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07feb19
Josep Sánchez-Llibre, el candidato del Gobierno para ejercer de “relator” con Cataluña
La figura del “relator” para coordinar el diálogo entre partidos en el ámbito de Cataluña ha provocado una guerra civil entre barones del PSOE. Pese a ello, el Gobierno defiende su estrategia y se ha volcado en encontrar una persona “catalana” que conozca bien la realidad de la crisis. Pedro Sánchez ya tiene a su candidato y la Generalitat no lo ve mal. La dificultad esta en convencerle.
El presidente ha aceptado esta figura, que ha demandado tradicionalmente el independentismo, en un momento en el que se encuentra en peligro la aprobación de los Presupuestos.
Una decisión con la que ha trasladado la idea, en determinados ambientes políticos, de que está cediendo a las pretensiones soberanistas para salvar la legislatura.
Ante la confusión y el aluvión de críticas internas, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, se ha visto obligada a comparecer este miércoles en La Moncloa para defender la estrategia del Gobierno, que “ha hecho la gestión que le tocaba hacer” y que “solo cede a dialogar”.
Calvo ha acusado a “algunos de mis compañeros” de reaccionar a una “información inexacta” que solo demuestra su “desconocimiento y desinformación”.
No romper los canales de comunicación
Por el momento, según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de la estrategia, Pedro Sánchez no ha cerrado del todo la puerta a que, en el último momento, los partidos independentistas, es decir Esquerra y PDeCAT, apoyen los Presupuestos.
Aseguran que no está dispuesto, bajo ningún concepto, a romper los canales de comunicación con la Generalitat.
Primero porque, aunque en su equipo de confianza se admite el fracaso de la política de apaciguamiento, ve margen para seguir apostando por el diálogo. Y, segundo, porque necesita los votos del PDeCAT y ERC para aprobar las cuentas del Estado.
El candidato de Sánchez para “relator”
En cuanto a la figura del “relator”, la vicepresidenta Calvo ha adelantado su preferencia por que sea una persona “catalana” que conozca bien esa realidad y el pasado de esta crisis, aunque serán los partidos catalanes quienes decidan el nombre.
La elección de este “relator” se considera “una cuestión meramente práctica para el allanamiento de la situación y las negociaciones”.
Pero Sánchez considera que puede surgir en Cataluña una “tercera vía” que haga posible la reconciliación de la Generalitat con el Gobierno. Y confía en que parta del empresariado catalán, y más en concreto del impulso del ex dirigente de Unió y actual presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez-Llibre.
Coincidió con él en los últimos premios Ferrer Salat, que entregó la patronal catalana en la víspera del Consejo de Ministros celebrado en Barcelona el pasado 21 de diciembre.
Una especie de “delegado” del Gobierno
Según las fuentes consultadas, la pretensión de Sánchez es que Sánchez-Llibre actúe como “relator” con la Generalitat, en un momento de máxima tensión entre ambos ejecutivos.
Convertirle en una especie de “delegado” del Gobierno (no político) para Cataluña, con buenas relaciones en ámbitos del PDeCAT e incluso de Esquerra. ECD ha podido confirmar que la propuesta ha sido bien recibida por la Generalitat, que es consciente de que La Moncloa no va a aceptar, en ningún caso, un “mediador internacional”.
Asi, el presidente de Foment del Treball, recién llegado al cargo tras la salida de Joaquim Gay de Montellá, fue determinante para facilitar el encuentro entre Pedro Sánchez y Quim Torra, el pasado 20 de diciembre, durante la cena de los premios de la patronal catalana. Y se movilizó también entonces por el encargo discreto de Moncloa. En cambio, el reto del Gobierno es convencerle ahora para esta mision de alto riesgo.
La mediación del empresariado catalán
Esa tarea de mediación la realizaron en el pasado, durante la etapa de Mariano Rajoy, otros destacados líderes empresariales como Isidro Fainé y Luis Conde.
El empresariado catalán se ha mostrado dispuesto a propiciar el entendimiento entre los dos gobiernos. Algo que ya intentó en 2016, cuando reunió en los premios Ferrer Salat, a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y al entonces president, Carles Puigdemont. En 2017, con la Generalitat intervenida por el 155, solo acudió a ese acto Mariano Rajoy.
[Fuente: El Confidencial Digital, Madrid, 07feb19]
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