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30ene20
Sánchez cede a la presión de ERC y da marcha atrás: la mesa de diálogo se reunirá antes de la elecciones
Jornada de comunicados y rectificaciones, con cruce de reproches, presiones y rectificaciones, que ha desembocada en una 'flagrante' marcha atrás del Gobierno. Tras haber anunciado por la mañana que posponía la mesa de diálogo pactada con ERC hasta después de las elecciones catalanas que Quim Torra quiere convocar tras aprobar sus presupuestos, Moncloa ha emitido un nuevo escrito por la tarde en el que asegura que la mesa se reunirá antes de que los catalanes acudan a las urnas y haya un nuevo Govern. Entre los dos comunicados, ha mediado la presión del presidente del grupo republicano en el Parlament, Sergi Sabriá, quien ha acusado a los socialistas de "incumplimiento flagrante". La mesa de negociación para resolver el 'conflicto político catalán' fue la condición 'sine qua non' de Esquerra para facilitar la investidura de Pedro Sánchez.
El Ejecutivo considera que el anuncio de adelanto electoral hecho este miércoles por Torra -vinculado a que se aprueben primero los Presupuestos de la comunidad- "no impide la necesaria relación entre administraciones para resolver los problemas urgentes de la sociedad catalana", como son por ejemplo las consecuencias de la borrasca Gloria, y justifica por este motivo el mantenimiento del encuentro anunciado con Torra. Lo que va a posponer Sánchez, según se señala en el texto, es el inicio del "proceso de diálogo con las instituciones catalanas para resolver el conflicto político". "El Gobierno espera poder iniciar dicho diálogo en cuanto haya hablado el pueblo catalán y se constituya el nuevo Parlament, así como el nuevo Govern", señala Moncloa, que desliza: "cuanto antes se celebren las elecciones y haya nuevo Govern, antes iniciaremos el diálogo".
Las prisas del Gobierno para que Cataluña vaya a las urnas se deben, entre otras cosas, a la necesidad de que la campaña electoral, en la que ERC tendrá que disputar a JxCat la hegemonía en el mundo independentista, interfiera lo menos posible en la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado. Sánchez dijo que quería que estuvieran listos antes de que termine el verano y para eso necesita el apoyo en el Congreso de los trece diputados republicanos.
Sería lógico pensar que el aplazamiento de la mesa de negociación a la que Esquerra dio tanta importancia antes de apoyar la investidura del líder socialista ha sido anunciado al partido independentista antes de que se hiciera público pero lo cierto es que hay un alto dirigente de esa formación que no ha reaccionado precisamente bien a la noticia. Se trata del portavoz republicano en el Parlament, Sergi Sabriá, que ha escrito en Twitter: "Aplazar la mesa de negociación es un incumplimiento flagrante del acuerdo y una irresponsabilidad absoluta. No tenemos tiempo que perder. Quedan muchos meses para las elecciones. Es urgente abrir la vía política. En la reunión entre presidentes hay que poner fecha inminente a la mesa entre gobiernos".
Más prudente se ha mostrado el también republicano Pere Aragonés. El vicepresidente del Govern ha asegurado que "la vía del diálogo" con el Gobierno "se ha abierto" y ha presentado a su partido como "la garantía de que no se cerrará". "Aferrados a la mesa del diálogo como hemos estado siempre", ha asegurado que están en su partido. "Acordamos una mesa de negociación para resolver el conflicto y se debe hablar de todo lo que las diferentes partes en conflicto crean que son soluciones, algo establecido en el acuerdo", ha apuntado Aragonès, sin entrar a comentar los plazos. Antes de que la retirada del acta de diputado a Torra, el pasado lunes, desencadenara la ruptura definitiva entre JxCat y ERC, las dos formaciones soberanistas que forman parte del Govern ya habían protagonizado un encontronazo a cuenta de la mesa de diálogo que los republicanos habían exigido al PSOE para facilitar que su líder fuera presidente. Torra criticó el acuerdo y fue entonces cuando exigió verse con Sánchez como condición previa a la puesta en marcha de la mesa.
El comunicado de Moncloa ha sido la respuesta del presidente a las dudas que habían surgido entre los miembros de su núcleo duro sobre la conveniencia de mantener la cita del 6 de febrero después de la ruptura de Torra con ERC, de su anuncio de que convocará elecciones seguramente para antes del verano y de sus declaraciones en Catalunya Ràdio de este mismo jueves, en las que ha dejado claro que su intención es utilizar el 6-F para hacer campaña y tratar de poner contra las cuerdas a los republicanos.
En la que ha sido su primera entrevista tras declarar finalizada la legislatura, el presidente de la Generalitat ha dicho que el 6-F quiere hablar de derecho a la autodeterminación y la amnistía y ha condicionado la mesa de diálogo que los republicanos pactaron con los socialistas para "resolver el conflicto político catalán" a lo que suceda en su reunión con Sánchez. Las conclusiones las trasladará después al resto de los partidos independentistas.
Las palabras de Torra han molestado en Moncloa hasta el punto de suscitar un debate sobre si cancelar el encuentro o no. Una pista de que había dudas al respecto la ha dado la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, quien ha introducido un matiz significativo al hacer declaraciones a los periodistas. Ha asegurado que el encuentro, "de producirse" se hará para hablar de los problemas de Cataluña en el marco de la "seguridad jurídica" del Estado español y no para afrontar esta conversación desde algunos planteamientos que ha visto reflejados en los medios de comunicación este mismo jueves por parte del independentismo, en alusión a la entrevista a Torra.
Con posterioridad a la palabras de Calvo, que ha hablado antes de descubrir un monolito en memoria de las víctimas españolas del nazismo en compañía del ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, fuentes del Palacio de la Moncloa han reconocido que todo estaba abierto y que la reunión no era segura. Finalmente se ha optado por esa solución intermedia: sí a las reuniones de los presidentes y no a una mesa de gobiernos en la que una de las partes está ya de salida. Y Torra, que arrancó su campaña el miércoles con la declaración que hizo desde la galería gótica del Palau, ha vuelto a la carga emitiendo su propio comunicado. En él, asegura que no cree que la autodeterminación y la amnistía se excluyen de su conversación con el jefe del Ejecutivo: "Estamos convencidos de que el presidente Sánchez no cerrará ninguna puerta al diálogo en este encuentro ni excluirá ningún contenido".
Lo que ha hecho también Moncloa es diluir el cara a cara Sánchez-Torra ampliando la agenda del presidente. Si en un primer momento el desplazamiento de Sánchez a Barcelona se presentó exclusivamente con el objetivo de reunirse con Torra, este jueves Moncloa ha ampliado la agenda del presidente, que se quedará en la Ciudad Condal hasta el día 7. Y es que Sánchez tiene intención también de encontrarse con la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau; y con la presidenta de la Diputación de Barcelona, Nuria Marín. También aprovechará para ver a representantes de la entidad Barcelona Global, que engloba a 221 empresas, centros de investigación, emprendedores, escuelas de negocio, universidades e instituciones culturales, y a más de 780 profesionales que promueven el talento y la actividad económica en Barcelona.
[Fuente: Por Pilar Gassent, República de las ideas, Barcelona, 30ene20]
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