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04jul18
La presencia de los presos golpistas en Cataluña relanza la rebelión y su propaganda internacional
Las instrucciones que ha dado el ministro de Exteriores Josep Borrell a los embajadores de España para que actúen con firmeza, como lo hizo Pedro Morenés en Washington, ante las mentiras e insultos a España por parte del soberanismo catalán, no servirán para nada porque el traslado y la presencia de los presos golpistas ayer en Cataluña, ordenado por Pedro Sánchez, va a convertir esas prisiones en el centro de la política catalana, en motor para la reactivación del proceso golpista y en centro continuó de propaganda tanto nacional como internacional.
Ahora conocerá Sánchez el alcance del enorme error que ha cometido en aras de la ‘normalidad’ y el ‘diálogo’ que Sánchez y Torrá abrirán en pocos días en Moncloa, para hablar de los famosos presos y de la nueva consulta y referéndum catalán.
Y todo ello mientras se organizan de manera continua y permanente en torno a dichas cárceles, convertidas en santuarios del independentismo, toda clase de romerías, peregrinaciones, manifestaciones, acampadas y sentadas como las del 15-M o la plaza del Maidam, lo que dará pie a una imparable campaña mediática nacional e internacional.
Y lo que abrirá en esas prisiones un rosario de visitas de familiares, amigos, políticos y periodista convirtiendo el que era su régimen carcelario en una especia de residencia sin libertad.
Ayer mismo, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, que es abogado de profesión, se desplazó hacia el centro de Lledoners, donde accedió para visitar a los políticos presos y para participar posteriormente en la marcha de apoyo convocada por las entidades independentistas Òmnium Cultural y Assemblea Nacional Catalana (ANC). Paralelamente, el presidente del Parlament se entrevistó en la cárcel de Puig de les Basses con Forcadell y Bassa, junto a las conselleras de Presidencia, Elsa Artadi, Cultura, Laura Borràs, y Trabajo, Chakir El Homrani.
Torra y Torrent se sumaron también a las concentraciones de apoyo para los políticos presos que se convocaron a las puertas de ambas cárceles, con la presencia de varios consellers del Govern y dirigentes políticos. Estas marchas han sido convocadas por la ANC, Òmnium Cultural y la Associació Catalana pels Drets Civils (ACpDC) –que aglutina a los familiares de los encarcelados–, llegaron a las dos cárceles con pancartas en las que ponía ‘Lluitarem fins que sigueu lliures’ (‘Lucharemos hasta que seáis libres’).
Horas antes, Torra y Torrent efectuaron una comparecencia conjunta en la que advertían de que el acercamiento de los reclusos no es ningún “gesto” del Gobierno y avisaron que “no pone fin a la injusticia” que están sufriendo, por lo que reclamaron su puesta en libertad. “Este traslado no es ningún gesto político y en ningún caso forma parte de una negociación”, ha remarcado Torra, quien ha garantizado que no dejará de trabajar “ni un minuto” para lograr “la plena libertad de los presos y las presas políticas” y la “anulación de su causa” judicial.
Los seis primeros trasladados
ras una parada técnica en la cárcel de Brians-2, el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras, el exconseller de Exteriores Raül Romeva, el diputado de JxCAT y exlíder de la ANC Jordi Sànchez y el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, ingresaron a las 13.27 horas del miércoles en la cárcel de Lladoners, en Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona), una de las más modernas de Cataluña. Una vez superado el trámite de la revisión médica y psicológica, los cuatro presos fueron trasladados a sus celdas individuales definitivas en el módulo 2 de la cárcel, que compartirán con 93 internos, en su mayoría que cumplen condena.
Por su parte, la expresidenta del Parlament Carme Forcadell y la exconsellera de Trabajo Dolors Bassa llegaron hacia las 16.15 horas a la cárcel de Puig de les Basses, en Figueres (Girona), en su caso tras ser conducidas directamente por la Guardia Civil desde la prisión de mujeres de Alcalá de Henares (Madrid).
De esta forma, de los nueve políticos independentistas presos preventivamente por rebelión únicamente permanecen encarcelados en Madrid los exconsellers de Presidencia Jordi Turull, de Interior Joaquim Forn y de Política Territorial Josep Rull, cuyo traslado al centro de Lledoners ya se está tramitando.
Tras su ingreso en cárceles catalanas, los seis políticos independentistas presos podrán tener comunicaciones con sus familiares en un plazo corto de tiempo, con un régimen de visitas muy parecido el que tenían en las prisiones madrileñas.
En relación con las comunicaciones en locutorio o a través de un cristal con familiares y amigos, dispondrán, como en Madrid, de 40 minutos a la semana, que se pueden distribuir en dos encuentros de veinte minutos, sábado y domingo, o en uno, también el fin de semana.
Los internos que tengan hijos de menos de diez años podrán mantener comunicaciones de convivencia, en la que asisten acompañados por un adulto, en visitas que serán de 90 minutos al mes, frente a las tres horas al trimestre que tenían en Madrid.
[Fuente: Por Rafael Halcón, República de las ideas, Madrid, 04jul18]
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