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22abr18
El historiador Juan Barceló descubre una visión integral de la primera batalla del ejército republicano
El escritor Juan Barceló publicará en breve el primer relato coral de la primera gran batalla en la que, tras el fracaso del golpe de Estado de julio de 1936, se enfrentó el recién creado ejército de la República a las fuerzas militares que, con la ayuda de Alemania e Italia pretendieron poner fin al gran experimento renovador de la República.
En las 412 páginas del tomo se relatan por primera vez tanto el cómo y como las circunstancias en las que la República pudo organizar un verdadero ejército moderno y eficiente con los escasos medios a su alcance. Y, al tiempo, se detalla la propia batalla, contada día a día, gracias a una selección de textos de los propios protagonistas de la misma, soldados, brigadistas internacionales, oficiales, mandos, médicos, reporteros de guerra y políticos, unos textos que conforman una visión integral de la batalla desde la legitimidad republicana.
Barceló ha explicado a República.com el porqué de este nuevo libro. "Quiero relatar los acontecimientos históricos desde la legitimidad quebrantada por los golpistas y no desde la cultura que se ha impuesto de los dos bandos que equipara dos formas de ver los hechos cuando una de ellas, la franquista, se basa en la falsedad", señala el autor. Por eso "Brunete, el nacimiento del Ejército Popular", es un trabajo de divulgación en el que a través de un recorrido día a día de la que fue la primera batalla realmente importante del recién formado Ejército Popular de la República, se ofrecen al lector elementos de primera mano para comprender cómo el gobierno legítimo consiguió estructurar en medio de la guerra desatada por los generales golpistas un ejército nuevo capaz de defender esa legitimidad y los valores de la España democrática.
Durante los ocho años de su existencia, recuerda Barceló, "la República renovó profundamente la vida de los millones de ciudadanos de un país atrasado, profundamente caciquil, injusto, oprimido, heredado de un tiempo inmemorial de explotación y humillación". "Y por eso, cuando un grupo de generales pretendió dar un golpe de Estado apoyados por banqueros, aristócratas, y los regímenes fascistas ya dominantes en Europa, se encontró con una sólida resistencia popular, no sólo de obreros y campesinos sino también de profesionales, funcionarios, intelectuales, artistas y hasta una derecha burguesa deseosa de renovar profunda y democráticamente el país", afirma.
El autor destaca que "tras el fracaso del golpe, sobre todo en Madrid y Barcelona y las principales ciudades y regiones, los generales desleales intentaron llevar a cabo un típico pronunciamiento decimonónico con varias columnas que intentaron tomar Madrid marchando desde Sevilla y Navarra y fracasaron a pesar de intentar por seis veces, durante casi un año, la caída de la capital cuyo pueblo supo resistir con una heroicidad extrema". A partir de ese momento y teniendo bajo su control una parte ya importante del territorio nacional, los golpistas, dice, emprendieron una larga guerra civil con apoyo de Italia, Portugal y Alemania y la indiferencia interesada de Gran Bretaña y los EEUU.
Pero "el milagro se produjo, matizó. El golpe de Estado había provocado la disolución del ejército regular que en buena parte había quedado en manos de los golpistas, pero a partir de octubre del 36 el gobierno legítimo conformado sobre la unidad de todos los partidos y sindicatos leales se entregó a la tarea de crear un nuevo ejército moderno, eficiente y profesional. "Sólo contaba -comenta Barceló- con los poco numerosos militares leales, las milicias espontáneamente formadas por los ciudadanos en armas en defensa de la legalidad, con el apoyo de miles de voluntarios llegados de todo el mundo dispuestos a luchar hasta la muerte por impedir que el fascismo siguiera avanzando, y con las armas e instructores que pudo hacer llegar la Unión Soviética".
"Con esos elementos -continúa diciendo- se creó en pocos meses el Ejército Popular, con mandos profesionales leales, con oficialidad formada en pocos meses a partir de los milicianos voluntarios en escuelas de formación improvisadas, las Brigadas Internacionales y los tanques, aviación y asesores llegados de la Unión Soviética. Y la primera gran batalla en la que este nuevo ejército fue puesto a prueba se dio en las proximidades de Madrid, y ha pasado a la historia como la batalla de Brunete".
