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30dic15
El experto web de Púnica sostiene que el CNI le pagó por difundir información
El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) se ha visto salpicado, indirectamente, por otro caso de corrupción. El experto en reputación 'online' imputado en el caso Púnica, Alejandro de Pedro Llorca, declaró a la Guardia Civil que parte del dinero en efectivo que apareció en su vivienda durante la primera fase de la operación procedía de trabajos que había realizado para los servicios de inteligencia. Según fuentes próximas a la investigación, el empresario aportó ese dato en el mismo momento en que fue detenido, el 27 de octubre de 2014, por sus vínculos con la trama corrupta que lideraban el exconsejero madrileño de Presidencia Francisco Granados y el constructor David Marjaliza, pero ha reiterado esa versión en comunicaciones posteriores.
Durante el registro de la casa de De Pedro, los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil encargados de las pesquisas localizaron un total de 82.500 euros. El empresario tenía el dinero repartido en tres sobres guardados en dos chaquetas. Las diligencias del sumario recogen que el experto informático manifestó en sede policial que esos fondos eran "los ahorros suyos y de su mujer", aunque admitió que 2.500 euros procedían de los 10.000 euros que le había entregado días antes un directivo de la multinacional Indra en compensación por los servicios de imagen y reputación 'online' que había realizado para la Presidencia de la Comunidad de Madrid, una vinculación que ya ha quedado acreditada.
Sin embargo, el empresario también añadió en esas primeras horas del caso Púnica que una parte del dinero hallado en su domicilio procedía de los pagos que le había realizado el CNI por varias colaboraciones profesionales, una información que no había trascendido hasta ahora. En concreto, según fuentes cercanas a la investigación consultadas por este diario, alegó que al menos 20.000 euros del dinero de su casa le habían sido abonados por los servicios de inteligencia y, por tanto, no había motivos para sospechar de al menos esa parte de los fondos.
Un año de colaboración
La UCO y el instructor de la causa, el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, serán los encargados de determinar la veracidad de esa coartada. Pero como reveló El Confidencial este martes, los agentes del Instituto Armado ya disponen de pruebas que demostrarían que De Pedro colaboró efectivamente con el CNI durante casi un año, entre 2013 y 2014. El organismo de seguridad lo contactó por sus conocimientos de imagen y reputación en internet y redes sociales para tratar de contrarrestar los ataques que se vertían contra España en entornos virtuales hostiles.
Su cometido consistió exactamente en acceder a foros y páginas web radicales, ganarse la confianza de sus usuarios y, finalmente, distribuir noticias y artículos positivos sobre la actualidad nacional que desarmaran las críticas que generaban esas plataformas. Según ha podido saber El Confidencial, el ahora acusado en Púnica habría efectuado esa labor en foros frecuentados por independentistas.
La explicación sobre el origen de esos 20.000 euros no aclararía, aun en el caso de confirmarse, de dónde sacó De Pedro todo el dinero encontrado en su casa, pero podría obligar a extender el foco de la investigación. El juez Velasco acusa a este empresario de haberse beneficiado principalmente de adjudicaciones concedidas por administraciones controladas por el Partido Popular, desde ayuntamientos a diputaciones, pasando por empresas públicas y comunidades autónomas. Sin embargo, ya ha quedado acreditado que el PSOE le pagó 52.000 euros por trabajos realizados para José Luis Rodríguez Zapatero cuando aún era inquilino de La Moncloa. El vínculo laboral con el CNI desvelado ahora extiende sustancialmente el espectro de relaciones que se le atribuía al empresario.
Precedentes en la legislatura
No es la primera vez que el CNI se ve salpicado por un caso de corrupción en la legislatura que acaba de concluir. Los servicios de inteligencia se vieron envueltos contra su voluntad en octubre de 2014 en la investigación sobre los negocios del pequeño Nicolás, después de que este declarara en sede policial que había estado en el interior de sus instalaciones y posteriormente sostuviera en público que había estado colaborando activamente con ese organismo, algo que el CNI siempre ha negado y que el pequeño Nicolás ha sido incapaz de probar.
Dos años antes, en mayo de 2012, la Policía Nacional desarticuló la trama corrupta más importante dedicada a la venta de datos confidenciales de España en la operación Pitiusa. Los agentes descubrieron que uno de los principales implicados en la red, el ingeniero argentino Matías Bevilacqua, trabajaba regularmente para el CNI. En 2014, los nombres de Bevilacqua y el CNI volvieron a aparecer en otra investigación judicial, el caso Nóos, tras conocerse que Iñaki Urdangarin había recurrido al ingeniero para recuperar correos de un soporte informático. Como ha alegado ahora De Pedro en el caso Púnica, Bevilacqua también aseguró en su día que gran parte del dinero en efectivo localizado en su vivienda procedía de los pagos con fondos reservados que recibía de los servicios de inteligencia.
[Fuente: Por José María Olmo, El Confidencial, Madrid, 30dic15]
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