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22feb10
Garzón aspira a retirarse como presidente del Tribunal Superior de Andalucía.
Baltasar Garzón sabe desde hace un año que su carrera judicial en Madrid ha tocado techo. Mucho antes de que el Tribunal Supremo sopesara sentarle en el banquillo por prevariación, el magistrado estrella de la Audiencia Nacional era consciente de que sólo le quedaban tres opciones: jubilarse como juez de instrucción, colgar la toga o aspirar a un cargo fuera de la capital que prestigiara su carrera y le alejara de sus adversarios. Por ello, comenzó a buscar apoyos para regresar a su tierra como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
El magistrado ya había manifestado esta aspiración a su entorno hace algunos años, pero fue a lo largo de 2009 cuando se decidió a sondear al mundo político y judicial para presentar su candidatura a la Presidencia del TSJA. La baronía judicial andaluza queda vacante en julio, cuando Augusto Méndez de Lugo deje el cargo tras 15 años y tres reelecciones. Según informaron a este diario fuentes judiciales solventes, Garzón consultó incluso a miembros del PP para averiguar si el partido que lidera Mariano Rajoy aceptaría su maniobra para abandonar la Audiencia Nacional.
El visto bueno de los populares sería fundamental, ya que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), órgano encargado elegir a los altos cargos de la judicatura, cuenta con un delicado equilibrio entre progresistas y conservadores. Para alcanzar la Presidencia de un tribunal superior, el juez candidato necesita el voto de 13 de los 20 miembros del CGPJ, por lo que es imprescindible un pacto entre los dos bloques ideológicos. En la actualidad está pendiente por falta de acuerdo la elección de los nuevos presidentes para Cataluña, País Vasco y la Comunidad Valenciana, donde los conservadores quieren seguir contando con Juan Luis de la Rúa, reconocido amigo de Francisco Camps.
Sin embargo, los intentos de Garzón para recabar el respaldo a su candidatura sufrieron un revés prácticamente definitivo cuando el Tribunal Supremo aceptó diversas querellas contra él por delitos como prevaricación y cohecho. El magistrado está muy cerca del banquillo después de que Luciano Varela recomendara su enjuiciamiento por instruir la causa contra los crímenes del franquismo. Por otra parte, se enfrenta a una investigación por los cobros que recibió en Nueva York como director de unos cursos patrocinados por el Banco Santander; y tiene pendiente otra causa por las escuchas que ordenó en la cárcel a los abogados del caso Gürtel. El propio CGPJ debe decidir en breve si le inhabilita temporalmente para ejercer su profesión.
A la altura de un magistrado del Supremo
Una mala perspectiva para el juez, que busca una salida digna tras dos décadas en el Juzgado Central y de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. Garzón fracasó entre 2004 y 2007 en su intento de presidir la Sala de lo Penal ante su colega Javier Gómez Bermúdez, a pesar de que éste no le superaba en mérito o experiencia. En 2009 volvió a estrellarse en su asalto a la presidencia de la Audiencia Nacional, cargo que obtuvo Ángel Juanes. Después de estas derrotas, y de acuerdo con las fuentes judiciales consultadas, su carrera en Madrid parece terminada, ya que tampoco sería aceptado en el Supremo o en el CGPJ.
Así las cosas, Garzón dirigió su mirada al Sur. La Presidencia del TSJA ascendería al juez a la misma categoría que un magistrado del Supremo, le pondría al frente de una de las baronías judiciales más importantes del país, y le facilitaría continuar con su amplia agenda de conferencias, congresos y actos sociales. Garzón conseguiría al fin un cargo de prestigio, sin las grises tareas (como las frecuentes guardias) a las que está obligado como instructor, con tiempo libre e influencia. Una excelente forma de terminar su carrera de la que, irónicamente, le han alejado sus problemas con la justicia.
Nacido en Torres, Jaén, Garzón nunca ha dejado de visitar su región, donde tendrá lugar el próximo 6 de marzo un acto de apoyo organizado por colectivos sociales de la izquierda, al que acudirán intelectuales y artistas. En 2009, Garzón ya recibió un homenaje en su pueblo de parte de diferentes asociaciones y cooperativas. Probablemente, sus paisanos seguirán contando con él para ir de cacería, pero será difícil que le reciban como presidente de sus tribunales de justicia.
[Fuente: Alberto Mendoza, El Confidencia, Madrid, 22feb10]
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