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10nov12
La muerte de Amaia Egaña resume el drama diario de los desahucios
Eran las 9.20 cuando Amaia Egaña, de 53 años, sola en la vivienda de Barakaldo que ha sido hasta ayer su hogar y el de su familia durante cerca de ocho años, saltó por la ventana tras abrir la puerta del portal del número 11 de la calle Escuela de Artes y Oficios de Barakaldo a la comisión judicial que iba a ejecutar el desahucio impulsado por La Caixa. La mujer, que llevaba 30 años trabajando en Bizkaibus -destinada en las cocheras de los autobuses en Burtze- ña- y era esposa del exconcejal del PSE José Manuel Asensio, no pudo soportar más la presión a la que se veía sometida y optó por quitarse la vida al ver como le iban a desposeer del piso.
Egaña, natural de Eibar pero afincada hace décadas en la localidad fabril, vivía con su marido y su hijo de 21 años, que al parecer desconocían que ayer iban a ser desahuciados, ya que acudieron a sus obligaciones habituales con normalidad. José Manuel Asensio, su esposo, fue concejal delegado de Seguridad Ciudadana en Barakaldo y al igual que la víctima eran militantes del PSE. En la actualidad, su compañero tenía empleo después de haber permanecido unos años en el paro.
La familia de la fallecida es muy conocida en la villa armera guipuzcoana, donde su padre regentó una conocida tienda de electrodomésticos y fue presidente del PSE local. Ella misma fue edil en ese Consistorio en el periodo 1983-1987.
Poco después del trágico suceso se acercaba hasta el lugar el marido de Amaia Egaña que, después de ser atendido por sicólogos y arropado por compañeros de partido con el alcalde Tontxu Rodríguez a la cabeza, fue trasladado al Hospital de San Eloy por el shock que padecía. En el centro sanitario se vivieron intensos momentos de emoción entre los familiares y compañeros de militancia. Nadie sabía de los problemas económicos que atravesaban.
Una vez que la noticia saltó a los medios de comunicación, fueron decenas las personas que comenzaron a concentrarse en las inmediaciones del edificio donde que produjeron los hechos, en la confluencia con la avenida Altos Hornos de Vizcaya, una de las principales arterias del nuevo ensanche de Barakaldo, en terrenos que ocupó la histórica siderurgia vasca.
Entre los primeros que acudieron al lugar, además de representantes del PSE y EH Bildu, estaban integrantes de la plataforma Stop Desahucios. Su portavoz en Ezkerraldea confesó estar «destrozado», ya que tenía la sospecha de que la mujer que el jueves a la tarde contacto con él telefónicamente era la víctima. «Estaba un poquitín tocada. Creo que se llamaba Amaia. Yo le traté de animar, de hacerle ver que la vida no se acaba aquí», explicó, antes de anunciar que estudian poner en marcha un gabinete de atención sicológica, «porque el problema se sale ya de madre. O se toman soluciones, o el problema va a degenerar en violencia, suicidio y depresiones de caballo».
Lo cierto es que la comunicante anónima, según relató Félix, no les informó en ningún momento de que iba a ser desalojada ayer de su hogar, lo que creó más desasosiego entre los componentes de Stop Desahucios.
La Caixa puso el piso en venta
A pesar de que no se había ejecutado formalmente el desahucio, la vivienda de la familia Asensio Egaña, según las noticias que posteriormente transcendieron, se ofrecía desde hace un año en el portal inmobiliario servihabitat.com, que pertenece a La Caixa. Junto a la fotografía del edificio, se incluía un precio de salida de 233.180 euros y se animaba a los interesados a pujar. Además, en el anuncio se precisaba que no era posible la «visita inmediata» porque las llaves no estaban disponibles «temporalmente».
Tal fue el revuelo mediático que se originó a lo largo de la tarde en las redes sociales, que el anunció fue retirado del portal al igual que otras viviendas del área, la zona Urban-Galindo. Ayer mismo, el grupo La Caixa anunció que hasta setiembre ha obtenido un beneficio neto atribuido de 157 millones de euros.
Por la mañana, a escasos metros de donde cayó Amaia Egaña, la portavoz de Stop Desahucios Bizkaia, Marta Uriarte, afirmó que el suicidio de esta mujer era un caso evidente de «terrorismo financiero», al tiempo que emplazó a los partidos políticos a que «negocien una solución a este problema» para que, de manera inmediata, se paralicen los desahucios.
[Fuente: Por Agustín Goikoetxea, Barakaldo, Gara, 10nov12]
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