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17mar20
El Rey intervino para desactivar los chantajes de Corinna y Villarejo
El Rey ha desmontado con un golpe contundente los intentos de chantaje que el Palacio de La Zarzuela venía recibiendo desde hace al menos siete años, primero por el excomisario José Manuel Villarejo y después por la examiga de Don Juan Carlos, Corinna Larsen.
Cuando se vieron acorralados por la Justicia, ambos empezaron a amenazar con tirar de la manta y publicar noticias escandalosas del anterior Monarca o, incluso, implicar al actual Rey, para forzar al Estado a dejar de investigarles. Sin embargo, a ninguno de los dos les ha funcionado la estrategia.
Con el comunicado distribuido ayer para anunciar la decisión de renunciar a la herencia de su padre y de retirarle su asignación, Don Felipe trata de cortocircuitar el intento de los abogados de Corinna Larsen de implicarle en oscuros manejos de dinero. Además, con este movimiento el Rey insiste en enviar un mensaje presente en sus casi seis años de Reinado: que está dispuesto a mantener «una conducta íntegra, honesta y transparente» a cualquier precio, aunque éste sea la dolorosa ruptura con su padre y la renuncia a la herencia de unos bienes poco transparentes.
Los primeros intentos
El primero que empezó a amenazar a La Zarzuela con «tirar de la manta» sobre las supuestas cuentas opacas de Don Juan Carlos en el exterior fue el excomisario Villarejo. Aunque llevaba tiempo intentándolo, su chantaje se convirtió en un clamor en 2015, cuando se vio implicado en el caso del «pequeño Nicolás» y trató de chantajear al Estado para que no le investigaran, por temor a que descubrieran otras operaciones supuestamente fraudulentas.
Para entonces, Don Juan Carlos ya había terminado su relación con Corinna Larsen --finalizó en noviembre de 2014, después de la abdicación--, y la examiga no ocultaba a nadie su resentimiento con aquellas personas que habían tratado de alejarla de Don Juan Carlos, entre ellas el director del CNI en aquel momento, Felix Sanz Roldán. También empezó a hablar entonces con distancia y desafecto de Don Juan Carlos, a quien describía como «un anciano caballero que lucha por su salud».
Casualmente, Sanz Roldán se había convertido en la principal amenaza de Villarejo, que había hecho una gran fortuna con extorsiones y chantajes. Aprovechando el resentimiento de Corinna hacia Sanz Roldán, Villarejo se ganó la confianza de la mujer y consiguió unas grabaciones en las que ella afirmaba que Don Juan Carlos la había utilizado como testaferro, algo que, hasta ese momento, siempre había negado, y hacía referencia a unas comisiones por el AVE del desierto. Esas grabaciones podían ser muy valiosas en manos de Villarejo, que cada vez se veía más acorralado por las investigaciones policiales.
Estas declaraciones se grabaron en 2015, pero fue en 2018 cuando se hicieron públicas y empezaron a complicar judicialmente la vida de Corinna, ya que el fiscal de Ginebra investigó sus cuentas y detectó un ingreso de 65 millones de euros. Hace una semana, la examiga de Don Juan Carlos volvió a cambiar la versión y dijo que se trataba de «una donación» del Rey padre por haber «cuidado» de él, un argumento muy endeble.
Los 65 millones procedían de un ingreso de 100 millones realizado en 2012 y procedente del Reino de Arabia Saudí en la cuenta de una fundación llamada Lucum supuestamente vinculada a Don Juan Carlos. Algunos medios lo atribuyen a comisiones del AVE, pero en ese caso lo tendrían que haber pagado las empresas españoles que ganaron el concurso, no el país que lo adjudicó. Otras fuentes muy bien informadas apuntan a que se trataría de la gratificación que el Rey Abdalá bin Abdelaziz concedió a Don Juan Carlos por el éxito de la Conferencia Internacional para el Diálogo Interreligioso que se celebró en Madrid en 2008 por iniciativa del Monarca saudí.
Implicar a Don Felipe
Hace un año, cuando Corinna vio cómo se había complicado su horizonte judicial, sus abogados británicos -Kobre&Kim- trataron de implicar a Don Felipe. Fue entonces cuando enviaron una carta fechada el 5 de marzo a la Casa del Rey en la que comunicaban que Don Felipe había sido designado como beneficiario de la Fundación Lucum en caso de que falleciese Don Juan Carlos.
Los abogados no aportaron ninguna prueba documental, pero aún así Don Felipe envió una copia de la carta a las autoridades competentes y acudió a un notario para dejar constancia de que si eso había ocurrido, había sido «sin su consentimiento ni conocimiento» y para renunciar, en su nombre y en el de su hija, la Princesa de Asturias, a cualquier herencia que no fuera transparente.
El Rey respondió al despacho de abogados que desconocía los hechos que le atribuían por lo que no tenía justificación que trataran de involucrarle. A partir de ese momento, el entorno de Corinna empezó a alentar informaciones en distintos medios de comunicación con el intento de implicar al Rey en fundaciones opacas.
Lo que no se esperaban los abogados de Corinna fue la respuesta del Rey, que el pasado domingo hizo público un exhaustivo comunicado con el que marcaba un cortafuegos con Don Juan Carlos y desactivaba los intentos de implicarle en estos turbios asuntos.
La respuesta suponía dar el doloroso pero necesario paso de romper con su padre, a quien también ha retirado la asignación de 194.232 euros brutos que Don Juan Carlos recibía anualmente del Presupuesto de la Casa del Rey. Algunas voces han pedido también que Don Juan Carlos abandone su despacho del Palacio Real -algo que no se descarta- pero también han reclamado que, a sus 82 años, deje de vivir en el Palacio de La Zarzuela, su residencia desde 1962.
Comportamiento personal
Una vez más, el Rey que suscitó la admiración del mundo entero por haber restaurado la Monarquía y la democracia en España después de la dictadura, el Rey que siempre fue impecable en el terreno institucional, ha vuelto a poner en riesgo la estabilidad de la Institución y a provocar un enfado generalizado -como ya hizo en 2012 con el viaje a Botsuana- por su comportamiento personal.
[Fuente: Por Almudena Martínez-Fornés, ABC, Madrid, 17mar20]
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