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09mar10


Condenan a pena de prisión al dueño de una librería de ideología nacionalsocialista y dirigente del Círculo Español de Amigos de Europa (Cedade)


"El nacionalismo radical debe ser nuestro guía. Por eso, para nosotros es motivo de orgullo el amor a la estirpe, es digno de alabanza el heroísmo de quien muere en defensa de nuestra estirpe y no creemos incumplir nuestro deber de verdaderos cristianos al defender nuestra nación con el mayor ardor". Éste es, textualmente, un párrafo de la página 38 del libro El hombre nuevo, de Ion I. Motza, una perla que debe hacer reflexionar a quien corresponda. De momento, quien lo ha hecho es Estela María Pérez Franco, titular del juzgado penal número 11 de Barcelona.

El texto figura en la sentencia que dictó el pasado viernes día 5 de marzo, en la que condenaba a Pedro Varela, ex presidente del Círculo Español de Amigos de Europa (Cedade) y propietario de la librería Europa de Barcelona, a dos años y nueve meses de prisión por "un delito de difusión de ideas genocidas y de un delito cometido con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas garantizadas por la Constitución".

Además, le impone una multa de ocho meses, a razón de 12 euros diarios o la responsabilidad personal subsidiaria, "en caso de impago de la multa, de un día de privación de libertad por cada dos cuotas no satisfechas, así como al pago de las costas procesales, incluyendo las de la acusación particular". Es decir, que si no paga, lo que le puede caer de cárcel son 120 días más, es decir, cuatro meses añadidos. Las perlas racistas denigratorias contenidas en la mayoría de las obras que tenía Varela ponen, en ocasiones, los pelos de punta.

El 10 de marzo del 2006, los Mossos d'Esquadra entraron en tromba en la librería Europa de Barcelona. Se incautaron 4.793 libros con contenido denigrante para los judíos, minorías étnicas, mujeres, homosexuales o personas con algún tipo de discapacidad. Llevaban tiempo detrás de las actividades de Pedro Varela, propietario de la librería y uno de los mayores ideólogos de la extrema derecha española. Agentes camuflados estuvieron en las conferencias periódicas que Varela realizaba en una sala de su tienda barcelonesa, donde se dictaban consignas nacionalsocialistas. Al final, fue detenido, interrogado, juzgado y, ahora, sentenciado.

Varela arguyó que no conocía el contenido de todos los libros que tenía en sus estanterías. Pero en su interrogatorio dio una lección a la jueza. Por algo es licenciado en Historia y en Filología Germánica. Además, muchos de los libros que tenía, habían sido prologados por él mismo. Dijo que también tenía otros libros, como el Diario de Ana Frank, que no son sospechosos de nazis o de racistas. "Pero si nos fijamos en la temática de los libros objeto de la acusación, son unidireccionales en cuanto a su contenido, con una absoluta falta de pluralidad. Son libros en los que se hace responsable de los males del mundo al pueblo judío, donde se dice que las personas de raza negra son inferiores, que la mejor forma de respetar las razas es la segregación, que el mestizaje traerá la desaparición de la civilización, tal y como ocurrió en Roma o en Grecia, que la homosexualidad es una forma de depravación sexual, que no se debe traer al mundo descendencia con algún tipo de discapacidad...".

Dijo el dueño de la librería Europa que sus libros se encuentran también en las principales librerías. Es cierto. La titular del juzgado detalla que el hecho de que "en El Corte Inglés o en la Casa del Libro, tal y como se acredita documentalmente en las actuaciones, se pueden comprar libros como Mi Lucha [el diario de Hitler] o Los Protocolos de Sión no es en ningún caso equiparable con la librería Europa, puesto que en estos establecimientos, junto a estos libros, pueden ser encontrados libros de temática del siglo XX de distintas formas de pensamiento y no abrumadoramente, con muy pequeñas excepciones, dirigidos a un adoctrinamiento de los lectores. En El Corte Inglés o en la Casa del Libro, el pluralismo ideológico está garantizado, no como ocurre en la librería regentada por el señor Varela".

Añade la jueza que "cada persona tiene derecho a pensar lo que quiera. Pero no cabe adoctrinar en el racismo, en la discriminación de minorías, en el antisemitismo o en la difusión del odio a los diferentes a través de una actividad profesional como realiza el acusado".

Treinta y seis ejemplares de 'Mi Lucha'

Lo cierto es que, entre los 4.793 libros incautados, hay auténticas perlas del nazismo. Entre ellos, había 36 ejemplares de Mi Lucha, de Adolf Hitler. "No debe olvidarse que la finalidad suprema de la razón de ser de los hombres no reside en el mantenimiento de un Estado o de un gobierno: su misión es conservar su Raza. Y si esta misma se hallase en peligro de ser oprimida o hasta eliminada, la cuestión de la legalidad pasa a un plano secundario", dice Hitler. Y en otro párrafo sostiene que "todas las grandes culturas del pasado cayeron en la decadencia debido únicamente a que la raza de la cual habían surgido envenenó su sangre". Y, más adelante, señala: "Es deber del Estado racista reparar los daños ocasionados en este orden. Tiene que comenzar por hacer de la cuestión de la raza el punto central de la vida en general; tiene que velar por la conservación de su pureza y tiene también que consagrar al niño como el bien más preciado de su pueblo. Está obligado a cuidar de que sólo los individuos sanos tengan descendencia".

