Equipo Nizkor - Margallo promete seguir ayudando a los 'niños de la guerra' de Rusia.

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09mar15

Margallo promete seguir ayudando a los 'niños de la guerra' de Rusia

Hubo un tiempo en el que por toda la geografía rusa, desde la isla de Shajalín a la ciudad siberiana de Chita pasando por el viejo Leningrado, se sentía la presencia de los exiliados españoles. Hoy apenas quedan 110 de aquellos 3.000 "niños de la guerra" española que fueron evacuados a la Unión Soviética a partir de 1937. Más de 60 de ellos viven en Moscú, como si fuesen una especie en extinción, vigilándose con cariño porque saben que con ellos se marchará una época. Piden a las autoridades españolas ayuda para hacer brillar su memoria y mantener ese punto de encuentro en una de las ciudades más caras del centro.
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, les ha visitado hoy en Moscú y ha prometido que seguirá ayudando, siempre "en la medida de sus posibilidades", a la supervivencia del Centro Español de Moscú. Hace unos años la entidad estuvo al borde de la desaparición por las estrecheces económicas derivadas de la escasa financiación.
En más de una ocasión se han sentido olvidados pero la herida ha empezado a cerrar. El Centro Español volvió a recibir ayuda oficial después de solucionarse una irregularidad por una subvención para un ascensor que nunca se hizo.
"Ocupáis un lugar central en nuestro corazón y vamos a seguir ayudando en lo que podamos", pese a que España "atraviesa por una crisis muy severa" y el ministerio tiene "un 20% del presupuesto que tenía mi antecesor", dijo Margallo en el amplio local situado en el centro de la capital, un edificio hoy codiciado que en 1965 fue cedido por la Unión Soviética al Partido Comunista Español PCE.
Tanto en la rígida URSS como en el convulso capitalismo ruso este centro ha acogido a los "niños" y a sus descendientes. Ayer sólo se veía a unos pocos ancianos escuchando a los ponentes del acto, en el que el presidente del Centro, Francisco Mansilla, dio las gracias al Gobierno haber vuelto a apoyarles: en 2012 volvieron a recibir subvenciones de España.
Mansilla, igual que los demás octogenarios, sigue llamándose a sí mismo "niño de la guerra". Comparte una andadura vital con el resto de veteranos, aunque cada vez son menos los que están en condiciones de pasarse a echar unas horas en el centro. "A buenas horas llamáis, ya no quedamos casi ninguno, murieron todos", es el mantra que repite cada vez que los periodistas, de año en año, se acuerdan del Centro Español para hacer algún reportaje o preguntarles por algún testimonio histórico.
Para el ministro es imprescindible el mantenimiento de este lugar en el corazón de Moscú, pues es una prueba palpable de la reconciliación entre las dos Españas que se dio tras la Transición. "La Constitución española significó el encuentro de los dos bandos enfrentados, el nacional y el republicano", afirmó Margallo. Por ello, les dijo esta mañana Margallo, "reencontrarme aquí con vosotros, que estuvisteis en un determinado bando cuando España se fracturó, es muy importante".
El embajador de España, José Ignacio Carbajal, agradeció a la empresa Técnicas Reunidas haber aportado 36.000 euros para el pago de la deuda pendiente. Mansilla no desaprovechó la ocasión de mostrar su esperanza de que para este año haya un incremento de las ayudas.
Pero tan crucial como el dinero han sido las gestiones de la embajada con el Ayuntamiento de Moscú para evitar que se suba el alquiler del centro, situado en una de las zonas más caras de la capital rusa.
En el caso de algunos inmuebles en Moscú el precio del alquiler se ha multiplicado por diez en los últimos años. Pero eso no es nada comparado con la peripecia vital de unos eternos "niños de la guerra" que son testimonio de que la memoria en la infinita distancia es posible.
[Fuente: Por Xavier Colás, Moscú, El Mundo, Madrid, 09mar15]

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