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16oct18
España retira el estatus diplomático al delegado del Gobierno de Flandes
El conflicto es ya un hecho en la relación entre España y Bélgica. La causa: las continuas declaraciones "inaceptables", en opinión de Exteriores, del presidente del Parlamento de Flandes, Jan Peumans, sobre la calidad de la democracia española y su defensa de los políticos presos acusados de rebelión.
La tensión diplomática ha ido creciendo en las últimas semanas hasta llegar este martes a su máximo exponente con la llamada a capítulo por parte del propio ministro Josep Borrell al embajador belga en Madrid, Marc Calcoen, para expresarle el profundo malestar del Gobierno español por las inamistosas manifestaciones de Peumans. En esta ocasión, la tecera en menos de un mes, la convocatoria no se redujo a una simple protesta: Exteriores anunció la retirada del estatus diplomático al delegado del Gobierno de Flandes en España, André Hebbelink.
Madrid da así un paso desconocido hasta ahora en su relación con un socio de la propia Unión Europea. Y ello pese a que el Gobierno belga, a través de su representante en España, ha restado trascendencia a las declaraciones del presidente del Parlamento flamenco insistiendo en dos ocasiones en que la política exterior belga la marca y decide el Gobierno federal y no el presidente del Parlamento de Flandes.
Estas justificaciones, sin embargo, no han bastado para reducir el malestar, habida cuenta de la insistencia de Peumans en denigrar a las instituciones españolas. El presidente del Parlamento flamenco, perteneciente al partido conservador y nacionalista Nueva Alianza Flamenca, mantiene que España no cumple con los requisitos democráticos mínimos exigibles a un país miembro de la UE, considera "inadmisible" el encarcelamiento de los políticos secesionistas acusados de rebelión y tacha de "acto de violencia" la decisión de mantenerlos en prisión provisional a la espera de juicio.
El político flamenco ha insistido en sus consideraciones críticas contra España en varias ocasiones. La última, la semana pasada en el acto de presentación de una exposición sobre el proceso secesionista catalán en la sede del Parlamento de Flandes bajo el título La Revolución de las Urnas. Este ha sido el detonante de la tercera llamada al embajador belga, en esta ocasión convocado por el propio ministro Josep Borrell.
La primera queja de Exteriores se produjo el pasado 26 de septiembre a raíz de la carta remitida por Pemuans a la ex presidenta del Parlament, Carme Forcadell. En esa misiva el político flamenco ya afirmaba que España no da la talla democrática necesaria para formar parte de la Unión. La protesta española ante el embajador Calcoen corrió en esa ocasión a cargo de la directora general para Europa, Aurora Mejía. La segunda, se produjo apenas unos días más tarde y correspondió al secretario de Estado para la Unión Europea, Marco Aguiriano.
[Fuente: Por Marisa Cruz, El Mundo, Madrid, 16oct18]
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