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29jul09
Griñán fuerza la fusión Unicaja-Cajasur, obligando a Medel a asumir las condiciones de la Iglesia
En plena ebullición de fin de semana, Monseñor Asenjo llamó el domingo a José Antonio Griñán para quejarse: a la hora de poner por escrito lo hablado, Braulio Medel no estaba respetando los compromisos asumidos. Griñán se movilizó de inmediato, citando en Sevilla para el día siguiente, lunes, a Medel y a Santiago Gómez (Cajasur). El encuentro tuvo lugar en la sevillana Torre Triana. Medel terminó por aceptar todas las exigencias del Cabildo: Cajasur se convierte de facto en "una Caja dentro de otra", un esquema bicéfalo muy difícil de manejar.
Aunque de puertas afuera parecía todo hecho, lo cierto es que, a la hora de poner negro sobre blanco lo verbalmente acordado, entre Medel y Santiago Gómez empezaron a saltar chispas. El lunes 27 era un día clave: se reunía el Consejo de Cajasur y la Comisión Ejecutiva de Unicaja, a fin de aprobar las ayudas del FGD a solicitar del Banco de España. Pero a lo largo del fin de semana sonaron las alarmas en Málaga: el Cabildo de Córdoba no estaba dispuesto a realizar esa petición de ayudas si previamente Medel no firmaba un documento aceptando las nuevas condiciones impuestas por la Iglesia, decidida a tensar la cuerda al máximo.
A Dios rogando y con el mazo dando, el Cabildo no se quedó de brazos cruzados. De acuerdo con fuentes de toda solvencia conocedoras de la marcha de las negociaciones, monseñor Juan José Asenjo, arzobispo de Sevilla al tiempo que ecónomo de la diócesis de Córdoba, que ha echado sobre sus hombros la tarea de velar por los intereses del Cabildo catedralicio cordobés como entidad fundadora de Cajasur, llamó por teléfono el domingo 26 al presidente de la Junta, José Antonio Griñán, con quien, a diferencia del PSOE como colectivo, le une una buena amistad y una gran capacidad de interlocución.
Y Asenjo se quejó amargamente ante Griñán de que Medel no estaba cumpliendo lo prometido. El presidente de Unicaja y primer beneficiario de la fusión no estaba respetando los compromisos adquiridos ante Santiago Gómez. En realidad, lo que no quería respetar eran las exigencias de última hora introducidas por Cajasur. Para Griñán era prioritario sacar adelante esta fusión, y no se podía permitir un nuevo fracaso a añadir a la larga lista de fiascos de la Junta con las Cajas andaluzas. De modo que se movilizó de inmediato, citando en Sevilla para el día siguiente a los presidentes de ambas Cajas.
Y, en efecto, tanto Medel como Gómez viajaron a Sevilla el lunes por la mañana, a resultas de lo cual el primero no pudo presidir en Málaga la reunión de la Comisión Ejecutiva de Unicaja, y el segundo no llegó a Córdoba hasta primera hora de la tarde para dar inicio al Consejo de Cajasur. Pero Santiago Gómez Sierra llegó con el zurrón bien cargado, tras haber alcanzado la práctica totalidad de sus objetivos. El encuentro en la cumbre tuvo lugar en la Torre Triana, sede de la consejería de Economía y Hacienda de la Junta, y en presencia de la titular, Carmen Martínez Aguayo.
Una caja (Cajasur) dentro de otra (Unicaja)
"Braulio Medel terminó cediendo", al decir de las fuentes consultadas por este diario. Las nuevas exigencias de Cajasur, aceptadas el lunes en Sevilla, contemplan la creación de una co-sede radicada en Córdoba, con un Director General Adjunto (que previsiblemente ocupará Santiago Cabezas, actual director de Área de Banca Minorista y hombre de confianza de Santiago Gómez) y que, con total autonomía e independencia, se encargará de gestionar el negocio financiero en las provincias de Córdoba, Sevilla, Huelva, Madrid, Badajoz y Cáceres, contemplando tanto los riesgos como los demás servicios financieros, y responsabilizándose de las participaciones empresariales que mantiene Cajasur.
En definitiva, y en opinión de las fuentes consultadas por este diario, "al igual que ocurre con las famosas matrioskas (muñecas de madera) rusas, el Cabildo cordobés pretende mantener, y de hecho mantendrá, una Caja dentro de otra Caja, lo que cualquier neófito en management empresarial sabe que es casi imposible de gestionar, si bien Medel espera que el tiempo termine por hacer encajar las piezas de este complicado puzzle".
Las últimas dudas han quedado despejadas: la fusión entre Unicaja y Cajasur es una operación 100% política, impuesta al final por una Junta de Andalucía que no se podía permitir un nuevo fracaso en esta materia, con un Griñán que es lego en materia financiera, y un Medel que necesita la fusión para seguir de presidente un mandato más. Sabedora de las debilidades ajenas, la Iglesia, a través del Cabildo cordobés, ha jugado al límite, doblando la apuesta casi a última hora. Y ha ganado. Queda por ver lo que dice al respecto el Banco de España.
[Fuente: Por Aníbal González, Cotizalia, Madrid, 29jul09]
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