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03sep12
Carta de despedida al Comandante Rios
José Murillo Murillo (Viso de los Pedroches, 1924, Madrid 2 de septiembre 2012)
Le conocí en Madrid en 2001, durante unas jornadas organizadas por AGE denominadas "Tres días con la guerrilla antifranquista". Fue la primera ocasión en mi vida en que tuve la oportunidad de aproximarme, verlos, abrazarlos y de conversar con los excombatientes de la resistencia española, agrupados en torno a AGE.
Desde entonces, han sido muchas las veces en la que he compartido con José Murillo muchas jornadas en Caravanas de la Memoria, en las asamblea y encuentros de AGE, y en actos memorialistas en los que el discurrir plácido de su voz y su sonrisa sempiterna, podían confundir a los menos avisados, induciéndoles a pensar que tenían ante sí a una persona de carácter blando y conformista, bien lejos de la vida azarosa y comprometida que absorbió juventud y buena parte de su madurez.
Son infinitas la historias de guerra que escuché de su boca, como aquella en la atribuía cualidades casi mágicas al agua de la jara, con la que una mocita pastora le lavó a escondidas las heridas de bala, recibidas en un encuentro con aquellos forajidos tricorniados, marchamo bélico de plomo que seis décadas después, harían saltar las alarmas en los arcos detectores de los aeropuertos, obligando a nuestro amigo Murillo a desvelar el porqué de aquellos intrusos metálicos, alojados en su hombro izquierdo.
Lo recuerdo también hace unos años, sentado en la mesa presidencial del salón de actos de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados, con ocasión de la presentación de la proposición no de ley, para el reconocimiento institucional de los guerrilleros antifranquistas. Les decía a los portavoces de los grupos asistentes: "Lo que se pide aquí, no es solo para los que estamos vivos, que ya hemos tenido la ocasión de percibir el reconocimiento de los que han conocido el sentido de nuestra lucha por la libertad y por la República, si no por todos los que cayeron en el camino, así como sus familiares y compañeros, que solo conocieron la soledad y el sufrimiento, cuando no la infamia de ver su causa manchada por la difamación y abandonada por el olvido".
Conservo muchas fotos del Comandante Rios, tomadas en los más diversos momentos. Lamento mucho haber recibido en este hospital murciano, la triste noticia de la marcha definitiva de nuestro compañero, nuestro amigo y camarada, y no poder aportar a estas líneas de despedida, algunas de aquellas imágenes entrañables.
En estos momentos de emocionado recuerdo, quisiera evocar un comentario que le escuché en Algeciras, durante el I Encuentro con la guerrilla antifranquista, invitando a los jóvenes presentes a que, "sin renunciar a las comodidades y ventajas alcanzadas, luchasen por no perderlas y aún por mejorarlas".
Algunos, es posible que hoy lamenten no haberle hecho caso.
Honor y Memoria para el Comandante Ríos.
Murcia, Hospital de la Arrixaca 3 de septiembre 2012
Floren Dimas
Delegado de AGE para la Región de Murcia
Crímenes franquistas e impunidad
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