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27jul12
Los banqueros y políticos eluden su responsabilidad en la crisis financiera
Ni una sola autocrítica en casi 11 horas de sesión parlamentaria. Los banqueros y políticos que desfilaron ayer por la Comisión de Economía del Congreso -con Rodrigo Rato como estrella invitada- para rendir cuentas del desplome del sistema financiero eludieron asumir cualquier responsabilidad en el enorme agujero de las cajas de ahorro. Todos actuaron con diligencia y tomaron las decisiones correctas, nadie cometió ningún error, pero el huracán de la maldita crisis, vinieron a decir, se llevó por delante sus previsiones.
La imagen de pasteleo ofrecida por los dos grandes partidos, PP y PSOE, que parecían empeñados en guardar los trapos sucios para no lastimarse mutuamente, se enseñoreó del Congreso durante la plomiza comparecencia de cuatro de los banqueros y políticos -hay muchos más- que han contribuido a llevar a la UVI al sistema financiero: Narcís Serra (ex presidente de Catalunya Caixa), Julio Fernández Gayoso (ex copresidente de Novacaixagalicia), Elena Salgado (ex vicepresidenta del Gobierno) y el propio Rato, ex presidente de Bankia.
Nadie, excepto algunos representantes de los partidos minoritarios y de izquierda, mostró la menor intención de hacer sangre. Salvo alguna que otra pulla aislada, socialistas y populares se prestaron al enjuague y trataron con guante de seda a los comparecientes, como si los 23.500 millones de euros que costará el rescate de Bankia o el boquete de casi 10.000 millones abierto en Catalunya Caixa y Novacaixagalicia fuesen una fruslería, un nimio desliz contable.
Defendiendo al enemigo
Como muestra, dos botones. El correoso portavoz de Economía del PP, Vicente Martínez Pujalte, salió en defensa no de su admirado maestro Rato -al fin y al cabo, uno de los suyos-, sino de un enemigo natural, el socialista Narcís Serra, cuando éste fue atacado por el diputado de UPyD Álvaro Anchuelo. "El señor Serra está mucho más preparado para su cargo de lo que está la líder de UPyD para el suyo", dijo Martínez Pujalte en alusión a Rosa Díez, después de que Anchuelo hubiese cuestionado la idoneidad del currículum de Serra para dirigir una caja.
Menos sorprendente, pero igual de ilustrativa, fue la condescendiente actitud hacia Rato mostrada por la popular Irene Garrido, elegida ad hoc para interrogar al ex presidente de Bankia precisamente por su bajo perfil. Garrido afirmó, por ejemplo, que Rato no sólo frenó la emisión de preferentes durante su mandato en la entidad, sino que "se encontró con el problema a su llegada". Y añadió, en un ejercicio de defensa preventiva de quien un día disputó el liderazgo del PP a Mariano Rajoy, que "los que adivinan el pasado crecen como los hongos, pero lo difícil es tomar decisiones en un ámbito de incertidumbre futura".
¿A quién atribuir, pues, el desastre? A Rato, no, desde luego, a juzgar por sus palabras. El ex presidente de Bankia aseguró que tiene "la conciencia de haber hecho bien las cosas"; que su gestión no ha representado "coste alguno para el contribuyente"; que su plan de saneamiento de la entidad era tres veces más barato que el que ha elaborado su sucesor, José Ignacio Goirigolzarri, pese a lo cual el Gobierno lo tumbó; que fue el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien le "conminó" a aceptar la fusión con Bancaja; y que la crisis de Bankia hay que cargarla, en gran medida, a los errores de previsión de los organismos internacionales.
El déficit
¿Tuvo, tal vez, alguna responsabilidad Salgado? Ni por asomo. La ex vicepresidenta económica de José Luis Rodríguez Zapatero, como hicieron los demás, también echó balones fuera. Para empezar, aseguró que el origen de la crisis financiera está "en Estados Unidos y las prácticas desrregulatorias", y recordó a los populares que la primera reforma financiera "se hizo con el consenso del PP"; o sea, con su consentimiento. En un tono que pareció irónico, añadió: "Muchos de ustedes saben la de veces que llamé por teléfono para consensuar las medidas".
Salgado quiso llevar hasta el extremo su máxima de la no responsabilidad compartida. Y reveló durante su comparecencia que una de esas llamadas telefónicas la recibió Rajoy poco antes de que éste fuese investido presidente del Gobierno. "Yo ya había dicho que no era fácil que las comunidades cumplieran, y le expliqué a Rajoy que el déficit dependía de la forma en que las comunidades hicieran el cierre del año, que ellas tenían margen para colocar gastos en un año u otro", señaló la vicepresidenta del Gobierno, que de esta forma se defendió de las críticas recibidas en su día del PP, que la acusó de haber ocultado la desviación del déficit en 2011".
Tras esta primera ronda de comparecencias tan poco esclarecedora -el martes se mostraron igual de huidizos Fernández Ordóñez y José Manuel Campa, ex secretario de Estado de Economía-, las sesiones se reanudarán, previsiblemente, en septiembre. La última palabra la tienen el PP y su mayoría absoluta, pero la oposición quiere que acudan también al Congreso los ex presidentes de Caja Madrid, Miguel Blesa, y de de Bancaja, José Luis Olivas, así como el nuevo responsable de Bankia, Goirigolzarri.
[Fuente: Por José A. Lobo y Alberto Mendoza, El Confidencial, Madrid, 27jul12]
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