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29ago15


La sarna es ya la tercera epidemia más común en las cárceles sólo superada por gripe y tuberculosis


Suena a enfermedad de otros tiempos, pero no lo es... al menos en las cárceles españolas. La sarna se ha hecho un hueco destacado en las estadísticas epidemiológicas de Instituciones Penitenciarias hasta convertirse estos últimos años en la tercera enfermedad infecciosa con mayor incidencia, sólo por detrás de la gripe común y la tuberculosis. Entre 2008 y 2014, el Ministerio del Interior registró 577 casos, a una media superior a los 52 por año. En los dos primeros meses de 2015, los únicos de los que hay datos oficiales, ya se han registrado siete, entre ellos uno en la prisión donde la Audiencia Nacional envía a los reos VIP, la de la localidad madrileña de Soto del Real, según denunció a este diario el sindicato ACAIP. Los boletines sanitarios que edita el departamento que dirige Ángel Yuste reconocen que es una dolencia de "elevada incidencia" entre la población reclusa pese a que no lo es "a nivel nacional".

Instituciones Penitenciarias tiene recogida la sarna dentro de las 60 enfermedades de declaración obligatoria (EDO) sobre las que los centros penitenciarios deben informar si se producen casos ante el riesgo de sufrir un brote infeccioso. De hecho, desde 2004 tiene estadísticas de su incidencia en las cárceles españolas con cifras anuales que se sitúan entre los 77 de aquel año y los 33 de 2011, el de menor número de la serie. En los últimos años, sin embargo, esta cifra ha sufrido un significativo repunte. En 2012 ascendieron bruscamente a 62, para en los siguientes doce meses alcanzar los 70 y sólo bajar en 2014 a los 54, según se recoge en los estudios médicos de Instituciones Penitenciarias a los que ha tenido acceso Vozpópuli. En los dos primeros meses de 2015 ya se habían registrado siete casos.

En comparación con otras enfermedades infecciosas, sólo la gripe común y la tuberculosis respiratoria presentan cifras más altas en la actualidad. De la primera se registraron en los dos últimos años 4.015 y 4.090 casos. De la segunda, 50 y 63 respectivamente. Tras la sarna se sitúan la sífilis, con 55 y 30 episodios en estos dos últimos años; la hepatitis C, con 11 y 22 enfermos detectados, y otras tuberculosis, con diez casos en cada uno de los años. Instituciones Penitenciarias ya reconocía en el informe referido a 2013 que la sarna, junto a la gripe y la hepatitis B, presentaron en aquellos doce meses un número de casos "por encima de lo esperado". De hecho, aquel año se registraron un total de ocho brotes epidémicos en las cárceles españolas. De ellos, cuatro correspondían a esta enfermedad.

Cuatro brotes en 2013

El primero se registró en el mes de febrero en la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaira (Sevilla) y afectó a cuatro internas. En abril fue el turno de la prisión de Arrecife, en la isla de Lanzarote, donde los afectados fueron seis varones. Meses después, en septiembre, ese mismo centro volvió a sufrir otro brote. En este caso, con tres afectados. Finalmente, en el de Málaga saltaron las alarmas en abril, con cuatro afectados. El resto de los casos, hasta los 70 contabilizados, se repartieron en diferentes centros y no fueron considerados "brotes" aunque el estudio estadístico de sus cifras reflejaban curiosidades muy llamativas. Así, la inmensa mayoría de los afectados eran hombres (el 93%) y de nacionalidad española (un 73,2%). Los centros penitenciarios de las Islas Canarias (Las Palmas, Arrecife y Tenerife) fueron los que sumaron más casos: 31 entre las tres. No obstante, también hubo cifras significativas en los de Málaga y Puerto 2 (Cádiz), con cinco en cada uno, y Alcalá de Guadaira (Sevilla) y Valencia, con cuatro en uno y otro. Estas prisiones concentraron el 69% de los casos.

En 2014 el número de casos descendió hasta los 54. En ese periodo, el brote más significativo se registró en noviembre en la cárcel madrileña de Soto del Real, donde entonces permanecía ingresado el extesorero del PP, Luis Bárcenas. En aquella ocasión se notificaron seis enfermos por sarna, todos ellos varones españoles. Los informes de Interior destacaban que cuatro de ellos correspondían a reclusos que habían sido extraditados desde Venezuela para que terminaran de cumplir sus condenas en nuestro país. "Se procedió al aislamiento sanitario y tratamiento de los afectados, al estudio de contactos y se implantaron las medidas higiénicas incluidas en el protocolo de 'Medidas para la prevención y el control de la sarna en Instituciones Penitencias", destacaba el boletín epidemiológico de noviembre de aquel año. Poco después se registraron otros dos casos en la cárcel de Huelva, y sólo una semana antes se habían notificado otros dos en el Centro Penitenciario de Las Palmas. También ese año se produjo un "brote eruptivo" que afectó a diez internos de dos módulos diferentes de la cárcel de Murcia. Sin embargo, no fue finalmente sarna sino picaduras de chinches, lo que obligó al centro a tomar "medidas estrictas de higiene" para "acabar con la plaga".

En los dos primeros meses de 2015 ya se han registrado siete casos. En enero los centros afectados fueron Las Palmas, Huelva y la prisión de Meco, en Madrid. El primero, con dos casos cada uno, mientras que los últimos registraron uno cada uno. En febrero el número de presos afectados por esta enfermedad fueron tres, repartidos por las cárceles de Topas (Salamanca), Valencia y, de nuevo, Soto del Real. En ese mismo periodo se registraron 1.901 casos de gripe, catorce de tuberculosis pulmonar, cuatro de sífilis, dos de varicela, otro par de hepatitis C y uno de otras tuberculosis. Cifras que confirman a la sarna como la tercera epidemia más común en las cárceles españolas.

[Fuente: Por Lóprez Fonseca, Vozpópuli, Madrid, 29ago15]

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