Este trabajo recoge en una primera parte una serie de notas para permitir acercarse al lector a cómo se creó y organizó este nuevo ejército y una segunda en la que la batalla está descrita siguiendo el día a día de la acción militar de las tropas leales. La batalla se presenta al lector sobre tres ejes: una breve introducción sobre los acontecimientos de cada día, la documentación emitida por el mando supremo bajo la dirección del general Rojo, y una amplia selección de recuerdos y notas de los propios combatientes publicados años después.
En este tercer eje se recogen recuerdos publicados por casi una treintena de sus protagonistas directos, desde soldados combatientes en las Brigadas Internacionales, oficiales y suboficiales de milicias que hasta poco antes eran trabajadores, campesinos, profesionales o intelectuales, los altos mandos que dirigieron la batalla y que eran en su mayoría militares profesionales leales incluyendo un pequeño núcleo de milicianos de destacadas cualidades militares casi siempre en la órbita del Partido Comunista, pero también de la CNT, asesores soviéticos, y jefes militares de las Brigadas Internacionales. Y se incluyen las miradas de varios médicos en el frente mismo de la batalla, periodistas que enviaban a la prensa sus crónicas del frente, políticos como el mismo presidente Azaña que la seguían día a día, y proclamas publicadas en octavillas y discursos en las emisoras de radio. Esa lectura de la batalla se sobrepone en el libro a una selección de los informes, órdenes, directrices y comunicaciones que desde el Estado Mayor del general Rojo se emitían cada día, que conservó en su exilio el propio general, y que por deseo de sus hijos se conservan en el Archivo Histórico Nacional de Madrid.
Testimonio coral directo
"El resultado es un testimonio coral directo de la terrible acción militar de veinte días de duración en condiciones durísimas a través del cual el lector puede sentir la tragedia que era para los propios combatientes su férrea resistencia y comprender cómo pudo funcionar ese ejército profesional recién creado y que a partir de esta batalla consiguió resistir dos años más a la enorme superioridad numérica y de material de los generales golpistas y sus aliados internacionales", precisa el escritor. Las citas van de unas pocas líneas a un par de folios máximo cada una.
Y la selección de estos textos se corresponde con una nómina de autores, todos ellos protagonistas directos de los hechos que se relatan y que estuvieron presentes en la batalla. Constituyen una selección amplísima de testimonios de variado origen de los que muchos son de difícil acceso y varios inéditos. Además, se utilizan citas que están sacadas de numerosos libros y artículos de los diarios "Ahora", "Madrid", "Estampa" o "Mundo Gráfico", entre otros. También se recogen documentos del Archivo del General Rojo, de Matallana, Estrada y otros conocidos jefes del Estado Mayor republicano, así como del Arxiu Nacional de Catalunya que, por convenio con la Asociación Archivo, Guerra y Exilio (AGE), conserva todos los textos inéditos utilizados y numerosas fotografías especialmente de voluntarios soviéticos, brigadistas internacionales y militares españoles exiliados en la URSS.
Finalmente, el autor ha podido disponer de los testimonios personales de Adelina Kondratieva, de soltera Adelina Abramson, teniente de la Aviación Republicana Española, intérprete de los aviadores soviéticos en la guerra de España. Lidia Kuper, intérprete del general Malinovski durante la guerra que estuvo presente en la batalla de Brunete; José María Bravo, piloto de los moscas durante la guerra española, guerrillero con el coronel Starinov y piloto de guerra en la Aviación Soviética durante la IIª Guerra Mundial; Carmen López Landa, niña de la guerra exiliada posteriormente en Praga donde coincidió y tuvo trato cercano con Lister y Modesto durante años; Antonina Sverseskaia, historiadora, hija del general Walter y autora de su biografía; e Ielena Grigorievich, hija del teniente tanquista Abraham Grigorievich, muerto en acción de guerra en España en noviembre del 37 y combatiente en Brunete.
[Fuente: Por Raimundo Castro, República de las ideas, Madrid, 22abr18]
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