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24jun08
El Gobierno nombrará a Jorge Dezcallar nuevo embajador en Estados Unidos
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha decidido nombrar al diplomático Jorge Dezcallar Mazarredo, antiguo embajador en Marruecos y en El Vaticano, además de máximo responsable que fue del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), como nuevo embajador de España en Washington, en sustitución de Carlos Westendorp, que ocupa el cargo desde junio de 2004, poco después de la llegada del PSOE al poder. En la actualidad y entre otras ocupaciones de carácter privado, Dezcallar es asesor de relaciones internacionales de Repsol-YPF.
El Consejo de Ministros aprobó el nombramiento de Dezcallar en su reunión del viernes 13 de junio pasado, y en estos momentos se encuentra a la espera de recibir el plácet correspondiente del Gobierno norteamericano, un trámite que podría verse pronto culminado, aunque el nombramiento oficial se demorará hasta el mes de julio. De esta forma, el Gobierno opta por un diplomático de amplia experiencia para dirigir la representación diplomática española más relevante en el exterior, donde tendrá como misión esencial la mejora de las relaciones entre ambas Administraciones, más que deterioradas casi inexistentes desde que, recién llegado a La Moncloa, Zapatero decidiera de forma unilateral retirar las tropas españolas estacionadas en Iraq.
Un objetivo que no resultará difícil alcanzar tras la salida, antes de fin de año, de George W. Bush de la Casa Blanca. Después de las tensiones vividas entre ambos países, Westendorp, con una edad ya notable (71 años) además, no parecía la persona más indicada para iniciar esa nueva etapa. De acuerdo con las fuentes, en el nombramiento de Jorge Dezcallar como embajador en Washington ha jugado papel capital S.M. el Rey Juan Carlos I, hasta el punto de que hay quien especula con que, tras una temporada en la capital norteamericana, Dezcallar podría recalar en La Zarzuela como jefe de la Casa del Rey, tras la jubilación de Alberto Aza, prevista para dentro de tres años.
Además del favor del Rey, Jorge Dezcallar cuenta con una buena relación con el presidente Zapatero y con la amistad personal del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, con quien ha intercambiado favores mutuos desde hace tiempo. En realidad, Dezcallar, hombre culto, gran lector, taciturno tras el fallecimiento de su esposa, Pilar López Chícheri, a finales de 2005, constituye una rara avis en el firmamento de los hombres públicos españoles, en tanto en cuanto ha ocupado altos cargos tanto con Gobiernos de derecha y de izquierda, habiendo servido a las órdenes tanto de Felipe González como de José María Aznar y, ahora, de Rodríguez Zapatero.
Abogado y diplomático de carrera, fue director general de Política Exterior para África y Oriente Medio entre los años 1985 y 1993, desempeñando un importante papel en la organización de la Conferencia de Paz de Madrid de 1991. En septiembre de 1993 fue sustituido en ese cargo precisamente por Moratinos, para ser nombrado director general de Asuntos Políticos. En 1997, ya con Gobierno popular, Aznar lo incorporó a la misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) entre Slobodan Milosevic y la oposición serbia para democratizar el país, al frente de la cual se encontraba Felipe González. En junio de 1997, en fin, el Gobierno Aznar lo envió de embajador de España en Marruecos.
Su ascenso más polémico, con todo, consistió en su nombramiento como máximo responsable de los servicios secretos españoles, entonces todavía CESID, ahora CNI, por acuerdo de consejo de ministros del 29 de junio de 2001. Con rango de secretario de Estado, sustituyó en el cargo al general Javier Calderón, convirtiéndose en el primer civil responsable de los espías españoles. Su nombramiento fue acogido con satisfacción por el PSOE, que destacó su “perfil institucional” y su talante de “hombre de Estado y no de partido”. En el CNI estaba cuando tuvo lugar la terrible masacre del 11-M, matanza que nuestros servicios secretos no supieron evitar.
En entrevista a El País, aseguraría mucho más tarde que “Estábamos esperando más un atentado contra intereses españoles en el exterior y contribuimos a desmontar alguno. Dentro, esperábamos algo de ETA, y esto nos pilló por la espalda”. ¿Contó Dezcallar todo lo que sabía al Gobierno Aznar? ¿Le mantuvo puntualmente informado? Algunos sectores del PP sostienen que no. El caso es que las relaciones entre Jorge Dezcallar –considerado un experto en terrorismo islamista- y el Partido Popular se agriaron definitivamente tras su nombramiento como embajador en el Vaticano, algo que en la sede de Génova se interpretó como un premio a los servicios prestados.
[Fuente: El Confidencial, Madrid, Esp, 24jun08]
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