador de balonmano y estudiante.
En los inicios le consultaba "muchas cosas", pero posteriormente se rodeó "de unas personas con mucha más preparación" como profesores universitarios de todo el mundo y empresarios, por lo que cada vez le consultaba menos. "Porque tenía a gente más capacitada y más preparara que yo para asesorarle", ha afirmado.
El jefe de la Casa Real puenteaba a García Revenga
Más adelante, García Rvenga ha lamentado que el exjefe de la Casa Real Alberto Aza le puenteaba por falta de confianza y no le informó de la decisión de que Iñaki Urdangarin se desvinculara del Instituto Nóos en 2006. Ha recordado que modificó su cargo en un tríptico publicitario del Instituto Nóos (del que era tesorero) y puso que era asesor de la Casa de su majestad el Rey, algo que visto con perspectiva considera "una torpeza". "Es un tema que para mí es como una especie de cruz de si soy secretario, secretario personal, compañero, amigo o colega", ha señalado.
Ha dicho que su relación con las infantas era especial, personal e iba "más allá del mero empleado". Ha relatado que hacía consultas al asesor jurídico de la Casa Real, José Manuel Romero, conde de Fontao, con quien ha dicho que no terminó "muy bien" por "diferencia de criterios con el tema de la separación de la infanta doña Elena en 2005". Respecto al Instituto Nóos, no tuvo relación con Romero, si bien fue quien aconsejó a Urdangarin dejar sus negocios mercantiles en marzo de 2006.
Sobre este asunto ha relatado: "Me preguntó el ministerio fiscal si me puenteaban. Pues sí. No sé por qué circunstancia pero Alberto Aza, jefe de su majestad el Rey, no tenía puesta su confianza en mí o yo no supe ganarme su confianza y no teníamos una relación fluida. Me imagino que Alberto Aza recibiría las informaciones pertinentes y habló con José Manuel Romero. Y yo de todas esas cosas no me he enterado". García Revenga ha admitido que esa circunstancia le molesta profundamente.
El interés lucrativo de Urdangarin
El exsecretario de las infantas ha asegurado que Urdangarin perseguía el "beneficio social" con la actividad del Instituto Nóos, "aunque también tenía, evidentemente, su parte lucrativa". Concretamente, ha dicho que los proyectos de la asociación sin ánimo de lucro de Urdangarin y su socio, Diego Torres, tenían "una repercusión económica para ellos".
Preguntado sobre los foros sobre turismo y deporte celebrados en Palma en 2005 y 2006 por los que Nóos cobró unos 2,3 millones de euros del Govern balear, el testigo ha explicado que el marido de la infanta le explicó que fueron un "éxito". "Deduje que el éxito debía ser en todos los sentidos, en todos los aspectos", incluido el económico, ha manifestado García Revenga, que fue tesorero del Instituto Nóos porque se lo pidió Urdangarin, de quien se considera amigo, igual que de su esposa.
Ha relatado que sus intervenciones en las actividades de Nóos se referían casi exclusivamente a sus tareas de coordinación de las actividades oficiales de doña Cristina y su marido, y ha hecho hincapié en que entonces desconocía que esa entidad era una asociación sin ánimo de lucro. "Todavía no sé en la actualidad si todas las fundaciones son sin ánimo de lucro", ha declarado García Revenga, que ha agregado que nunca participó en juntas del instituto y que una firma atribuida a él que aparecía en un acta había sido falsificada.
[Fuente: República de las ideas, Madrid, 20abr16]
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