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21oct18
Los salarios de los jóvenes y los trabajadores menos formados siguen por debajo del nivel precrisis
La literatura económica dice que en etapas expansivas, con una demanda creciendo más rápido que la oferta, los salarios reales deben subir. Y en cambio, en una recesión, la disminución en la demanda de trabajo debería reflejarse en disminuciones en la remuneración. Sin embargo, en algunas economías existen algunos condicionantes que impiden el comportamiento cíclico de los salarios. Y es justamente lo que pasa en España, donde los salarios de los jóvenes y los trabajadores menos formados siguen por debajo del nivel precrisis, según un artículo de una de las últimas publicaciones de la Fundación de Cajas y Ahorros (Funcas).
En 2009, cuando el PIB caía a un ritmo del 3,3% y se destruía empleo intensamente, los salarios nominales crecieron un 4,05%. Y ese mismo ajuste se observa en sentido contrario, puesto que el crecimiento iniciado en 2014 no se está trasladando a los salarios, como ya ocurrió en la crisis de los noventa. Eso hará que se produzca un retroceso en el reparto global de rentas si la remuneración de asalariados no crece al mismo ritmo que la economía.
El artículo lo firma María J.Moral, profesora de la UNED y se ha incluido en una publicación titulada 'Innovación y competitividad: desafíos para la industria española'. Se centra en analizar la estructura salarial en España en el inicio de la recuperación en 2014 en relación con la situación en 2006 a partir de la Encuesta de Estructura Salarial. Y concluye que persisten las diferencias salariales y que están muy relacionadas con la educación, la experiencia del trabajador y otros factores como la rentabilidad de la empresa o la diferencia de rentas entre los propios trabajadores.
No solo en España
Lo cierto es que en el artículo se dice que este desfase no solo ocurre en España, sino también en todos los países desarrollados y en algunos emergentes. Un informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) apunta a la globalización y la tecnología como causantes de un abaratamiento de los costes laborales, pero también a otros factores de estructura económica, como el desplazamiento de trabajadores de la las manufacturas al sector servicios donde los salarios son más bajos.
De forma general y de media, el salario ha aumentado ligeramente al pasar de los 12,69 euros por hora en 2006 a los 13,52 euros en 2010 para terminar en 12,88 euros en 2014. Pero si comparamos con 2007, se ve que aún en 2014 no se habían alcanzado los salarios previos a la Gran Recesión, ya que en 2007 la remuneración a asalariados creció un 4% en términos reales.
En los primeros años de la crisis los salarios subieron al menos un 5% y solo empezaron a contenerse los bonus que estaban fuera de convenio. En 2014 se observa ya un cambio de tendencia con un retroceso en todos los salarios, bajando en toda la distribución respecto a 2010, siendo más importantes los descensos en los salarios más bajos.
Y esto es precisamente lo que hace que los salarios delos trabajadores con menos estudios sean menores en el año 2014 que en en el 2006, una situación que no se da entre los trabajadores con estudios universitarios, que hoy tienen ya sueldos más altos que antes de la crisis. Algo parecido ocurre con los empelados de menos de 30 años, que en 2014 (año al que hacer referencia el estudio) cobraban mucho menos que antes de la crisis.
En cambio, los mayores de 40 con salarios considerablemente más altos sí han mejorado sensiblemente su remuneración estos años. La antigüedad, por su parte, es otro factor que ha favorecido a los trabajadores en este sentido. Los trabajadores de empresas grandes, los que trabajan en compañías muy productivas y los que están empleados en empresas exportadoras también han estado más protegidos durante estos años.
Sector financiero
La parte final del informe analizar los salarios por sectores y concluye que el de actividades financieras y seguros y el energético siguen siendo los sectores que pagan los salarios más elevados. Además, en el sector financiero los salarios no se ajustaron nada en el inicio de la crisis y en 2010 superan al resto en un 22%. Aunque bajaron un poco algo después, en 2014 siguieron siendo más altos que en 2006.
En definitiva, el artículo concluye que las diferencias salariales persisten y, en su mayor parte, están explicadas por el capital humano de los trabajadores y la productividad de las empresas. Por tanto, avanzar en estas dos variables es crucial para conseguir aumentos salariales generalizados que contribuyan a un mejor reparto de las rentas que se están generando en la actual expansión económica.
[Fuente: Por Teresa Lázaro, Vozpópuli, Madrid, 21oct18]
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