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13ago12
Miguel Blesa, en la cuerda floja del caso Bankia por su gestión hasta 2003
La investigación del caso Bankia abierta en la Audiencia Nacional retomará su andadura a la vuelta del verano con la declaración de los imputados, entre ellos el expresidente Rodrigo Rato y todos los miembros del Consejo de Administración. Sin embargo, hay un nombre que sobrevuela en el asunto y que el juez Fernando Andreu deberá decidir qué hacer con él. Se trata de Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid entre los años 1996 y 2010, y para muchos el verdadero responsable de la situación económica a la que ha llegado Bankia.
Por lo menos una de las acusaciones personadas en el caso -la asociación Manos Limpias- va a solicitar su imputación, junto a otros personajes que por ahora sólo constan como testigos como el exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Desde un sector del PP no se entiende que Rato haya llegado a ser imputado mientras que Blesa no haya pasado de la condición de testigo. Incluso se llega a pensar que Rato ha sido, en todo este asunto, el chivo expiatorio. Se dice que cuando el exministro de Economía con José María Aznar y expresidente del Fondo Monetario Internacional llegó a Caja Madrid, su función era arreglar la situación de la entidad, una situación ya crítica, y que lejos de conseguirlo lo remató.
En los siete años que Blesa estuvo al frente de la caja, desarrolló una política de concesión salvaje de créditos sobre todo relacionados con el mundo inmobiliario y de la construcción. Blesa, amigo personal de José María Aznar, apoyó la política del PP de creación de empleo a través de la construcción durante la primera legislatura de Aznar para garantizar el éxito en los siguientes comicios.
En la época Blesa, Caja Madrid se caracterizó por dar hipotecas indiscriminadamente a inmigrantes así como numerosos créditos al sector de la construcción. Cuando la burbuja inmobiliaria se desplomó, la gente empezó a dejar de pagar hipotecas y no devolver créditos. En ese momento, se disparó la tasa de morosidad y Caja Madrid tuvo que hacer frente al agujero creado. A todo ello, se suman los altos sueldos asignados a cargos y consejeros, quienes llegaron a cobrar 6.000 euros por cada Consejo de Administración que celebraban.
Tanto sindicatos como patronal y partidos políticos (PP, Izquierda Unida y PSOE) eran cómplices de la situación y consintieron todos los movimientos acordados por la cúpula directiva de la entidad. Uno de los miembros del Consejo era el presidente de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, a quien se aprobó un crédito de 26,6 millones de euros poniendo como garantía viajes Marsans, a sabiendas que era una empresa en quiebra y que además había previamente pignorado a Banco Banesto, un claro ejemplo del abuso y la política temeraria llevada a cabo. Según la denuncia admitida a trámite, la concesión del crédito a Díaz Ferrán -imputado en la Audiencia Nacional por la estafa de Marsans- poniendo como garantía un holding inmobiliario empresarial, valorado en seis millones de euros, a sabiendas de la quiebra de las mismas podría ser constitutivo de delito.
Por estos hechos, la asociación Manos Limpias ha denunciado a Blesa en los juzgados madrileños por presuntos delitos societarios y falsedad en documento mercantil, quienes se han inhibido en favor de la Audiencia Nacional que lleva el peso de la investigación sobre, entre otras cosas, la salida a Bolsa de Bankia. A la vuelta del verano, el juez Andreu estudiará sin los indicios contra Blesa son suficientes para investigarle por su participación en la fraudulenta gestión de Caja Madrid, primero, y Bankia, después.
[Fuente: Por C. Guindal, El Confidencial, Madrid, 13ago12]
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