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03ene18
El 'lobby' del Govern en Washington pidió en 34 citas privadas el apoyo de EEUU al 'procés'
El Govern de Carles Puigdemont maniobró en secreto en la fase decisiva del procés para tratar de conseguir el apoyo de Estados Unidos a su plan secesionista. Los directores de la delegación de la Generalitat en Washington se reunieron en privado hasta en 34 ocasiones con jefes de gabinete y asesores de políticos estadounidenses con asiento en el Senado y la Cámara de Representantes, los dos principales órganos legislativos del país. Las citas, promovidas siempre por el lobby del Govern, se intensificaron en las semanas previas al referéndum ilegal del 1-0 y se extendieron hasta el mismo día de la declaración unilateral de independencia (DUI).
Aunque las reuniones abarcaron todo el espectro político, el objetivo prioritario de la delegación catalana fue influir en la posición de dirigentes del Partido Republicano, el mismo al que pertenece el presidente Donald Trump. Además, en al menos una ocasión, según consta en la documentación a la que ha tenido acceso El Confidencial, los delegados del Govern lograron reunirse directamente con un congresista. Fue con el también republicano Francis Rooney, uno de los más sólidos apoyos de Trump dentro de su partido.
El detalle de estas reuniones aparece en la documentación que la embajada de la Generalitat ha tenido que presentar ante el FARA (Foreign Agents Registration Act), un registro obligatorio de la actividad que desarrollan las instituciones extranjeras en territorio estadounidense. El contenido de lo que hablaron no se detalla. Oficialmente, las conversaciones se centraron en las "relaciones Estados Unidos-Cataluña". Esa es la escueta fórmula que usó la embajada para informar sobre el propósito de las 34 citas. Sin embargo, las investigaciones de la Guardia Civil encuadran la labor del lobby (y de las otras 10 embajadas que llegó a tener abiertas la Generalitat) en la estrategia del Govern de Junts pel Sí para tratar de internacionalizar sus reivindicaciones y dejar a España sin aliados clave en este pulso. El propio material informativo que distribuyó la delegación en esos mismos meses, declarado también al FARA, confirma que los empleados de la oficina estaban volcados en lograr ese doble objetivo.
Por parte del Govern, a las reuniones siempre asistieron el director de su delegación, Andrew Davis, o su número dos en la oficina, Xavier Vila. En algunas ocasiones, participaron incluso los dos. Por su parte, la lista de asistentes y asesores que se sentaron frente a ellos para hablar sobre la hoja de ruta independentista es mucho más larga. Hasta 27 personas distintas, algunas con verdadera influencia en la administración Trump.
El nombre más destacado es el del congresista republicano Francis Rooney, elegido por el distrito 19 de Florida. Su respaldo a Trump le llevó a denunciar hace una semana que en Estados Unidos opera una administración en la sombra de la que formaría parte el FBI y el Departamento de Justicia, y está tratando de fabricar pruebas sobre la conexión de Rusia con el presidente para deslegitimarlo. Incluso ha pedido una purga de agentes del FBI que estén "políticamente comprometidos". Según consta en la documentación a la que ha tenido acceso El Confidencial, Xavier Vila mantuvo un encuentro con Rooney el 27 de junio. Además, el 21 de septiembre, Davis se entrevistó con una asesora del político, Corey Schrodt. En la actualidad, el dirigente republicano es vicepresidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, controlado por ese mismo partido.
Otro blanco preferente del lobby del Govern en las fechas clave del desafío secesionista fue Tom Marino, un dirigente republicano cercano igualmente a Trump. Tanto que el polémico presidente lo eligió para liderar la lucha de su administración contra la epidemia de droga que asola su país. Antes de que pudiera designarlo oficialmente, una investigación de The Washington Post y la CBS reveló que Marino había recibido fondos para su campaña electoral de la industria de los opiáceos y que, en 2016, impulsó cambios legales que dificultaron el combate contra esta lacra. La dimisión se produjo el 16 de octubre. Antes, el 27 de junio, Vila se reunió con una de sus asesoras legislativas, Judd Smith. Y el 25 de septiembre, sólo seis días antes de la consulta, Davis y de nuevo Vila mantuvieron un encuentro con el jefe de los asesores legislativos de Marino, Matt Powell.
