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07mar17
El fin de Cursach, el 'rey de la noche' de Mallorca
Bartolomé Cursach, dueño de Pachá o Tito's y que ingresó hace unos días en prisión, hundía a sus competidores e incumplía las normas con el beneplácito de la policía y las autoridades.
El juez Manuel Penalva, que investiga la presunta trama de corrupción en torno a la Policía Local de Palma ordenó hace unos días el ingreso provisional en prisión sin fianza de Bartolomé Cursach, más conocido como 'Tolo' Cursach, dueño de las mayores discotecas de Mallorca, entre ellas Pachá, al que imputa numerosos delitos, incluidos homicidio, corrupción de menores y narcotráfico.
El caso es tan importante que el magistrado que lo instruye justifica el ingreso en prisión del empresario ante el temor de que se fugue y atemorice a los numerosos testigos que denuncian sus métodos para permanecer desde los años 80 como el 'rey de la noche' en Mallorca, con prácticas que iban desde hundir a sus competidores a incumplir las normas, todo con el beneplácito de la Policía Local y los políticos.
El Grupo Cursach es propietario de las discotecas Tito's y Pachá en Palma, de la macrosala BCM de Magaluf (Calvià), del complejo de cervecería-discoteca Megapark, de la Playa de Palma, y de otra discoteca en esta última zona turística. Además, posee gimnasios, restaurantes y hoteles.
El juez de instrucción 12 de la capital balear dictó las medidas cautelares solicitadas por el fiscal del caso, Miguel Ángel Subirán, para Cursach, detenido el martes 28 de febrero junto con los altos cargos de su grupo empresarial Bartolomeu Sbert y Antoni Bergas.
El juez también ordenó prisión provisional sin fianza para Sbert, mientras que Bergas quedó en libertad con cargos, con la obligación de comparecer cada lunes ante el juzgado, retirada del pasaporte y la prohibición de salir del país y de acercarse a dependencias municipales de Palma y Calvià.
Se les imputan presuntos delitos de cohecho, extorsión, amenazas, coacciones, uso de información privilegiada, pertenencia a organización criminal, contra la hacienda pública, tráfico de influencias, homicidio, corrupción de menores, delito contra los trabajadores, falsedad documental, estafa procesal, aportación de documentos falsos en juicio, tenencia ilícita de armas y narcotráfico, entre otros.
La imputación por presunto homicidio responde a la investigación de la muerte en circunstancias sospechosas de un empleado del grupo empresarial que, supuestamente, podría haber aportado información incriminatoria sobre Cursach, han aclarado fuentes próximas al caso, que está bajo secreto de sumario.
Un testigo protegido que trabajó para Cursach llegó a afirmar que el empresario "siempre ha movido droga" y que tras un incidente de un trabajador con un paquete de cocaína, éste último apareció muerto por una sobredosis. Sus sospechas eran que "Cursach se lo cargó" y que el empresario siempre tuvo "matones a sueldo que pegaban palizas".
Se da la circunstancia de que Sbert, 'mano derecha' de Cursach, director de relaciones institucionales de la compañía. fue inspector de la Policía Local de Palma.
Según el juez, Cursach y los otros altos cargos están implicados en diversos delitos de corrupción cometidos en connivencia con policías locales de Palma que habrían beneficiado los negocios de ocio nocturno de Cursach en detrimento de sus competidores.
En el sumario se habla de los métodos de Cursach que le llevaron a hacerse con uno de los mejores locales de la isla, la discoteca Pachá, "a muy bajo precio", informa este martes la Cadena Ser, tras acosar a los anteriores dueños. Cursach, entre otras cosas, tenía mandos a sueldo que le avisaban de las inspecciones, hacían la vista gorda a los aforos o hacían desaparecer las denuncias e incluso trasladaban de zona a los carteristas y trileros de la zona.
Las prácticas de Cursach, 'La Paca' de la noche
En junio, un empresario que quería poner en marcha dos establecimientos de ocio nocturno en la calle Joan Miró de Palma puso de manifiesto en su declaración que uno de los propietarios de los locales que adquirió por traspaso le dijo que, para abrir sendas discotecas, debía hacerlo de la forma que "menos perjudicara" a Cursach, ya que "si lo hacía enfadar iba a tener grandes problemas".
Según la declaración que efectuó como testigo, el mismo propietario le espetó: "Para que lo entiendas, aquí pasa igual que en Son Banya con 'La Paca, Tolo Cursach es 'La Paca' de la noche".
Según explicó, para obtener la licencia de apertura fue acompañado por ambos propietarios al Ayuntamiento de Palma y allí se entrevistó con el que era jefe de la Patrulla Verde, Gabriel Torres, para quien el juez instructor decretó prisión.
El empresario tuvo que pagar 3.500 euros en metálico, pero una semana después llegaron los problemas y el local acabó clausurado por la Policía, que no le dio demasiadas explicaciones.
Cuando el declarante comenzó a interesarse por las razones del cierre, manifestó, las excusas que le expusieron "eran del tipo 'se cierra porque eres quien eres', que puede ser un problema a largo plazo". También le dijeron que debía buscar a alguien a quien traspasar el establecimiento, "siempre que no fuera competencia de Cursach, es decir, música latina, salsa y flamenco".
El empresario reconoció que el problema que estaba causando "es que hacía la competencia directa a las empresas del grupo Cursach por el público que atraía".
Uno de los implicados en esta trama es el expresidente del PP de Palma, José María Rodríguez. Y es que su nombre figura en numerosas ocasiones a lo largo del amplio sumario de la causa, en el que llega a ser considerado el "artífice en la sombra del organigrama corrupto" creado para beneficiar a determinados responsables políticos del PP así como a varios de los principales grupos de ocio nocturno de Mallorca, entre ellos el Grupo Cursach.
[Fuente: República de las ideas, Agencias, Madrid, 07mar17]
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