Varela tenía también un enorme póster de León Degrelle en una sala. León fue uno de los más importantes nazis españoles durante décadas. En sus estanterías, tenía también nueve ejemplares de la obra Autorretrato de León Degrelle, un fascista, de Jean M. Charlier. "¿Quién, con una pizca de sentido común, puede fiarse todavía de la cifra de seis millones de 'gaseados'?", dice en referencia a los prisioneros de los campos de concentración. Hitler y sus filósofos es otra de las obras que se encontraban en la librería. Un total de 233 ejemplares que pasaron a ser prueba de cargo contra Varela. "Es curioso y grotesco observar hoy en día en España que los más grandes vocingleros de autonomías, defensa de la cultura autónoma como un bien inapreciable, etcétera, no tienen el más mínimo sentido higiénico a la hora de aceptar moros o negros. Al mismo tiempo, sienten una gran admiración por el judío", dice en su página 26.

El propio Varela vendía su libro Ética revolucionaria, donde pontifica: "No desprecies a las demás razas. El mejor aprecio que les puedes hacer es mantenerte separado". O una frase lapidaria: "El mestizo es consecuencia de forzar la naturaleza a una mezcla entre seres naturalmente diferentes, que ya lo son culturalmente". O incluso más drástica: "Protege tu descendencia. Más vale que renuncies a ella antes que engendrar seres tarados. Hacer sufrir a inocentes, perpetuando en ellos tu desgracia por mero placer personal no es noble u supone una tremenda responsabilidad".

Varela es también el prologuista de obras como Hitler, discursos de los años 1933-1935. Obras completas. Tomo I. Había 40 ejemplares en la librería. Pero de Los Protocolos de Sión había 121 ejemplares. Este libro recomienda "el empleo de la alevosía, el fraude y el soborno. Son éstos conocidos métodos judíos en la vida comercial y en la política: el caso más grandioso es el fraude perpetrado por la judeo-francmasonería con Alemania después de la aceptación de los 14 puntos de Wilson".

"La libertad de prensa es perniciosa"

Nobilitas, de Alexander Jacob, es otro de los títulos intervenidos. 334 ejemplares con perlas como la siguiente: "Los judíos no eran y nunca podrían ser alemanes, ya que son absolutamente incapaces de una genuina humanidad, justicia o veracidad. Por consiguiente, deberían denegárseles todos los derechos civiles y políticos". O esta otra: "La libertad de prensa es más perniciosa que ventajosa para la adecuada gestión de una nación y las mujeres no deberían ser consideradas ciudadanas iguales a los hombres". Y más: "La democracia, con su noción del sufragio universal, es absurda, toda vez que es un principio absolutamente correcto excluir a la parte irresponsable de la sociedad del ejercicio de un derecho que implica una capacidad para un raciocinio independiente".

En sus estanterías fueron decomisados también multitud de ejemplares de Fundamentos de biopolítica: olvido y exageración del factor racial, de Jacques de Mahieu; Raza, inteligencia y educación, de Hans J. Eynseck ("La raza hace acto de presencia sólo a causa del hecho indiscutido de que los niños negros logran unos quince puntos menos que los niños blancos en las pruebas de inteligencia"); Guardia de Hierro. El fascismo rumano, de Corneliu Zelea Codreanu (405 ejemplares decomisados); Manual del jefe de la Guardia de Hierro, del mismo escritor; Ecumenismo a tres bandas: judíos cristianos y musulmanes, de Ángel García (dice esta obra: "Hay que entrar por lo alto diciendo que los decretos de limpieza de sangre no fueron ni son una discriminación, como pretenden los doctrinarios de Sión, sino una legítima defensa de imperiosa necesidad"); La lluvia verde de Yasuf, de Israel Adán Shamir, ex ciudadano soviético, nieto de rabino e incluso ex diputado socialista; El pensamiento wagneriano, de Houston Stewart Chamberlain (que sostiene que "la degeneración de la raza blanca se deduce del motivo que, incomparablemente inferior en número a las razas evolucionadas, se vio obligada a mezclarse con ellas, perdiendo pureza ella misma, que las demás ganan, al ennoblecer, a sus expensas, su sangre"); o La historia de los vencidos (El suicidio de Occidente), de Joaquín Bochaca.

Pero la librería Europa era mucho más. Allí fueron decomisados también un busto de Hitler, una esvástica de hierro, cascos militares o carteles de temática nacionalsocialista. Y eso, además de una serie de conferencias datadas en el tiempo -y que sería prolijo detallar en este espacio- y todas con la misma temática y concepción de la sociedad y del mundo. No se trataba de una simple librería. Como sostiene la jueza, todos los elementos concluyen en que se practicaba el adoctrinamiento en ideas racistas. "Un hecho aislado no sería constitutivo de delito", dice en la sentencia, pero "es la suma y concurrencia de todos los puntos señalados anteriormente lo que hace delictiva la conducta del acusado".

[Fuente: Por Antonio Fernández, Barcelona, El Confidencial, Madrid, 09mar10]

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