También destaca la cita que cerró el director del lobby del Govern con Scott Cullinane, asesor del congresista republicano por el estado de California Dana Rohrabacher, cercano a Trump y firme aliado en las altas esferas de Washington del presidente ruso Vladimir Putin. El pasado 29 de marzo, el propio Puigdemont se reunió con Rohrabacher en Estados Unidos. Una semana después, se produjo una nueva cita entre ambos, esta vez, en la sede del Palau de la Generalitat, con la presencia de Oriol Junqueras y Raul Romeva. El pasado agosto, el político republicano visitó a Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres. Sólo unos días después, el fundador de Wikileaks puso su maquinaria de propaganda al servicio de los intereses del Govern. La cita de Davis con Cullinane se produjo el 18 de septiembre, cuando Assange ya había publicado decenas de mensajes de apoyo al referéndum.
Las reuniones continuaron después de la consulta. El ritmo de la delegación del Govern fue frenético hasta el último día. El 17 de octubre, Davis tuvo una conversación con Joe Eanello, director legislativo de otro congresista republicano próximo a Trump, Kevin Yoder. Dos días después, el director de la embajada de la Generalitat se citó con Ben Purser, asesor del Comité del Senado de Relaciones Exteriores, otro órgano controlado por los republicanos. El día 23, la reunión fue con Ashley Rose, consejera jefa del congresista republicano por Florida Carlos Curbelo. Ya se conocían de un encuentro previo celebrado un mes antes, el 27 de septiembre. Y el 27 de octubre, el día que Puigdemont proclamó la independencia de Cataluña, su representante en la capital de Estados Unidos mantuvo un encuentro con el jefe de gabinete del congresista republicano por Nueva Jersey Tom MacArthur, Chris Griswold. El propio Trump se implicó el pasado junio en una captación de fondos para financiar la campaña para la reelección de Tom MacArthur.
La documentación a la que ha tenido acceso este diario indica que Davis y Vila también trataron de influir en la posición sobre la independencia de Cataluña de dirigentes del Partido Demócrata. Por ejemplo, tuvieron un encuentro con el asesor jefe de Bernie Sanders, rival de Hilary Clinton en las primarias demócratas de 2016. La cita tuvo lugar el 26 de septiembre, en la misma semana del referéndum. Los delegados del Govern también han admitido contactos con asesores y jefes de gabinete de los demócratas Robin L. Kelly (congresista) y Chris Murphy (senador). Pero del balance global se desprende que el lobby de la Generalitat hizo un esfuerzo titánico por lograr adhesiones en las filas del partido que gobierna el país.
Así, además de los republicanos mencionados, los documentos en poder del FARA revelan reuniones de los directores de la embajada para influir en otros ilustres miembros de esa formación, como el senador por Idaho James Risch; el congresista por Texas Ted Poe; el senador por Florida Marco Rubio; el congresista por Carolina del Sur Jeff Duncan; el senador por Ohio Rob Portman; y el congresista por Wisconsin Jim Sensebrenner. No quedó territorio de Estados Unidos sin explorar por el lobby en Washington de Puigdemont, aunque éste no logró lo que pretendía. Ningún político estadounidense apoyó el referéndum ni la DUI. Y, horas después de que ésta se produjera, el Gobierno de Mariano Rajoy incluyó el cierre de la embajada de la Generalitat en Estados Unidos dentro de la primera batería de medidas del artículo 155 de la Constitución.
[Fuente: Por José María Olmo, El Confidencial, Madrid, 03ene18]
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