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30may20
Juan Luis Steegmann, el 'crack' médico de Vox, la pesad-Illa del ministro
Los diputados de Vox tienen una capacidad casi innata para sacar de sus casillas a los ministros del Gobierno. Si Carla Toscano y Magdalena Álvarez consiguen exasperar a Irene Montero, Juan Luis Steegmann (64) pone de los nervios a Salvador Illa. Steegmann es médico y sus intervenciones como portavoz de su partido en la Comisión de Sanidad del Congreso suelen desencajar al ministro. Illa es filósofo de formación y ha tenido que hacer un cursillo acelerado de medicina para lidiar con la crisis del coronavirus. Quién le iba a decir que cuando aceptó la cartera -la maría que rechazó Unidas Podemos- iba a tener que gestionar semejante pandemia.
Tampoco le está resultando fácil hablar de tú a tú con Steegmann Olmedillas (al doctor le gusta incluir el apellido de su madre en la firma), prestigioso hematólogo y uno de los mayores expertos de España en leucemia mieloide. El doc de Vox Suele ser implacable en sus intervenciones, jalonadas por citas y referencias a Séneca y a Gracián, con muestras de un aplomo y seguridad que desarman al contrario. "Usted, que es licenciado en Filosofía, sabe que son de Séneca estas líneas: 'Aquel que se beneficia de algún mal, ese es el que lo ha cometido", le espetó a Illa en una de sus intervenciones, pertrechado con su mascarilla quirúrgica (Macarena Olona aun no había repartido las suyas entre sus compañeros) y sus guantes de látex. A Steegmann se le veía en su salsa, solo le faltaba la bata blanca para sentirse como en la consulta del Hospital de La Princesa de Madrid, donde ejercía como médico adjunto de Hematología y Hemoterapia hasta hace muy poco.
El doc de Vox es la pesadilla de Illa, nunca mejor dicho. Con tono socarrón le ha llegado a sugerir que pida perdón "de rodillas", le ha sacado los colores -"No se lo tome a mal, pero su experiencia en este campo (el de la Sanidad) es escasa"- y se ha referido a él como "ministro falacias".
Fernando Simón es otra de sus dianas. Al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio se ha referido como "ese especialista en medicina preventiva que no previene nada y que por su inacción nos ha llevado donde estamos". Ha pedido su cabeza en más de una ocasión, aunque Illa no se lo ha dado.
Aunque no es experto en virología, a finales de enero ya preguntó al Gobierno por las medidas que iba a tomar ante el avance del Covid-19. "Si hubieran hecho caso a este diputado, España no estaría en esta situación y hubiese salvado yo más vidas que en 200 años de ejercicio profesional", aseguró tres meses después.
Fue Santiago Abascal quien le convenció para que colgara la bata y diera el salto a la política. Ambos se conocieron en una cafetería cercana al hospital donde trabajaba Steegmann y se hicieron amigos. Aunque el diputado ha rechazado hablar con LOC, en una entrevista concedida a Libertad Digital el pasado mes de febrero admitió que con el salto a la política había salido de su "zona de confort".
"Un crac"
Como médico varias fuentes con las que ha contactado La Otra Crónica coinciden en señalar que es "un crac". "Ha dedicado toda su vida a La Princesa y a la hematología, es una eminencia en leucemia. Además es muy buen compañero, nada autoritario. Todo el mundo le adoraba", cuenta una persona que le frecuentó en el hospital madrileño.
Otra de las personas de su círculo profesional destaca su meticulosidad como médico. "Es muy exhaustivo, un profesional con un gran afán de investigación. Le gusta ir siempre más allá y profundizar en las enfermedades", destaca.
Steegmann sigue vinculado a su profesión como coordinador del Grupo Español de Leucemia Mieloide Crónica de la Sociedad Española de Hematología, donde está considerado como un referente. Sigue acudiendo a las reuniones, donde ocupa un puesto muy relevante. "Nos sorprendió su salto a la política, no sabíamos que tuviera esas inquietudes", señala una fuente de la institución, que destaca el carácter cercano del doctor a pesar de que "a primera vista impone por su altura y el aplomo que exhibe".
Hijo de un cerrajero y de una modista, a Steegman mostró desde muy joven sus inquietudes políticas. Aunque ha acabado en Vox, en su juventud fue marxista y simpatizante del Partido Comunista, formación en la que no llegó a militar para no perder la beca con la que estudió la carrera en la Universidad Complutense de Madrid, como contó en la entrevista de Libertad Digital. Un viaje a la antigua URSS le hizo descubrir las desigualdades del régimen y acabó renegando del comunismo. Del PCE pasó al PSOE, donde militó hasta 2004, cuando se dio de baja tras los atentados del 11-M.
Su mujer, Carmen, es una médica donostiarra que trabaja como intensivista en el Summa. Ni ella ni su hija, que trabaja como abogada en Palma de Mallorca, podían imaginar que acabaría convertido en una figura al alza de Vox.
[Fuente: Por Edurne Urrueta, El Mundo, Madrid, 30may20]
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