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10may14
Las 84 llamadas de teléfono que acorralan al comisario del 'caso Gao Ping'
Prevaricación, cohecho y revelación de secretos. Estos son los tres delitos que el juez instructor del 'caso Emperador', Ismael Moreno, ha imputado esta semana al comisario del Cuerpo Nacional de Policía Carlos Salamanca, máximo responsable del puesto fronterizo del aeropuerto de Madrid-Barajas. Tres graves acusaciones que se sustentan en la intervención de numerosas conversaciones telefónicas entre el agente y Yongping Wu Liu, un ciudadano chino conocido como 'Miguel el Calvo' y señalado en el sumario como uno de los presuntos cabecillas de la mafia china encabezada por el empresario Gao Ping. Los informes policiales presentes en el sumario, y a los que ha tenido acceso este diario, detallan una tras otra hasta 84 llamadas entre ambos que para la Fiscalía Anticorrupción y el magistrado son la principal prueba de que el alto mando supuestamente recibió dádivas como jamones y cajas de vino a cambio de hacer presuntamente favores desde su puesto a los integrantes de la trama.
El primer documento policial presente en el sumario que detalla dichas relaciones es un informe de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) fechado el 12 de julio del año pasado, meses después de que se produjeran las primeras detenciones. En él, los agentes desglosan los nombres de una decena de policías que en el transcurso de las pesquisas que seguían sobre Gao Ping habían aparecido en las intervenciones telefónicas. El informe lo había encargado sólo tres días antes el entonces instructor, el juez Fernando Andreu, quien terminaría inhibiéndose en la causa precisamente por su amistad con el comisario de Barajas. Entre los agentes señalados ya figuraba en lugar destacado Carlos Salamanca. De hecho, de los poco más de sesenta folios que tenía aquel primer análisis de la UDYCO, una treintena se refería en exclusiva a él.
Así, los autores del informe enumeraban por orden cronológico todos los contactos que el alto mando policial mantuvo como Yongping Wu Liu desde el 6 de agosto de 2011 hasta el 31 de julio del año siguiente. Un año de llamadas telefónicas que sacan a la luz la estrecha relación entre el agente y el lugarteniente de Gao Ping que ha terminado con la reciente imputación del primero. La primera conversación intervenida se produce poco después de las cuatro y media de la tarde de ese día de agosto. En ella, 'Miguel el Calvo' le comenta al policía que acaba de llegar de un viaje y tiene intención de ir a un concurso de belleza llamado Miss Europa China. Salamanca le propone entonces que cuando acabe el evento le llame para irse a cenar juntos a Guadarrama, en la sierra de la provincia de Madrid. Sin embargo, ese encuentro finalmente no se produjo. Cuatro horas después de la primera conversación, Yongping volvía a llamar al comisario de Barajas para decirle que aún seguía en el concurso y que posponía la reunión.
"Vías de tren" para Nigeria
A partir de estas dos conversaciones en apariencia sin trascendencia, los agentes recogen toda una sucesión de contactos telefónicos en los que se mezclan los temas personales con los negocios y la realización de gestiones policiales. Así, en la tercera llamada reflejada en el informe, el supuesto lugarteniente de Gao Ping pide al responsable policial de aeropuerto de Barajas información para hacer negocios en Nigeria, donde el comisario reconoce conocer "a españoles". Yongping pretendía vender en el país africano "vías de tren", a lo que su interlocutor se ofrecía para hablar con "esa persona para que lo mire". La conversación terminaba con un intento del comisario de quedar a comer "con las mujeres" de ambos, pero el ciudadano chino se excusaba porque tenía que salir de viaje. Esas citas para almorzar son, de hecho, una constante en las conversaciones entre el presunto mafioso y alto mando policial en la que ambos muestran su clara preferencia por un céntrico restaurante madrileño: 'Casa Piluca'. Así, el 22 de diciembre de 2011, Yongping llama a Carlos Salamanca para preguntarle dónde va a comer ese día y el policía le indica que en ese local. 'Miguel el Calvo' le dice que entonces él también se pasará y que, como tiene"un jamón y cosas" para darle, quiere saber si se lo llevaba allí. El policía le contesta que haga lo que considerase oportuno.
Las actas de aquellas escuchas también reflejan favores a terceras personas. Así, el 2 de enero de 2012, Yongping habla con un empresario que quiere conseguir para el exjugador del Real Madrid, Fernando Hierro, un teléfono móvil de la marca iPhone para su hija. Según refleja el acta de aquella llamada, el interlocutor de 'Miguel el Calvo' le asegura a éste que ha sido el comisario Salamanca quien le ha dicho que podía conseguírselo, a lo que el ciudadano chino le dice que sí y que así se ven y le da "un jamón que tiene para él". Al final de la conversación, Yongping le pasa al teléfono al mando policial, con el que se encontraba, y que a su vez le pide al empresario que no se olvide "del ordenador de su hijo y del Mac". Sólo durante ese mes se produjeron una veintena de contactos telefónicos entre el ciudadano chino y el comisario en los que, además que concretar citas para comer o quedar con amigos comunes, lo más habitual, también hablaron de los problemas que le daba al comisario 'liberar' el teléfono móvil del hijo o de los encuentros de alto nivel que el presunto mafioso chino mantuvo en aquellas jornadas con el presidente de la Junta de Castilla-León, Juan Vicente Herrera, y el Embajador de China en España.
El 26 de febrero de 2012 se produce una llamada que atrajo la atención de los investigadores. El comisario llama ese día al ciudadano chino para decirle que va a ir a ver el fútbol [se supone que al Real Madrid en su estadio] con un pase, y aprovecha para pedirle que al día siguiente esté a las 11 de la mañana "en la Castellana, al lado del Bernabéu para ver a Rafa, que te va a dar una documentación para que luego me la des a mí". Veinticuatro horas más tarde, Salamanca vuelve a telefonear a 'Miguel el Calvo', al que le indica que cuando acabase, se pase porque le quiere "comentar un tema". El 6 de marzo el empresario chino le comenta al mando policial de modo enigmático que esta "llenando todo de juguetes", expresión que se repitiría en otras conversaciones y que aún intriga a los agentes. A partir de ese momento, la conversación derivaba hacia la supuesta cacería de un jabalí y al ofrecimiento de Yongping de enviarle "carne de muflón", que el agente rechazó.
"Mándame un mensaje"
Mes y medio después, el 5 de abril, se produce otra conversación interesante para los investigadores. Dos minutos antes de las cinco de la tarde, el empresario chino llama al comisario y le explica que han detenido a la madre de un amigo suyo al bajar del avión y no sabe por qué: "Mándame un mensaje con los datos de la mujer", le pidió el policía. Tres minutos después así lo hacía el ciudadano chino. No había pasado media hora cuando Salamanca le informa de que la mujer tiene "una reclamación judicial por estafa del Juzgado número 17 de Madrid" y que al día siguiente pasará a disposición del Juzgado". Yongping le pide entonces que ya que ella va a pasar finalmente la noche retenida en el aeropuerto que la traten "bien". El 11 de abril 'Miguel el Calvo' le anuncia que le llevará un nuevo regalo, una caja de vino, al restaurante donde ambos se solían encontrar, aunque el policía le alerta de que ese día tiene "que comer con una gente".
Por esas mismas fechas, en concreto el 14 de abril, se produjo el considerado por los investigadores el episodio que más compromete al comisario Salamanca y que, llamativamente, no aparece reflejado en el primer informe de la UDYCO, aunque sí en el definitivo de la Unidad de Asuntos Internos que ha desembocado en la imputación del país. Ese día llega al aeropuerto de Barajas una ciudadana china que, al no tener los papeles en regla, va a ser repatriada. Yongping, que ese día ya haa hablado con Carlos Salamanca en un par de ocasiones para concretar un comida con una tercera persona en un restaurante de Las Rozas (Madrid) y para comentarle que ha traído 16 coches al Polígono Cobo Calleja de Fuenlabrada (Madrid), epicentro de la trama de Gao Ping, informa del caso al alto mando policial tras recibir la llamada angustiada del marido de la mujer. El policía promete enterarse de lo ocurrido y al poco le devuelve la llamada para informarle de que con la tarjeta de residencia en España que tiene la mujer no se puede residir más de un año fuera de nuestro país, como había hecho ella. El alto mando le llega a asegurar que no se puede "hacer nada" y se tendrá que ir en el siguiente vuelo, pese a lo cual se ofrece "a enterarse de lo sucedido", recogen los documentos policiales.
Poco después, el marido de la ciudadana china telefonea a Yongping "para darle las gracias", ya que se ha solucionado la situación y su mujer ha salido del aeropuerto. Yongping le advierte entonces a su interlocutor que no puede "mencionar lo sucedido a nadie", señalan los informes de Asuntos Internos. "Seguidamente, Yongping llama a Salamanca para darle las gracias" recoge el informe, que recalca que el comisario presumió de que ya sabía cómo se había resuelto la situación. No obstante, el alto mando advierte a Yongping de que hay "que tener una serie de precauciones", añaden los autores del informe policial. Cinco días después, del incidente Yongping celebraba en su casa una comida a base de "chuletas, panceta y ensalada" junto a Salamanca y una decena de amigos y familiares. En su declaración del pasado miércoles, el alto mando policial intentó justificarse afirmando que actuó así "por ser de justicia", ya que sabía que la mujer estaba casada con un ciudadano chino nacionalizado español pese a que en ningún momento presentó documentación que lo acreditara.
También significativa fue la conversación intervenida el 7 de julio. En ella, la Policía pudo oír como Yongping llamaba al comisario para ponerle al telefóno con una tercera persona, un tal Ramón. En la conversación, el alto mando pregunta a éste cómo había salido "el tema de la intervención" en referencia supuestamente a la detención en el aeropuerto de Barajas de otra ciudadana china con una maleta llena de dinero cuando intentaba sacarla de España. Su interlocutor le explica que la mujer va "a reconocer esa metedura de pata y justificar muy bien el origen y cómo se había generado el dinero". Según le detalla el tal Ramón, el error ha sido "en vez de enviar ese dinero para devolver el crédito al banco de China, enviarlo por transferencia," intentar pasarlo "en una maleta de doble fondo para evitarse los gastos y los intereses". Inmediatamente después, le pasa el teléfono para que hable con su amigo Yongping. Es la última llamada de las 86 que acorralan al comisario que figura reflejada en aquel informe.
[Fuente: Vozpópuli, Madrid, 10may14]
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